Un artículo del prestigioso diario económico Financial Times describe un panorama desalentador sobre las relaciones económicas entre Cuba y China, uno de los aliados a los que se aferra la isla caribeña para intentar salir de la crisis en que se encuentra.
El exprofesor de Economía de la Universidad de La Habana, Omar Everleny Pérez Villanueva, uno de los expertos citados en el artículo “China no es el sugar daddy de Cuba”: los lazos entre las naciones comunistas se debilitan, concuerda con el análisis del diario británico.
Las relaciones entre ambos países no pasan por su mejor momento. "No están en noviazgo", dijo el experto, entre otras razones porque "Cuba está atravesando una crisis muy fuerte de divisas y, a la vez, no quiere hacer las reformas necesarias para recuperar esas divisas".
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La escasez de materias primas y una economía improductiva dejan a Cuba con poco que exportar a China, apuntó el Financial Times. Las importaciones también han disminuido, "a medida que el endurecimiento de las sanciones estadounidenses agravaba seriamente los crónicos problemas de morosidad de La Habana y las líneas de crédito agotadas", señala el artículo.
"Si tú no produces caña y no vendes azúcar, no tienes divisas para seguir comprando en China", dijo Perez Villanueva.
Según el economista, las inversiones de China en Cuba son casi inexistentes. "Lo que más ha habido es un comercio grande, créditos comerciales".
Cuba ha adquirido de China, por ejemplo, ómnibus Yutong. "Pero si esas guaguas que se adquieren con una tasa de interés muy baja, con facilidades crediticias, cuando llega el momento de pagarlas, no haces las erogaciones correspondientes... Ahí está el problema, que Cuba no está erogando lo que debe", dijo el experto.
Un empresario extranjero que comercia con la isla dijo al Financial Times que Cuba debe cientos de millones de dólares a compañías chinas como Huawei y Yutong.
Ante esta realidad, China ha puesto su atención en otros países de Latinoamérica donde le es mucho más fácil recuperar lo invertido, una región donde su comercio ha crecido hasta convertirse en el segundo más importante, después de Estados Unidos.
Según el Financial Times, las importaciones de productos chinos por parte de Cuba cayeron de 1.700 millones de dólares en 2017 a 1.100 millones de dólares en 2022.
Ninguno de los dos países ha divulgado datos sobre la inversión china en Cuba, pero Pérez Villanueva dijo al diario británico que esta representa "una proporción ridículamente pequeña de los aproximadamente 160 mil millones de dólares que Pekín invirtió en América Latina y el Caribe entre 2005 y 2020".
No obstante, apuntó el economista, China sigue siendo el segundo socio comercial de Cuba, después de Venezuela.
Durante una visita a Pekín del gobernante cubano Miguel Díaz-Canel en noviembre de 2022, China acordó reestructurar la deuda cubana y conceder nuevos créditos comerciales y de inversión a la isla.
Díaz-Canel dijo entonces que la deuda era una de las prioridades de su agenda con el presidente chino Xi Jinping, quien se había mostrado solidario con las dificultades por las que atravesaba Cuba.
El acercamiento entre la nación asiática y el régimen de La Habana despertó la suspicacia de legisladores y políticos estadounidenses tras reportes de prensa de que la isla desarrollaba en su territorio estaciones de escucha electrónica vinculadas a China.
Imágenes satelitales reveladas en julio pasado por el diario The Wall Street Journal mostraban un desarrollo en las labores de construcción de al menos cuatro estaciones ubicadas en Bejucal, Wajay y Calabazar, y otra en El Salao, en Santiago de Cuba. El gobierno cubano ha negado tener bases de espionaje de China en su territorio.
Fulton Armstrong, exoficial de Inteligencia de EEUU para América Latina, dijo al Financial Times que "China no es el suggar daddy de Cuba", y que el vínculo entre ambos países es "principalmente, una relación de declaraciones de solidaridad, no una relación estratégica para ninguno de los dos".
En opinión de Pérez Villanueva, estas relaciones de solidaridad y de felicitaciones mutuas con países aliados no llevan a ningún lado a Cuba. "Hay que recuperar la producción del país; hay que producir bienes, lograr tener divisas", concluyó.
(Incluye entrevista de Amado Gil al economista Omar Everleny Pérez Villanueva)