La empresa naviera española Balearia ha puesto en espera su proyecto para establecer una línea de ferries entre Miami y La Habana, que cuenta desde 2015 con el visto bueno de Estados Unidos, debido a que la política del presidente Trump hacia la isla ha hecho “que Cuba se cierre un poquito”
Durante la presentación de los resultados de la compañía en 2017 el presidente de la naviera, Adolfo Utor, lamentó que el acercamiento entre Washington y La Habana “se ha ralentizado con Donald Trump”, y dijo que por ahora su pretensión de abrir la línea, está en "stand by”.
En 2015, bajo el gobierno de Barack Obama, Washington autorizó a media decena de empresas, incluida la española, para operar servicios de ferries con pasajeros entre el Sur de Florida y Cuba. (La licencia se mantiene vigente, pues no fue revocada por el presidente Trump como parte de la nueva política hacia la isla de gobierno comunista que implementa deede finales de 2017)
La empresa española planificó al menos un par de líneas: una con un buque de alta velocidad entre Cayo Hueso y La Habana que realizaría la travesía en tres horas; y otra desde Port Everglades, que cubriría la distancia hasta la capital cubana en 10 horas.
En agosto de ese año se reportó que Baleària estaba a punto de obtener el permiso final del Gobierno cubano para operar dos líneas entre La Habana y Miami, tras comprometerse a realizar fuertes inversiones en el puerto habanero.
Sin embargo, a diferencia de lo que hizo con los cruceros, el gobierno de la isla nunca dio su aprobación para que transbordadores estadounidenses atracaran en sus puertos.