Cineastas cubanos rechazan designación de "comisario político" como nuevo presidente del ICAIC

Alexis Triana, nuevo presidente del ICAIC. (Foto tomada de su perfil de Facebook)

A pocas horas de su publicación, más de doscientas personas han firmado la Declaración de la Asamblea de Cineastas Cubanos (ACC) sobre el nombramiento de un nuevo presidente del ICAIC (Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos).

“Un día, hace ya cinco meses, setecientos intelectuales expresaron su rechazo a un modelo obsoleto de articular la cultura, basado en la exclusión, la manipulación, la censura y la violencia, ejercidas sistemáticamente contra los artistas y sus creaciones. Un procedimiento que no solo ha marcado la vida y obra de un grupo apreciable de cineastas (muchos de ellos hoy en el exilio), sino que también ha socavado el sentido y la existencia de instituciones y proyectos relacionados con el cine y la cultura cubanos”, inicia el manifiesto de los cineastas.

“El ICAIC como centro de ese sistema controlado desde hace décadas por el Ministerio de Cultura ha sido prácticamente destruido, en gran medida, por esos mismos dirigentes que ponen y quitan presidentes, sin asumir que ellos no son el verdadero problema”, reza la declaración del gremio y añade:

"No se trata entonces de a quién colocas al frente, sino de lo que representa y proyecta”.

El profesor y crítico de cine cubano, asentado en Barcelona, Dean Luis Reyes indicó que “la designación es muy negativa, no por el individuo en sí, no por el funcionario designado, sino por el mensaje que envía. O sea, aquí hay un gesto del Ministerio de Cultura que implica, en buena medida, cerrar cualquier capacidad de diálogo, cerrar cualquier posibilidad de reconocimiento de la Asamblea de Cineastas”.

Desde su resurgimiento a mediados de este año, la Asamblea de Cineastas de Cuba -cuyas demandas datan de 2016 con el conocido como G20 (Grupo 20) - ha insistido en la defensa del derecho de los creadores cubanos a hacer un cine sin prohibiciones y a ser respetados.

Igualmente, ha llamado a desterrar la censura y la exclusión “como prácticas sistemáticas” en la sociedad cubana.

Para Reyes, el nombramiento de Triana es la respuesta del Estado “al gesto democrático que fue la constitución de la Asamblea de Cineastas y a las demandas que han hecho ellos, que son demandas que están reflejadas en documentos que han sido enviados a la oficina de Miguel Díaz-Canel y que tienen que ver, además, con un proceso judicial que avanza por violación de derechos de autor en el caso de Juan Pin Vilar y su documental “La Habana de Fito”, que es lo que detonó todo esto”.

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La prohibición de la exhibición de “La Habana de Fito”, programada en la sala El Ciervo Encantado, y la posterior muestra de una copia incompleta del documental en la televisión, sin permiso de los autores, desembocó en que el 15 de junio, 58 cineastas se reunieron y emitieron una declaración condenatoria a las instituciones estatales encargadas de la censura en el sector de la cultura.

Un mes más tarde, el presidente del ICAIC en ese momento, Ramón Samada Suárez, quien ocupaba el cargo desde 2017, renunció a su puesto. Fue sustituido por Susana Molina como presidenta en funciones. Hasta la designación del periodista oficialista Alexis Triana.

Triana ha sido calificado por muchos en el sector de la cultura cubana como un “comisario político”, brazo de la reprensión y la represión contra los artistas.

“Parte activa y consciente de la tendencia que los cineastas hemos cuestionado”, apunta la declaración de los cineastas.

De larga trayectoria al servicio del régimen, Triana se destacó por su intervención en el programa Hacemos Cuba, conducido por Humberto López, para descalificar a los artistas que se manifestaron frente al Ministerio de Cultura, el 27 de enero de 2021.

Aunque “el nuevo presidente del ICAIC lleva apenas unas horas en el cargo, él se ha dedicado, en sus redes sociales, a dejar manifiesto cada una de sus acciones en el ejercicio de su cargo, en todo caso, haciéndose cargo, valga la redundancia, del desastre que es el Instituto de Cine hoy en día, pero en ninguno de esos momentos ha hecho lo que cualquiera esperaría de un contexto como el actual, que es hablar con los cineastas, sentarse a conversar con la gente que hace el cine”, consideró Reyes, uno de los firmantes de la Declaración.

En su nueva etapa, la Asamblea reafirmó la importancia de una Ley de Cine en Cuba que proteja las obras y sus creadores, y cuya formulación cuente con la participación y consenso de los cineastas.

“En este caso, un funcionario del Ministerio de Cultura, que es justamente, como dice la Asamblea de Cineastas, el creador del problema, no va a venir a resolver el problema, entre otras cosas, porque hoy en día lo que está pasando con el audiovisual cubano es que ya no depende del ICAIC”, puntualizó el especialista.

“Si las acciones de la nueva presidencia van a ser buscar consenso, limar asperezas, curar heridas, los llamados deberían ser a crear más espacios para la exhibición, a abrir espacios de diálogo, a no empezar, como ya ha empezado este señor designado, a estar mencionando en tuits que ‘estos son los nuestros’, ya sabemos que es una práctica de exclusión habitual del castrismo y que, si es lo que va a entronizar, pues se van a encontrar con la resistencia de los cineastas”, subrayó.

“Ellos probablemente piensen que han puesto un perro mastín que va a poner en orden la situación aquí, pero les va a costar mucho, y luego, también, las implicaciones políticas que van a tener son muy importantes, porque el mundo del cine en Cuba tiene un alcance internacional, en términos de prestigio, en términos de relaciones, en términos de vínculos, que no hay ningún funcionario hoy en día en Cuba que pueda ponerse por encima de eso”, recalcó Reyes.

Martí Noticias intentó comunicarse infructuosamente con Triana por vía telefónica para un comentario sobre el tema.

Por su parte, el director de cine cubano exiliado en Estados Unidos, Fausto Canel, no cree que ninguna demanda sobre libertad de expresión o artística sea aceptada por el gobierno de la Isla.

"Yo no conozco al señor Alexis Triana, pero me parece que es el mediocre de turno, el que va a intentar ponerle cara a todo eso, pero es que ya no hay nada que hacer. Ese es un edificio que se está cayendo, un régimen que se está aguantando solo por cuatro palitos que no hay más que soplar", remarcó el cineasta, autor de "Desarraigo" (1964) y "Juego de poder" (1983), dentro de una amplia filmografía.

“Yo lo único que le aconsejo a los cineastas cubanos que se reúnan, apunten y soplen”, dijo.