Hay mucha gente descontenta en Santiago de Cuba y lo expresan escribiendo frases en las paredes como “no más Fidel, no más Raúl, no más hambre y miseria”.
Dos jóvenes residentes en Santiago de Cuba recorrieron el barrio Martí cercano a la Terminal de Ferrocarril de la ciudad para mostrar en fotos lo que ellos llaman 'un país lleno de consignas vacías y verdades censuradas'.
La joven Arianna Pascual dijo a Martinoticias.com, que el pasado mes de abril junto al reportero ciudadano Ridel Brea recorrió la ciudad “que muestra a cada paso las huellas de la confrontación ideológica'.
Hay mucha gente descontenta en la ciudad y lo expresan escribiendo frases en las paredes como “no más Fidel, no más Raúl, no más hambre y miseria” que luego la policía política y algunos simpatizantes del régimen borran echándole ‘asfaltil, muy caliente sin importarle que en esas casas hay niños y personas que pueden afectarse', dijo la joven preocupada.
Ridel Brea considera que esas expresiones ocurren porque el pueblo está cansado de mentiras y la solución que buscan es expresarlas “a escondidas por temor a las represalias”, pero en esa guerra de grafitis “la fuerza mayor la lleva el régimen”.
Los simpatizantes del gobierno ponen en la ciudad todo tipo de carteles compuestas por “frases vacías y de alabanza al régimen o a Raúl y Fidel Castro y no son molestados”, sin embargo los activistas de derechos humanos ponen en la fachada de sus casas frases alusivas a la democracia, la libertad y son multados con una alta cantidad de dinero y en ocasiones reprimidos, señaló el joven.
La joven Arianna Pascual dijo a Martinoticias.com, que el pasado mes de abril junto al reportero ciudadano Ridel Brea recorrió la ciudad “que muestra a cada paso las huellas de la confrontación ideológica'.
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Hay mucha gente descontenta en la ciudad y lo expresan escribiendo frases en las paredes como “no más Fidel, no más Raúl, no más hambre y miseria” que luego la policía política y algunos simpatizantes del régimen borran echándole ‘asfaltil, muy caliente sin importarle que en esas casas hay niños y personas que pueden afectarse', dijo la joven preocupada.
Ridel Brea considera que esas expresiones ocurren porque el pueblo está cansado de mentiras y la solución que buscan es expresarlas “a escondidas por temor a las represalias”, pero en esa guerra de grafitis “la fuerza mayor la lleva el régimen”.
Los simpatizantes del gobierno ponen en la ciudad todo tipo de carteles compuestas por “frases vacías y de alabanza al régimen o a Raúl y Fidel Castro y no son molestados”, sin embargo los activistas de derechos humanos ponen en la fachada de sus casas frases alusivas a la democracia, la libertad y son multados con una alta cantidad de dinero y en ocasiones reprimidos, señaló el joven.