Claudia Muñiz, de actriz a realizadora

Actriz Claudia Muñiz.

La cubana Claudia Muñiz está vinculada al cine independiente en Nueva York. Acaba de presentar su obra en la recién clausurada Muestra de Cine Joven de La Habana.

La realizadora Claudia Muñiz solicitó un “informe” detallado sobre la reacción del público de La Habana al ver Con sana alegría, el cortometraje de ficción que habla de la “tercera edad” desde una óptica joven.

Muñiz estaba en Nueva York, donde vive, cuando la semana pasada proyectaron su obra en la inauguración de la Muestra de Cine Joven, un evento que alcanzó su XV edición y acaba de concluir este último domingo en la capital cubana.

Aunque su base es la de una actriz, de teatro y de cine, a la vuelta del tiempo Claudia se ha convertido en directora, y planea un largometraje. Un adelanto sería precisamente este corto.

Con sana alegría muestra sus credenciales en un mundo de alta competitividad, donde hace falta mucho dinero para llegar al final de un proyecto. También es cierto que existen otros caminos, como el del largometraje de ficción Venecia (2014), dirigido por el cubano Enrique Álvarez y financiado mediante una campaña de donación. Claudia trabajó como actriz en Venecia (la cinta tuvo gran éxito internacional) y terminó convencida de que algunos sueños son realizables.

Martí Noticias conversó este lunes con la joven cubana.

¿Qué formación tienes y dónde estudiaste?

Mi formación es básicamente como actriz. Estudié en La Escuela Nacional de Arte (ENA), por cuatro años, y luego en el Instituto Superior de Arte (ISA) durante otros cinco.

Pienso que lo que más enriquece es la experiencia, y no hablo de años de experiencia. Para mí fue crecer en una familia donde el arte era un tema importante. Mi padre es escritor, mi madre cocinera y de mis hermanos, uno es músico y el otro pintor. Eso era mi casa, imagínate. Escribo desde los diez años prácticamente. Estaba en un taller de literatura e iba a concursos de poesía y ganaba a veces. Durante mis años en la ENA nunca deje de escribir.

Trabajaste como actriz en el largometraje 7 Días en La Habana, de varios directores reconocidos. ¿Lo consideras un lanzamiento importante para ti?

Cuando llegué a 7 Días en La Habana ya había hecho mi primer protagónico, que fue Marina. Ese fue mi lanzamiento, digamos. 7 Días en La Habana fue muy importante sobre todo porque me permitió trabajar con grandes como Benicio del Toro y Gaspar Noé. Tuve la oportunidad de ver su proceso de trabajo que fue fascinante, desde el casting.

A los dos los admiro y respeto. También a Josh Hutcherson. Fue un goce enorme verlos trabajar, como lo fue compartir una escena con Daysi Granados. Fueron momentos grandes.

Háblanos de Venecia, la película de Enrique Álvarez en la que, además de actuar, eres coguionista. Este filme ha tenido mucho éxito, premios y se presenta como cine independiente.

Amo Venecia. Es una película que puedo ver una y otra vez. Es del tipo de películas que te engancha, lo quieras o no. Y el proceso fue también así. Kiki (Enrique) Álvarez quería una historia de varias mujeres.

Enseguida me vino a la mente el día de mi primer salario en el teatro y cómo dos amigos y yo nos fuimos a celebrar. Al final de la noche había gastado todo el dinero. Luego vino la idea de que la película fuera improvisada por los actores, pero ya el argumento estaba escrito y también unas pocas escenas. La experiencia fue increíble, porque fue un animal vivo mutando durante el proceso. Fue muy enriquecedor.

La independencia de la película para mí radica no solo en que es independiente de la industria, del ICAIC en este caso. Radica en el tema, en la historia, en la estrategia de producción con que se trazó. Venecia es, en este respecto, una película radical.

¿Estás vinculada al cine independiente en Nueva York?

El mayor vínculo ha sido con las dos películas en las que participé como actriz el año pasado: Why I Eat Bread, de Michael Magliazzo, y The Art of Eight Limbs, de Charles Vuolo y Andre Phillips. Dos películas que están en postproducción.

La primera es una historia muy brooklyniana, con la que me divertí muchísimo, y la segunda toca el tema de la emigración cubana, y también la homosexualidad. En mi primer año en esta ciudad, fui muy afortunada al tener la oportunidad de trabajar en lo que me gusta, con gente tan profesional y en proyectos con los que me identifico. Hay que agradecerlo mucho.

¿Cómo apareció la idea de Con sana alegría? ¿Podrías hablarnos de este proyecto, dónde se rodó, cómo conseguiste las actrices y con qué presupuesto se realizó el cortometraje?

"Con sana alegría", cortometraje de Claudia Muñiz.

Surge como un desprendimiento de un guión para largometraje que tengo escrito y que pienso dirigir. La Ciudad de las Mujeres Altas es el título del guión.

Una vez escrito el guión, decidimos que una parte de los fondos (2.500 euros, para ser más exacta) los conseguiríamos vía crowdfunding, partiendo de la experiencia de Venecia, que se financio de la misma manera. Eso y el premio de la sesión Haciendo Cine, de la Muestra Joven, nos permitió rodar el corto con unas condiciones dignas.

El rodaje fue mayormente en una casa del Vedado, en La Habana, y en Fábrica de Arte Cubano, institución a la cual le estamos profundamente agradecidos por el apoyo. Todo fue así, casas de amigos, y de amigos de amigos. La selección de los actores fue simple. Como actriz, salvo contadas excepciones, he odiado profundamente los castings. Por eso creo que inconscientemente decidí no hacer uno, al menos no uno tradicional.

A Giselda, la actriz que interpreta a Zayda, la protagonista del corto, la estuve estudiando en algunos cortos en los que trabajó en EICTV, e igualmente pasó con Luis Manuel Álvarez. Con Enma San Miguel, la abuela, fue diferente. Cuando estábamos trabajando el teaser y las fotos para el crowdfunding, Luis Rodriguez, el productor del corto, me envió fotos de varias señoras que mayormente trabajaban como extras. Enseguida el rostro de Enma me cautivó…Cuando trabajamos juntas, me enamoré totalmente de ella y ahí está No imagino otra Juana ahora.

¿Es la primera vez que participas con una obra en la Muestra de Cine Joven de La Habana? ¿Te hubiera gustado estar allí?

Le exigí a mi madre una crónica detallada de la noche de inauguración de la Muestra, donde se pondría el corto. Y es que el público de Cuba no es como el de ningún otro lugar. Es un cliché decirlo, pero es verdad. En New York, cuando voy al cine, sobresalgo porque comento la película y me río altísimo...Haber visto Con sana alegría en un cine lleno de expresiones y reacciones de ese tipo es algo que no tiene precio.