El enviado Especial de Estados Unidos para América Latina, Mauricio Claver-Carone, dijo que la influencia china en el Canal de Panamá no sólo es una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos, sino también para la seguridad nacional de Panamá y de todo el hemisferio occidental.
"Esta presencia cada vez más insidiosa de empresas y actores chinos en toda la Zona del Canal, desde puertos y logística hasta infraestructura de telecomunicaciones y demás”, apuntó.
Claver-Carone alegó que el “problema fue creado por el presidente (Juan Carlos) Varela en el 2018 en su reconocimiento a China”.
“No solamente fue un reconocimiento diplomático, fue un entreguismo a los intereses comerciales y políticos chinos porque en China no existe una divergencia entre los intereses comerciales y políticos con empresas del Estado, controladas por el estado y para el bien del Estado”, apuntó el funcionario estadounidense en una conferencia de prensa virtual sobre el viaje del secretario de Estado, Marco Rubio, a América Latina.
“El entreguismo del presidente Varela a China no es culpa del presidente (José Raúl) Mulino, pero es una realidad”, añadió.
Rubio parte el sábado en su primer viaje al exterior, donde visitará el canal y se reunirá con el presidente panameño Mulino en las primeras conversaciones entre los países desde que el presidente Donald Trump hablara de la necesidad de tomar el control del canal.
El gobierno panameño niega haber cedido la explotación del canal a China e insiste en que lo administra de forma justa para todas las embarcaciones.
El jueves, el presidente panameño descartó discutir el control del canal con Rubio cuando visite el país. "El canal pertenece a Panamá", declaró a la prensa.
Marco Rubio también visitará El Salvador, Costa Rica, Guatemala y República Dominicana, donde los esfuerzos de la administración Trump para repatriar a los migrantes de la región y frenar la migración estarán en la agenda.
Claver-Carone dijo que el primer viaje de Rubio como secretario de Estado era a América Latina porque la administración del presidente Trump entiende que “no hay región del mundo, en temas de migración, seguridad, comercio, que afecte más las vidas individuales” de cada estadounidense.
El enviado respondió a preguntas sobre el viaje a Venezuela del enviado del presidente Donald Trump, Richard Grenell, enfantizando que “no es para negociar”.
Claver-Carone aclaró que Grenell, en su viaje a Venezuela, llevará dos puntos; la responsabilidad de Venezuela de aceptar a los deportados y de liberar a los rehenes norteamericanos que tienen retenidos.
“Quiero plantear precisamente que esto no es una negociación”, expresó.
“Los criminales venezolanos de las gangas del Tren de Aragua y otros, que tienen que ser deportados, los tiene que aceptar. Es su responsabilidad, como es la responsabilidad de cada país del mundo. Eso no es negociable”, dijo el enviado Especial para América Latina.
Claver-Carone indicó además que “los rehenes norteamericanos actualmente en Venezuela tienen que ser inmediatamente soltados y regresados a Estados Unidos”.
“Si no se cumplen esos requisitos, obviamente, como ha dicho el propio presidente Trump públicamente, habrá consecuencias”, comentó.
Asimismo, añadió que no se discutirá ni negociará el tema del petróleo, haciéndose eco de las palabras de Trump de que a Estados Unidos "no le hace falta el petróleo de Venezuela”.
Claver-Carone reiteró que no había cambio alguno en la posición de Estados Unidos de que Nicolás Maduro se robó las elecciones del pasado julio y de que se necesita un cambio democrático en Venezuela