Memorias de Uribe mencionan interés de Castro por las FARC

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Las memorias del expresidente colombiano Álvaro Uribe llevan por título “No hay causa perdida”.

El libro recién salido de imprenta del ex presidente colombiano Álvaro Uribe revela una llamada que le hizo Fidel Castro en 2005 para mediar en el conflicto del gobierno con la guerrilla.
El expresidente de Colombia Álvaro Uribe acaba de publicar sus memorias bajo el título de “No hay causa perdida”, y en las 342 páginas del libro habla sobre pasajes cruciales de su vida y divulga aspectos inéditos de los momentos más tensos de sus ocho años como gobernante del país.

Entre los hechos narrados por Uribe figuran sus encuentros con el laureado escritor colombiano Gabriel García Márquez y el entonces gobernante cubano Fidel Castro para evaluar el tema del conflicto armado en Colombia.

También cómo durante el último año de sus estudios en Oxford, antes de su campaña presidencial, conoció al recién elegido presidente de Venezuela, Hugo Chávez, quien ese día le aseguró que su gobierno sería “neutral” frente al conflicto armado en Colombia.

Refiriéndose a la aparatosa captura del llamado “canciller” de las FARC, Rodrigo Granda, llevada a cabo en 2005 por autoridades colombianas en Venezuela, Uribe narra la crisis internacional que el hecho desencadenó y cómo Fidel Castro lo llamó a la medianoche de un día de enero de ese año para proponerle un plan para resolver la crisis.

El incidente tuvo su origen a finales de 2004, cuando durante una visita a Venezuela, Uribe escuchó decir a Chávez que era una gran mentira que su país apoyaba a las FARC. Sin embargo, cuenta el libro, poco después se obtuvo información de inteligencia según la cual Granda, uno de los jefes de la guerrilla, vivía en una casa confortable de dos pisos y piscina en Caracas.

Uribe dedica además buena parte de sus memorias al ataque al campamento de Raúl Reyes en territorio ecuatoriano, en marzo de 2008, y ofrece detalles inéditos de otros operativos contra las FARC tanto exitosos como fallidos.

Entre ellos la ‘Operación Jaque’, que hizo posible la liberación de Íngrid Betancourt en julio de ese mismo año. También narra la tragedia que significó para su familia el asesinato de su padre, Alberto Uribe Sierra, en junio de 1983.