Comunismo contra la religión: 100 años de historia. Corea del Norte y Vietnam (III parte)

Misa en Vietnam.

Corea del Norte

El padre Philippe Blot, sacerdote misionero de las Misiones Extranjeras de Paris (MEP) en Corea del Sur, compartió el 24 de marzo del 2017 en la catedral de Notre Dame de París un escalofriante testimonio sobre el infierno que vive el pueblo crucificado por la dictadura comunista en Corea del Norte. “Como misionero, como sacerdote católico, hablo aquí en nombre de todos esos coreanos que desde hace más de 60 años viven uno de los más largos Via Crucis de la historia de la humanidad”, narró Blot en la presentación.

Relatos de testigos y las imágenes tomadas con satélite permiten estimar que hay entre 100.000 y las 200.000 personas detenidas en los campos de concentración. La brutalidad de los guardianes es el pan de cada día de los prisioneros, que trabajan 16 horas al día, sufren torturas atroces, sin contar las ejecuciones públicas de los rebeldes.

Poster de Corea del Norte

Entre estos presos políticos los que sufren el peor tratamiento son los cristianos, considerados espías, antirrevolucionarios de primera clase. Serían 13.000 según el régimen, y entre 20 y 40.000 según las organizaciones humanitarias. Los cristianos son objeto de un tratamiento particularmente cruel. Se les crucifica, se les ahorca en árboles o bajo puentes, se les ahoga, se les quema vivos. Algunos testigos hablan de torturas tan horribles que la decencia no permite describirlas.

Para los dirigentes toda religión debe ser prohibida, es decir, tanto el cristianismo como el budismo ya que, como dice el catecismo marxista, es el “opio del pueblo”.

Los norcoreanos no saben qué es una biblia, quién es Dios.

Hace unos años el gobierno norcoreano ha abierto en medio de una gran propaganda una iglesia católica, un templo protestante y una iglesia ortodoxa en la capital…pero sólo son simulacros.

A pesar de todo esto hay una iglesia subterránea en Corea del Norte, que es objeto de una persecución continua. A los refugiados norcoreanos a los que les he preguntado “¿Habéis oído hablar o visto a un vecino vuestro detenido en flagrante delito de rezar en su casa o en un lugar secreto?”. Algunas informaciones nos hablan de una mujer, hace dos años, arrestada en posesión de 20 biblias. La molieron a palos y fue colgada por los pies en público.

En mayo de 2010, 20 cristianos pertenecientes a una iglesia clandestina fueron arrestados. Tres de ellos, responsables del grupo, fueron al instante ejecutados. Los otros, deportados.

Se estima que desde 1995 unos 5000 cristianos han sido ejecutados sólo porque rezaban en secreto o distribuían biblias. Muchos de estos cristianos han sido precisamente cristianos por la presencia de misioneros extranjeros en la frontera con China. Se sabe también que dos pastores, americano y canadiense de origen coreano, están ahora en campos de prisioneros por ayudar a refugiados.

Adoración por líder coreano

El nuevo líder norcoreano, Kim Jong-Un, ahora completamente instalado en el poder, “no ha dado ninguna nueva señal positiva sobre la libertad religiosa y la vida de los cristianos en Corea del Norte”: es lo que comunica a la Agencia Fides, el misionero de Maryknoll Padre Gerard Hammond, que desde Seúl, dirige los programas para Corea del Norte de su congregación y realiza más de 30 viajes más allá de la “cortina de bambú”.

El sacerdote señala que “las condiciones de seguridad en que viven los ciudadanos son tan estrechas que es realmente difícil cultivar la fe”, mientras que “en Corea del Norte se carece de sacerdotes católicos residentes desde hace más de 50 años”.

La libertad religiosa está totalmente negada y Corea del Norte, considerada como la nación del mundo más hostil al cristianismo: el informe “World Watch List 2017”, publicado por la organización estadounidense “Open Doors”, la coloca en la parte más alta de la lista de países opresores de la libertad de fe.

Según “Open Doors”, actualmente existen en Corea del Norte entre 100.000 y 400.000 cristianos y, a pesar del peligro de ser detenidos o condenados a muerte, los seguidores de Jesucristo, tratan de compartir el Evangelio en las llamadas “iglesias domésticas” que son “comunidad subterráneas”.

Iglesia Ortodoxa en Corea del Norte

Según una reciente nota del grupo “Christian Aid Mission”, publicada por la Agencia Fides, un Pastor afirmó que guía “tres iglesias clandestinas en Corea del Norte, con 87 miembros”. Según la ONG cristiana “318 Mission Partner” (que se refiere a los 318 guerreros compañeros de Abraham en la Biblia), que trabaja para salvar a los inmigrantes ilegales de Corea del Norte, existen más de 10.000 iglesias clandestinas en Corea del Norte.

Para el Padre Hammond “estas noticias son imposibles de verificar, y además cifras de esta magnitud son bastante sorprendentes, dadas las estrictas condiciones de seguridad y la red de control de los militares”. Esto no quiere decir que “la llama de la fe puede estar viva incluso bajo un régimen opresivo”, como ha sucedido en otras partes del mundo.

Kim Il-Sung

A principios de 1900, Pyongyang, hoy capital de Corea del Norte, era llamada la “Jerusalén de Oriente”, puesto que el cristianismo había echado raíces y había más de 3.000 iglesias.

La persecución de los cristianos en general comenzó en 1910, cuando Japón tomó el control de la península coreana, se agravó con la llegada al poder del régimen comunista de Kim Il-Sung, después de la Segunda Guerra Mundial, continuó bajo su hijo Kim Jong-Il y hoy días bajo el control de Kim Jong-Un.

Vietnam

Igual que ocurre con casi todos los regímenes comunistas, Vietnam cuenta con una serie de leyes y normativas que sobre el papel parecen respetar los principios básicos de la libertad religiosa. Sin embargo, la realidad para las personas que viven en Vietnam es muy distinta.

En 2016, el Departamento de Estado de los Estados Unidos recomendó a su Gobierno en el 16.º Informe sobre Libertad Religiosa Internacional, publicado el 2 de mayo de 2016, incluir a Vietnam en la lista de “Países de especial preocupación” respecto a la libertad religiosa.

El caso vietnamita recuerda vagamente al chino al menos en un punto: el abandono de una política de represión de la religión propia de los regímenes comunistas, para adoptar una política de control estricto de la misma.

En China este control se ejerce a través de la “Iglesia paralela” creada desde la Asociación Patriótica. En Vietnam –país en el que hay un 10% de cristianos (8% de católicos entre ellos)-, la Oficina de Asuntos Religiosos, creada en 1955, ejerce el control de las religiones que apetecen los regímenes comunistas.

Nguyễn Đặng Minh Mẫn, católica vietnamita.

La persecución en Vietnam tiene hoy un nombre propio: Nguyễn Đặng Minh Mẫn. Periodista independiente y activista católica, en 2011 cubrió con sus crónicas las protestas de nacionalistas y patriotas vietnamitas contra la política “imperialista” de Beijing en el Mar de la China meridional.

Fue arrestada el 31 de julio del mismo año, junto a otros 14 jóvenes cristianos protestantes. Tras 18 meses de prisión preventiva, fueron hallados culpables en un juicio de muy dudosa validez. La acusación afirmó que Minh Man actuó para “derrocar al gobierno del pueblo”.

Conforme a las declaraciones de sus familiares, la activista católica habría sufrido episodios de violencia en la cárcel.

“A veces, las guardias carcelarias –explica el padre Nguyễn Văn Lợi – le propinan bofetadas en el rostro”. Y no sólo eso, sino que otros prisioneros son usados para “insultarla frente a los demás”. De momento –agrega el progenitor- mi hija debe transcurrir 10 días en régimen de aislamiento en una pequeña habitación. Una celda muy oscura y maloliente”, según reporta Asia News.

Maria Ta Phong Tan.

Minh Man compartió cautiverio con la bloguera católica Maria Ta Phong Tan, quien relata que estaban encerradas “en la sección destinada a detenidos políticos, pero en celdas distintas. No se permitía que nadie entrara allí, ni siquiera al personal médico, tampoco los empleados del comedor, ni siquiera los guardias de seguridad”. Sin embargo, sí se permitía la entrada a una extranjera llamada Lan, que “golpeaba a Minh Mẫn de una manera cruel, provocándole heridas.

El Informe de Libertad Religiosa 2016 publicado por Ayuda a la Iglesia Necesitada – ACN expone las variadas dificultades que sufren las comunidades religiosas en Vietnam:

1) Los individuos y las organizaciones religiosas corren mayor riesgo si las autoridades les consideran una amenaza para el gobierno del Partido Comunista. En consecuencia, las organizaciones religiosas se ven obligadas con frecuencia a renunciar a su misión si quieren sobrevivir en Vietnam. Esto supone abandonar el apoyo a cualquier actividad que pueda ser percibida como contraria a la línea política del Partido, por ejemplo sobre democracia y derechos humanos. Es fácil que los activistas, por ejemplo los católicos y los protestantes, que defienden abiertamente las libertades básicas, acaben en prisión.

2) La determinación del Estado en mantener el orden público a toda costa precede a la libertad religiosa y a muchos otros tipos de libertad. Esta actitud supone inevitablemente graves restricciones a la evangelización. La evangelización puerta a puerta o entregar folletos en calles y parques públicos puede provocar la intervención de la policía. Los budistas y los caodaístas que se niegan a unirse a las organizaciones auspiciadas por el Estado corren un auténtico peligro.

3) Es digno de mención el amplio margen que se concede a las autoridades para interpretar y aplicar la política religiosa de acuerdo con sus propios intereses. Este ancho margen es una fuente de incertidumbre e incoherencia. Algunas comunidades religiosas tienen la suerte de que realizan sus actividades en provincias en las que las autoridades no manifiestan ninguna antipatía especial hacia la religión o hacia las minorías religiosas. Pero casi todos los grupos religiosos afirman haberse encontrado con más problemas en una provincias que en otras. En estas provincias es difícil conseguir la aprobación gubernamental para edificar una nueva iglesia o para realizar algunas actividades religiosas.

Libertad para Nguyễn Đặng Minh Mẫn.

La Asociación para la Defensa de la Libertad Religiosa -grupo surgido de la sociedad civil vietnamita- publicó su último informe en febrero de 2016. En él, describe cómo “en 2015 las autoridades vietnamitas cometieron 50 violaciones de la libertad religiosa. La mayor parte de las víctimas han sido protestantes, en concreto personas que trabajan entre las minorías étnicas y las comunidades más pequeñas sin licencia para realizar actividades religiosas. Las autoridades impiden a los fieles participar en el culto religioso, amenazándoles y no permitiéndoles reunirse.”

Las amenazas de incautarse de las propiedades que pertenecen a los grupos religiosos y la recuperación de las propiedades confiscadas por las autoridades siguen siendo las cuestiones más polémicas para las comunidades religiosas. En 2015, a las congregaciones religiosas católicas se les impusieron restricciones, se les amenazó abiertamente y se les incautaron y confiscaron sus propiedades.

La organización Open Doors afirma que en Vietnam la persecución está aumentando, especialmente desde la aprobación en noviembre de 2016 de la nueva ley de creencias y religión, que limita considerablemente la libertad religiosa. Al parecer, los conversos del budismo u otras religiones animistas al cristianismo son quienes sufren la más dura persecución, ya que ésta proviene no sólo de las autoridades, sino también de sus propios vecinos y familiares.

El gobierno vietnamita ve a la Iglesia Católica como una injerencia de intereses extranjeros en su país, así como un remanente de la época colonial.