Con Castro en su mausoleo, Cuba vuelve a la normalidad

  • Agencias

Turistas colman la entrada del Bar Restaurante La Bodeguita del Medio en La Habana hoy, 5 de diciembre de 2016, un día después de la inhumación de las cenizas del líder cubano Fidel Castro.

Terminó la ley seca y regresaron el bullicio y la “resolvedera”, reportaron el lunes agencias internacionales, al día siguiente de que culminara el largo funeral del ex gobernante con la inhumación de sus cenizas en el cementerio Santa Ifigenia de Santiago de Cuba.

Agencias internacionales describieron la vuelta a la normalidad en Cuba el lunes después de nueve días de riguroso duelo impuesto por las autoridades tras la muerte de Fidel Castro.

Associated Press dice que la música vuelve a sonar en las calles. Los turistas toman mojitos en las cafeterías junto a la calle y las banderas ondean en lo alto de los mástiles mientras Cuba vuelve poco a poco a su ruidosa y bulliciosa normalidad.

“Cuba es un país donde las aceras sirven como salitas y clubes sociales, pero durante el periodo de luto la gente se quedó sobre todo en casa, viendo la televisión y evitando cualquier apariencia de alegría”, dice el corresponsal jefe Michael Weissenstein.

El gobierno prohibió la venta de alcohol y la música en vivo o grabada tras la muerte de Castro.

"Había mucho silencio. En un bar, un restaurante, se podía oir el aire acondicionado", dijo el lunes Janine Jenner, una turista alemana, mientras bebía un vaso de sangría en La Habana Vieja. "Hoy es como si alguien hubiera encendido el ruido en todas partes. Es como que la ciudad ha recuperado el pulso. La gente sonríe más".

“El clamor”, dice el periodista, “es una constante en Cuba. Música de todo tipo —salsa, reggaeton, pop— suena a todo volumen a todas horas del día. La gente revoluciona motores de motocicletas durante horas bajo las ventanas de sus vecinos o aplastan cientos de latas de refresco para reciclarlas a las 7 de la mañana de un sábado”.

Prohibido reírse

Todo ese ruido se silenció de pronto la mañana después de que se anunciara la muerte de Castro el 25 de noviembre. Incluso los sonidos accidentales de la vida, como niños riendo mientras jugaban en las calles o vecinos gritándose, parecieron desaparecer. Esa vida empezó a reaparecer el lunes.

Bares y cafeterías volvían a vender alcohol y se veía a cubanos agachados, bebiendo cerveza con discreción o tomando ron blanco barato en cajitas. Las multitudes de extranjeros que paseaban por La Habana Vieja eran más descaradas, bebiendo cerveza por la calle y bailando con bebidas en la mano mientras grupos musicales tocaban por primera vez en más de una semana en las cafeterías turísticas.

La gente volvía a saludarse con un "buenos días", tras más de una semana de sobrios "hola".

En barrios de toda La Habana, los vendedores callejeros ofrecían sus productos de nuevo tras más de una semana de silencio. El agudo tono de un caramillo alertaba a la gente de que el afilador de cuchillos pasaba por la zona. Un hombre vendía bloques de dulces por dos dólares, exclamando "¡Cake de capuccino, 50 pesos!".

La música corriente fue la que más tardó en regresar. Durante un paseo de dos horas por tres barrios de La Habana el lunes por la tarde, un periodista de Associated Press oyó música en apenas cuatro ocasiones, todas a bajo volumen: dos veces procedía de coches parados, y dos, de ventanas de apartamentos abiertas .

Sacudirse el luto

Por su parte la agencia EFE reporta que la efervescente Cuba que se paralizó nueve días tras la muerte de Fidel Castro, volvió el lunes a la rutina, al trabajo, a poner la música alta y también a "resolver", como en la isla se conoce a los malabarismos que se hacen para cubrir las necesidades cotidianas.

Agrega que mucha de la población se sacudió el luto y con pragmatismo retornó a sus quehaceres. Los habaneros hacían cola la mañana del lunes para tomar la guagua o un "almendrón" que los llevara a destino. La serie nacional de béisbol se reanudó asimismo.

El despacho resalta que la capital cubana, donde el turismo deja elevados ingresos que suponen la fuente principal de muchos de sus habitantes, no podía permitirse seguir muchos más días sin música, espectáculos y bajo ley seca, imposiciones del luto decretado por las autoridades.

Grupos musicales volvieron a tocar en las calles para los turistas tras el sepelio de Fidel Castro.

Grupos de turistas, según comprobó Efe, recorrían de nuevo el pintoresco casco histórico de la "Habana Vieja", donde se escuchaban las notas del son cubano interpretadas por bandas de música en los recovecos de la calle Obispo o la Plaza de Armas.

El día, despejado y caluroso, invitaba a refrescarse con un tradicional mojito o un daiquiri que, ahora sí, los bares y restaurantes pueden servir legalmente.

Locales célebres como La Bodeguita del Medio o el Floridita, de parada obligada para quienes siguen la pista etílica del escritor Ernest Hemingway en la ciudad, bullían de visitantes extranjeros desde temprano.

Ausencia acostumbrada

El despacho de EFE señala que aunque Castro fue una figura omnipresente que gobernó a pie de calle casi 50 años, lo cierto es que en la década que llevaba apartado del poder por una enfermedad intestinal tuvo una presencia pública muy limitada.

Los cubanos lamentan una ausencia a la que en realidad ya estaban acostumbrados, porque solo le veían esporádicamente en fotos publicadas por la prensa estatal cuando recibía a personalidades que visitaban Cuba, y públicamente apareció en contadas y especiales ocasiones, como este año para el congreso del Partido Comunista o por su 90 cumpleaños.