Los observatorios de Género Alas Tensas (OGAT) y Yo Sí Te Creo en Cuba confirmaron el primer feminicidio ocurrido en la isla en 2024. Se trata de Diana Rosa Cervantes Mejías, una joven de 29 años, que fue asesinada por su pareja en la ciudad de Camagüey el pasado dos de enero.
“El agresor tenía antecedentes penales y de violencia machista. Estaba en la calle bajo fianza esperando juicio. Este caso nos habla también del mensaje de impunidad que transmiten las instituciones cubanas”, dijo a Martí Noticias Yanelys Núñez, coordinadora general del OGAT.
A la víctima le sobrevive un hijo menor de edad de una relación anterior. Personas allegadas a la joven habían denunciado el crimen la pasada semana en redes sociales. Según el testimonio de May Díaz, quien conocía a Diana Rosa, el agresor le propinó una brutal golpiza en su casa, ubicada en el reparto Edén. La muerte habría sido provocada por los múltiples golpes que recibió en la cabeza.
Lee también Feminicidios en Cuba en 2023: promedio de más de siete mujeres asesinadas cada mesLos observatorios independientes verificaron otros dos crímenes machistas ocurridos a finales de año, lo que eleva la cifra de feminicidios de 2023 a 88, el número más alto desde que comenzaron a registrar los casos en 2019.
Una de las víctimas fue asesinada por su pareja el 24 de diciembre en la localidad de Cauto Cristo, provincia de Granma. Se trata de la enfermera Nurisbel Guerra Reyes, conocida como Nuris, a quien le sobreviven al menos dos hijos, uno mayor de edad de una relación anterior y otro menor, cuyo padre era el agresor.
El otro caso ocurrió el 28 de diciembre en un barrio rural de Artemisa. La mujer, asesinada también por su pareja, fue identificada como Ohanis Soto Falcón, conocida como Nani y madre de tres hijos mayores de edad.
“El año 2023 fue definitorio para probar la cero prevención por parte del Estado cubano de la violencia feminicida, con numerosos casos de victimarios con denuncias previas y antecedentes de violencia machista, con crímenes ocurridos por parte de policías con uso de su arma reglamentaria, dentro de una estación de policía y hasta en los predios de un penitenciario”, cuestionaron los observatorios independientes en un comunicado conjunto.
Durante el VII Pleno del Comité Central del Partido Comunista, la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) hizo público que 117 mujeres habían sido asesinadas entre enero y octubre de ese año. También revelaron que 16 mil mujeres y niñas viven en situaciones de riesgo por violencia machista en casi diez mil viviendas de la isla.
“El llamado que hicimos en diciembre en conjunto con varias organizaciones de la sociedad civil se repite. Cuál es la metodología para el registro de los feminicidios, de dónde sale la cifra de 117 casos, qué medidas están tomando las instituciones para frenar la violencia de género”, denunció Núñez en declaraciones a nuestra redacción.
Lo que más nos preocupa ahora, aclaró, es la propia cifra que ha dado el gobierno de las mujeres y niñas que viven en hogares donde se ha registrado violencia de género. “No sabemos, porque no lo han dicho, cuáles son las acciones que han tomado para que estas mujeres y niñas preserven sus vidas y vivan libres de violencia”, dijo.
Núñez cuestionó que el Estado continúe criminalizando a las organizaciones, activistas y personas que quieren participar libremente en la política cuando deberían preocuparse “realmente por lo que importa, que es el aumento de la criminalidad y la violencia de género en el país. Ahí es adonde tienen que ir destinados los recursos”, comentó.
OGAT y YSTCC han verificado un total de 207 crímenes machistas desde 2019. No existe un registro histórico oficial de este fenómeno. Según cálculos de Martí Noticias, a partir de los feminicidios verificados por los observatorios, un promedio de más de siete mujeres fueron asesinadas cada mes en Cuba el año pasado.
“El feminicidio es al final el resultado de un grupo de violencia y cuando una mujer tiene el valor de denunciar lo que está viviendo debe existir personal capacitado que pueda acompañar esa denuncia, no solo a nivel psicológico, sino también práctico. Y lo que hemos visto es una completa desprotección por parte de las instituciones y de la propia Policía”, comentó la activista a nuestra redacción.