Piden protección para migrantes varados en Panamá, incluidos cubanos

Migrantes cubanos en el albergue de Chiriquí, en Panamá. (José Vásquez/Cubanet)

En momentos en que Panamá lidia con la atención de casi 2 000 migrantes en limitados albergues temporales en la selvática provincia de Darién, incluidas familias enteras con menores de edad procedentes de Cuba, Haití y naciones más lejanas golpeadas por la pobreza y la violencia, la Corte Interamericana ordenó al país centroamericano medidas urgentes para proteger la salud y vida de esos extranjeros varados en medio de la pandemia del coronavirus.

En una resolución esta semana, la presidenta de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH), Elizabeth Odio, formuló el requerimiento en favor de los migrantes recluidos en refugios transitorios en las comunidades de Peñitas y Lajas Blancas, donde han quedado confinadas estas personas después de cruzar la peligrosa jungla del Darién, pegada a la frontera con Colombia.

El organismo, con sede en la capital costarricense, ordenó a Panamá asegurar “de forma inmediata y efectiva, el acceso a servicios de salud esenciales sin discriminación a todas las personas” en esos campamentos.

El llamado urgente se da en el marco de la vigilancia de una sentencia en que el Estado panameño fue encontrado responsable hace casi diez años por denuncias de violación a los derechos a la libertad de un ecuatoriano que fue detenido sin documentos en un puesto policial en Darién en 2002.

De acuerdo con el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL) -el organismo de derechos humanos que solicitó la supervisión del caso- los migrantes que transitan por la selva del Darién se enfrentan a una política de detención automática y arbitraria, así como condiciones de hacinamiento.

El gobierno del presidente Laurentino Cortizo ha negado cualquier tipo de maltratos contra los migrantes y ha dicho que el confinamiento en que están desde fines de marzo se debe a las medidas de restricción de movilidad en todo el país para contener la propagación del nuevo coronavirus.

El vicecanciller Federico Alfaro Boyd refirió esta semana que también los países centroamericanos, incluidos Costa Rica y Nicaragua, han restringido sus fronteras, por lo que los migrantes no podrían avanzar a su destino si se les deja partir del Darién.

Se está haciendo un esfuerzo importante para dotar a los migrantes de “insumos médicos”, así como de cuestiones básicas como catres para dormir y agua, dijo el diplomático.

Antes que llegase la pandemia, los migrantes que lograban cruzar la jungla del Darién, plagada de traficantes de personas y de drogas, llegaban hasta los refugios, incluido el de Peñitas, desde donde con el visto bueno de las autoridades migratorias y policiales seguían en buses hasta la frontera con Costa Rica en su anhelada ruta hacia Norteamérica.