Hasta nueve activistas rusos y un ciudadano estadounidense han sido sacados abruptamente de prisiones rusas en los últimos días, y otros rusos detenidos en prisiones estadounidenses han desaparecido de las bases de datos penitenciarias, avivando la especulación de que se está produciendo un importante intercambio de prisioneros que involucra a Rusia, Estados Unidos y otros países europeos.
Ningún funcionario gubernamental en Washington, Moscú o cualquier otro lugar ha comentado sobre la posibilidad de un intercambio, sin embargo, analistas apuntaban este jueves a señales que sugieren lo que podría ser el mayor intercambio de su tipo desde la Guerra Fría.
"Todavía no tengo comentarios sobre este tema", dijo el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, a periodistas.
Los abogados defensores de varias personas de alto perfil recluidas en prisiones rusas han dicho que se desconoce el paradero de sus clientes, una situación que a menudo surge cuando se traslada a los reclusos. Algunos de ellos incluyen a los activistas de la oposición Vladimir Kara-Murza e Ilya Yashin, entre otros.
Olga Karlova, abogada del ex marine estadounidense Paul Whelan, dijo el 31 de julio que no sabe dónde está su cliente y que las autoridades de la prisión de la región de Mordovia donde estaba encarcelado han ignorado las solicitudes para confirmar si se encuentra en la penitenciaría.
Whelan, que cumple una condena de 16 años de prisión por cargos de espionaje que él y Washington rechazan, es uno de los más de 10 ciudadanos estadounidenses que actualmente se encuentran detenidos en cárceles y prisiones rusas, acusados o condenados por cargos que van desde posesión de drogas y robo, hasta traición y al espionaje.
En muchos casos, los cargos contra los estadounidenses, que incluyen al reportero del Wall Street Journal, Evan Gershkovich y a la editora de RFE/RL, Alsu Kurmasheva, han sido calificados por sus empleadores o por el gobierno de Estados Unidos como inventados o claramente políticos. Algunas de las sentencias exceden con creces lo que los expertos legales consideran normal.
“Esperamos que todos los presos políticos retenidos injustamente, especialmente periodistas como Alsu y Evan, sean devueltos a sus seres queridos. El periodismo no es un delito", dijo el presidente y director ejecutivo de RFE/RL, Stephen Capus, en un comunicado fechado este el 1 de agosto.
"A los otros tres periodistas de RFE/RL injustamente tras las rejas –dos en Bielorrusia y uno en Crimea controlada por Rusia– les decimos que no están olvidados. RFE/RL hará todo lo que esté a nuestro alcance para asegurar su liberación y reunirlos con sus familias”, añadió, refiriéndose a Ihar Losik y Andrey Kuznechyk en Bielorrusia, y a Vladyslav Yesypenko en Crimea.
Apenas unas horas después de que se supiera la desaparición de Whalen, el abogado defensor de Kara-Murza, que tiene doble ciudadanía ruso-británica, dijo que no le permitieron entrar a la prisión de Omsk para ver a su cliente, quien el año pasado fue sentenciado a 25 años de prisión por traición y otros cargos.
Este 1 de agosto, un grupo de abogados y defensores de derechos rusos conocido como Pervy Otdel publicó un mensaje en Telegram señalando la trayectoria de vuelo de un avión Antonov que había estado involucrado anteriormente en otros intercambios de prisioneros.
"Un avión An-148, que supuestamente se utilizó para el anterior intercambio de prisioneros políticos, despegó de Kaliningrado hacia Moscú [el 1 de agosto]", dijo Pervy Otdel.
El avión, con el número de cola RA-61727, despegó luego de regreso a Moscú, según el grupo, lo que "puede indicar que el intercambio de prisioneros políticos tuvo lugar en la frontera con Polonia".
Los datos del sitio de seguimiento de vuelos Flightradar24 confirmaron los movimientos del avión, mientras que el medio de comunicación ruso Agenstvo informó que varios aviones especiales del gobierno ruso han viajado en los últimos días hacia y desde regiones donde se encuentran prisiones que albergan a disidentes.
Mientras tanto, cuatro rusos acusados o encarcelados en Estados Unidos han desaparecido de una base de datos de reclusos operada por la Oficina Federal de Prisiones de Estados Unidos.
Entre los cuatro se encuentran Vladislav Klyushin, un empresario de TI conectado al Kremlin que cumple una sentencia de varios años por cargos de uso de información privilegiada, y Aleksandr Vinnik, quien recientemente se declaró culpable de cargos de lavado de dinero y ha estado en libertad a la espera de sentencia.
El mayor intercambio de prisioneros desde la Guerra Fría se produjo en 2010 y en él participaron un total de 14 personas.
En ese intercambio, Estados Unidos liberó a 10 rusos, incluida Anna Chapman. Sergei Skripal, un oficial de inteligencia militar ruso condenado por espiar para Gran Bretaña, fue una de las cuatro personas liberadas por Moscú.