Dos cubanos han emprendido un camino alternativo y poco usual para llegar a Estados Unidos. Llegaron a Moscú sin necesidad de un visado y hoy esperan en un campo de refugiados en Serbia.
Se trata de los santiagueros Raúl Oscar García Pupo y Rafael Lozada Cordero, de 38 y 37 años de edad respectivamente, y son oriundos de Contramaestre, en Santiago de Cuba.
Los dos han sido simpatizantes de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), una organización abiertamente confrontacional con las autoridades de cubanas.
Raúl García, del poblado de Maffo, en Contramaestre, relató al programa Contacto Cuba, de Radio Martí, que llegaron a Rusia a principios de octubre y a finales de mes ya estaban en camino a Montenegro.
Desde allí “algunos amigos”, les facilitaron acercarse al campamento ubicado en Adasevci, una localidad del noroeste de Serbia y a 120 kilómetros de Belgrado.
El campo de Adasevci es de tránsito, pero allí se acumulan los refugiados en enormes tiendas blancas de unos 300 metros cuadrados y los baños portátiles. Es el último punto en la escala de los migrantes antes de entrar a la Unión Europea.
“Aquí te ponen en una lista, y cuando te llega el número te pasan a un campo fronterizo por una semana para llevarte hasta Hungría. En ese país te facilitan documentos para que puedas viajar con permisos correspondientes por la Unión Europea y trabajar o adelantar para llegar al punto final, que son los Estados Unidos”, señaló García.
Las escasas posibilidades de encontrar empleo, el alto precio de los productos y la maltrecha economía cubana han sido los impulsos para estos jóvenes abandonar la isla.
García Pupo, que trabajó por varios años como productor general de actividades culturales en la Asociación “Hermanos Saíz”, de la mencionada ciudad oriental, fue tajante en sus explicaciones.
“Preferimos pasar por esto que estar en la situación de los cubanos en Cuba, que es deprimente”, acotó.
Rafael Lozada Cordero, graduado de Comunicación Social y sin oportunidad de ejercer su profesión, señaló que hizo "de todo" para subsistir, menos poner a prueba los conocimientos que había adquirido. "Fui tabaquero, panadero, carpintero ebanista", todo por cuenta propia.
Lozada asegura que en 2008 fue el último de sus 7 intentos por abandonar ilegalmente el país. En aquella captura a mano de las tropas guardafronteras cubanas lo detuvieron por una semana en Cojímar, un pueblo costero de La Habana.
“Tuve que pagar 3 mil pesos por la embarcación (rústica)”, indica y asevera que no tenía ya otra salida que no fuera abandonar Cuba.
“Después que conoces la verdad, es incalculable el dolor que eso nos trae, las consecuencias para el pueblo cubano. El abuso que se vive cada día…”, agrega Lozada Cordero.
Lozada contó que el campamento cuenta con las condiciones mínimas para vivir: “Estamos protegidos por un techo, nos dan comida –que no es la mejor, pero no la peor-, y hay que agradecer a Dios porque nos da una posibilidad que no teníamos”.
Según lo que han observado, ambos jóvenes concuerdan en que el campo de refugiados alberga a unas tres mil personas, de países como Turquía, Afaganistán, Siria, Paquistán, Iraq y otros.
¿Por qué te fuiste de Cuba: Por problemas económicos o por falta de libertades?, indagamos finalmente.
“Por falta de libertades. A veces lo económico en esto no importa, porque el dinero va y viene”, indica Rafael Lozada de manera categórica.
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