Café, del placer a la explosión en la cocina cubana

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Las cafeteras que explotan en Cuba.

Tras la venta de módulos de cocina que prometían ahorrar energía en la isla, familias reclaman a las autoridades una solución para las cafeteras y cocinas rotas que les ha obligado a recalar en las obsoletas hornillas eléctricas.

El café, de alto consumo en Cuba, dejó de ser un placer para convertirse en potencial peligro para muchas familias que han visto explotar las cafeteras recientemente compradas en mercados estatales.

Y es que la cocina es probablemente el sitio más peligroso de las casas cubanas, que han visto explotar las ollas repletas de chícharos, o las cocinas de kerosene que fueron dejando mutilados y heridos a su paso.

Los frustrados compradores de los módulos de cocina de inducción, que incluyen a la cafetera, no reciben garantía alguna por su compra pese a que las ventas son promovidas por el Gobierno con el propósito de "estimular el ahorro energético", como aparece en el diario comunista Granma.

La promesa básica de beneficio, como parte de la llamada Revolución Energética en Cuba, incluye además “confort, durabilidad y una eficiencia energética que podía superar en un 30 por ciento a las hornillas de resistencia”.

Cafetera averiada

Pero del dicho al hecho…un gran trecho

“Desde el principio veía que no se acomodaba bien en el fondo. Me da­­ba miedo hasta ponerla, pero me dije: tengo que usarla a ver si es idea que yo me hago”, dijo la pinareña Julia Lobo al diario.

“Así lo hice varias veces, hasta que un día sentí la explosión. La parte de arriba cayó por un lado, y el fondo por otro”, explicó. Lobo, que compró uno de los 24.000 módulos que comercializó la provincia en el 2015, tuvo que volver a la hornilla eléctrica porque en siete meses no ha recibido respuesta.

Su pésima experiencia no es única. El diario dijo que solo en Pinar del Río se reportan cientos de casos.

El administrador del mercado artesanal industrial (MAI) Hermanos Cruz, Jorge Luis Machín, explicó que la cafetera “es lo que más problemas ha tenido del módulo vendido para ahorrar electricidad y que incluye hor­nilla de inducción, cazuela, ja­rro y sartén.

Respuesta oficial al problema: "Como no tenemos ma­nera de arreglarlas, no llevamos las estadísticas"....

“De lo único que se queja la población es de la cafetera”, dijo Ma­ría Victoria Morales, administradora del MAI El Incendio, en Pinar del río.

Pero para completar el absurdo, el gobierno solo ofrece garantía para la hornilla. Libran los que pueden demostrar que la hornilla se rompió a causa de la explosión de la cafetera, según explicó otro funcionario.

“La mayoría de las hornillas de inducción que se han recibido en sus talleres con el cristal partido y por tanto inutilizables, ha sido por culpa de la cafetera”, admitió Reinaldo Sal­gado Borges, director del Pro­grama de Ahorro de Energía en Pinar del Río.

“Según hemos notado, primero se les abolla el fondo, y si la persona no se da cuenta y la sigue usando, lo larga completamente y rom­pe también la hornilla”, agregó.

Sin solución

Los funcionarios estatales se muestran incapaces de resolver el problema. Muchos han debido regresar a los obsoletos artefactos con los que han cocinado por años.

“Como no tenemos ma­nera de arreglarlas, no llevamos las estadísticas, pero sí le puedo decir que vienen con mucha frecuencia”, explicó Fidel Rodríguez, ad­ministrador del taller que atiende las averías en Pi­nar del Río.

“Nosotros también teníamos una lista que se detuvo. Ahora no le po­dría decir por dónde quedó, pero era larga”

Pese al fracaso de las cafeteras vendidas a finales del 2015, una segunda venta de 11.960 módulos dos meses atrás.

“Aquí se dejó de anotar el personal, porque era una cantidad muy gran­­de y no había solución para ellos”, explicó Juan Carlos Ro­­drí­guez, almacenero de uno de los mercados que vende los módulos.

“Nosotros también teníamos una lista que se detuvo. Ahora no le po­dría decir por dónde quedó, pero era larga”, agregó José Al­fonso Pando, almacenero de otro mercado pinareño.

Incluso hay quienes tras el susto de ver explotar su cafetera, ni siquiera han acudido a registrarse.

“Yo no me anoté ni quiero saber de ellas, porque cogí miedo de que me vayan a hacer daño o me puedan romper la hornilla”, comentó Yos­­leivis Páez.

Armando Núñez, especialista prin­­cipal del grupo, explica que Pinar del Río no es el único territorio donde esto sucede. “El resto de las provincias donde se han distribuido los mó­dulos están igual que nosotros”.

Un consejo para Nestlé

Uno de los modelos de cafeteras Nestle Nespresso SA.

Nestlé Nespresso SA dijo el lunes que va a convertirse en la primera empresa que importará café cubano a Estados Unidos, en medio del deshielo entre los viejos enemigos.

Valdría la pena que este consorcio venda algunas de sus cafeteras a los cubanos, necesitados como están de que la experiencia de la cocina sea un placer seguro y no un peligro potencial para sus vidas.