A medida que los rumores llenan el vacío de información, la preocupación por las calles va en aumento
El barbero cubano Ubaldo Pino de la barriada capitalina del Cerro, uno de los distritos más pobres y hacinados de la ciudad, cayó enfermo de vómitos y diarrea a finales de diciembre, a los 46 años de edad, y murió en el hospital el 6 de enero, según un reportaje publicado por BBC News este domingo.
La familia del peluquero dijo a BBC que tenían dos pruebas por separado sobre la enfermedad y que ambas dieron que se trataba de la enfermedad del cólera.
"No sabemos cómo se infectó", le dijo a BBC su hermana, Yanisey Pino, en la casa de la familia, a pocas cuadras de la llamada Plaza de la Revolución de la capital. Yanisey agregó que su hermano era un gran bebedor.
Una semana después de la muerte de Ubaldo, el ministerio de Salud de Cuba aún no ha hecho ningún pronunciamiento público al respecto. Pero hay cada vez más señales de que el caso del barbero no es un caso aislado.
Ahora los médicos están haciendo investigaciones puerta a puerta en La Habana y cualquiera que muestre posibles síntomas de cólera es enviado al Instituto de Medicina Tropical para ser investigado.
"Todas nuestras salas están volcadas en este problema", dijo un empleado del Instituto de Medicina Tropical a BBC, por teléfono, antes de decir que no estaba autorizada a hacer más comentarios.
Pero Yanisey Pino asegura que su hermano fue diagnosticado como enfermo de cólera, tanto por su hospital local como por el Instituto de Medicina Tropical.
El día que Ubaldo murió, trabajadores de la salud visitaron a la familia, que vive hacinada en una cuartería, y le suministraron antibióticos como medida de precaución.
La zona entera ha sido desinfectada y se tomaron muestras de agua para su análisis. Mientras tanto, bares y cafeterías cercanos han sido cerradas.
Otro residente del barrio, una muchacha llamada Yudermis, cayó enferma justo antes del Año Nuevo, junto con otros cuatro familiares, incluyendo su hijo de siete años de edad. La familia asumió que tenía intoxicación alimentaria, pero luego dio positivo en la prueba del cólera en su clínica local.
Yudermis y sus familiares sobrevivieron y ella dijo a BBC que nunca antes de enfermarse había oído hablar del cólera, el cual era raro en Cuba.
La Organización Mundial de Salud (OMS) describe al cólera como una enfermedad extremadamente virulenta, que se contrae por el consumo de agua y alimentos contaminados, que causa deshidratación por diarreas severas y puede ser fatal si no se trata a tiempo.
Hasta el verano pasado, no había habido ningún brote importante en la isla desde mucho antes de la revolución castrista, es decir, desde el siglo XIX y bajo el dominio de España.
Pero en julio el Ministerio de Salud confirmó que tres personas habían muerto de cólera en el este del país. Un pozo contaminado fue identificado como la fuente.
En La Habana, la capital bulliciosa y concurrida de Cuba y un centro turístico clave, se toman medidas estrictas para contener el último brote sospechoso.
La mayoría dice que han escuchado rumores de un brote de cólera en Cerro y están tomando precauciones adicionales, pero ninguno ha recibido instrucciones oficiales.
Pero a medida que los rumores llenan el vacío de información, la preocupación por las calles va en aumento.
La familia del peluquero dijo a BBC que tenían dos pruebas por separado sobre la enfermedad y que ambas dieron que se trataba de la enfermedad del cólera.
"No sabemos cómo se infectó", le dijo a BBC su hermana, Yanisey Pino, en la casa de la familia, a pocas cuadras de la llamada Plaza de la Revolución de la capital. Yanisey agregó que su hermano era un gran bebedor.
Una semana después de la muerte de Ubaldo, el ministerio de Salud de Cuba aún no ha hecho ningún pronunciamiento público al respecto. Pero hay cada vez más señales de que el caso del barbero no es un caso aislado.
Ahora los médicos están haciendo investigaciones puerta a puerta en La Habana y cualquiera que muestre posibles síntomas de cólera es enviado al Instituto de Medicina Tropical para ser investigado.
"Todas nuestras salas están volcadas en este problema", dijo un empleado del Instituto de Medicina Tropical a BBC, por teléfono, antes de decir que no estaba autorizada a hacer más comentarios.
Pero Yanisey Pino asegura que su hermano fue diagnosticado como enfermo de cólera, tanto por su hospital local como por el Instituto de Medicina Tropical.
El día que Ubaldo murió, trabajadores de la salud visitaron a la familia, que vive hacinada en una cuartería, y le suministraron antibióticos como medida de precaución.
La zona entera ha sido desinfectada y se tomaron muestras de agua para su análisis. Mientras tanto, bares y cafeterías cercanos han sido cerradas.
Otro residente del barrio, una muchacha llamada Yudermis, cayó enferma justo antes del Año Nuevo, junto con otros cuatro familiares, incluyendo su hijo de siete años de edad. La familia asumió que tenía intoxicación alimentaria, pero luego dio positivo en la prueba del cólera en su clínica local.
Yudermis y sus familiares sobrevivieron y ella dijo a BBC que nunca antes de enfermarse había oído hablar del cólera, el cual era raro en Cuba.
La Organización Mundial de Salud (OMS) describe al cólera como una enfermedad extremadamente virulenta, que se contrae por el consumo de agua y alimentos contaminados, que causa deshidratación por diarreas severas y puede ser fatal si no se trata a tiempo.
Hasta el verano pasado, no había habido ningún brote importante en la isla desde mucho antes de la revolución castrista, es decir, desde el siglo XIX y bajo el dominio de España.
Pero en julio el Ministerio de Salud confirmó que tres personas habían muerto de cólera en el este del país. Un pozo contaminado fue identificado como la fuente.
En La Habana, la capital bulliciosa y concurrida de Cuba y un centro turístico clave, se toman medidas estrictas para contener el último brote sospechoso.
La mayoría dice que han escuchado rumores de un brote de cólera en Cerro y están tomando precauciones adicionales, pero ninguno ha recibido instrucciones oficiales.
Pero a medida que los rumores llenan el vacío de información, la preocupación por las calles va en aumento.