Miriam Rodríguez declaró que si las autoridades hubiesen informado oportunamente acerca del brote de cólera, habrían llevado a su hijo rápidamente al médico
La ciudadana cubana Miriam Rodríguez, residente en La Habana, insiste en que su hijo, Ubaldo Pino Rodríguez, murió de cólera el pasado 5 de enero, y afirma que así está escrito en el certificado de defunción.
La mujer, que vive con su familia en una humilde casa de la calle Vista Hermosa número 418, en el Cerro, el municipio más afectado por el brote de cólera, contó a la agencia France Press que su hijo, de 46 años y barbero de profesión, falleció dos semanas después de presentar los primeros síntomas, y haber estado ingresado en los hospitales Jurídico y Salvador Allende (antiguo Covadonga).
La hermana del fallecido, Yaniset Pino Rodríguez, afirmó que Ubaldo empezó a sentirse mal el 22 de diciembre, pero se negó a ir al médico.
Miriam Rodríguez, la madre, hizo alusión al hecho de que si las autoridades hubiesen informado oportunamente acerca del brote de cólera, habrían llevado a su hijo rápidamente al médico.
La madre alega que fue bien atendido por los galenos, pero que su salud ya estaba quebrantada, debido a problemas de alcoholismo, además de vivir en una improvisada cabaña de madera, en condiciones antihigiénicas, según sus declaraciones a la agencia Prensa Asociada.
La hermana dijo que, después del deceso, las autoridades acordonaron la vivienda y le ordenaron a ella quemar todas las pertenencias.
En una nota publicada este martes por el diario Granma, las autoridades sanitarias del régimen cubano dieron a conocer que fue detectado en La Habana un brote de cólera que ha enfermado hasta ahora a 51 personas, sin referirse a fallecidos.
El ministerio de Salud Publica indicó que el foco de cólera “se generó por un expendedor de alimentos, portador asintomático de la enfermedad, adquirida durante los brotes informados con anterioridad en otras regiones del país”.
La detección de este brote ocurre cuatro meses después de que otro foco de este mal dejara más de 400 enfermos y tres muertos en el oriente de Cuba.
La mujer, que vive con su familia en una humilde casa de la calle Vista Hermosa número 418, en el Cerro, el municipio más afectado por el brote de cólera, contó a la agencia France Press que su hijo, de 46 años y barbero de profesión, falleció dos semanas después de presentar los primeros síntomas, y haber estado ingresado en los hospitales Jurídico y Salvador Allende (antiguo Covadonga).
La hermana del fallecido, Yaniset Pino Rodríguez, afirmó que Ubaldo empezó a sentirse mal el 22 de diciembre, pero se negó a ir al médico.
Miriam Rodríguez, la madre, hizo alusión al hecho de que si las autoridades hubiesen informado oportunamente acerca del brote de cólera, habrían llevado a su hijo rápidamente al médico.
La madre alega que fue bien atendido por los galenos, pero que su salud ya estaba quebrantada, debido a problemas de alcoholismo, además de vivir en una improvisada cabaña de madera, en condiciones antihigiénicas, según sus declaraciones a la agencia Prensa Asociada.
La hermana dijo que, después del deceso, las autoridades acordonaron la vivienda y le ordenaron a ella quemar todas las pertenencias.
En una nota publicada este martes por el diario Granma, las autoridades sanitarias del régimen cubano dieron a conocer que fue detectado en La Habana un brote de cólera que ha enfermado hasta ahora a 51 personas, sin referirse a fallecidos.
El ministerio de Salud Publica indicó que el foco de cólera “se generó por un expendedor de alimentos, portador asintomático de la enfermedad, adquirida durante los brotes informados con anterioridad en otras regiones del país”.
La detección de este brote ocurre cuatro meses después de que otro foco de este mal dejara más de 400 enfermos y tres muertos en el oriente de Cuba.