Autoridades de la Aduana General de la República de Cuba (AGRC) y de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) rubricaron el martes en La Habana un memorando de entendimiento para el control efectivo de contenedores en frontera.
El documento daría paso a la aplicación en el país caribeño del Programa Global de Control de Contenedores (PGCC), una iniciativa conjunta de la ONUDD y la Organización Mundial de Aduanas dirigida a elevar la seguridad en el comercio y prevenir el tráfico de drogas y otros actos ilícitos.
William Pérez González, vicejefe de la AGRC, y Bob Van Den Bergher, representante de la ONUDD, firmaron el memorando.
Van Den Bergher, coordinador regional del PGCC, explicó que el programa contribuye a prevenir el tráfico de narcóticos y otros activos ilícitos y la facilitación del comercio legítimo. Con ese propósito se entrena a oficiales aduaneros y otros agentes del orden, para identificar e inspeccionar contenedores de alto riesgo. En el caso cubano los inspectores trabajarán en el puerto de contenedores de Mariel, con capacidad para operar 824 mil unidades al año.
Los despachos de prensa sobre el acuerdo precisan que el PGCC tiene presencia en los principales puertos de 13 países del área, “entre ellos Panamá”, y que “en 2016, se incautaron en la región más de 36 toneladas de cocaína, y se frustraron 74 casos de delitos de propiedad intelectual, además de detectarse contenedores que transportaban armas, municiones y dinero no declarado”.
El gato cuidando al canario
Una simple búsqueda en Google con las palabras clave “Cuba”, “Panamá” y “armas” devuelve numerosas entradas sobre el descubrimiento por las autoridades istmeñas, en julio de 2013, de un contrabando de 240 toneladas de armas cubanas, no declaradas en el manifiesto del barco norcoreano Chong Chon Gang.
Los equipos militares se encontraron en contenedores cubiertos por un cargamento de 250.000 sacos de azúcar con destino a Corea del Norte, e incluían dos baterías de misiles antiaéreos, nueve misiles aire-aire en piezas, dos aviones MiG-21 BIS, y 15 motores para estos, además de lanzacohetes portátiles, municiones y más.
En marzo de 2014, un informe preparado por ocho expertos de la ONU y enviado al Comité de Sanciones contra Corea del Norte del Consejo de Seguridad, determinó que en el incidente del barco Chong Chon Gang, tanto la transacción entre La Habana y Pyongyang como el embarque del material bélico fueron violaciones de las sanciones impuestas por el organismo internacional.
El reporte precisaba que el Chong Chon Gang navegó alrededor del extremo occidental de Cuba y entre el 4 y el 9 de junio de 2013 estuvo atracado en el Puerto de La Habana, donde descargó ruedas para locomotoras y planchas de acero.
Cargadas en Mariel
Después de salir de la rada habanera la embarcación pasó un tiempo considerable a la deriva al norte de Cuba, hasta que el 20 de junio atracó en el puerto de Mariel, donde subió a bordo las armas y material relacionado.
El día 22 el buque zarpó hacia Puerto Padre en la provincia de Las Tunas, y desde el 24 hasta el 5 de julio estuvo cargando azúcar, tras lo cual emprendió el regreso.
El gobierno de Raúl Castro, en su momento, dijo a través de un comunicado de su cancillería que las armas eran obsoletas y que se enviaron al país asiático para su reparación, pues databan de la era soviética.
El panel de especialistas subrayó sin embargo que no le convencía este razonamiento de Cuba, pues mantenimiento y reparaciones son, ambos, servicios de asistencia que Corea del Norte tiene vedado proveer.
Rechazaron por otra parte la afirmación cubana de que se trataba de armas obsoletas para ser reparadas y devueltas, pues algunas habían sido recientemente evaluadas y certificadas o estaban en sus cajas originales sin usar. En cuanto a los aviones MiG-21 BIS, se les habían retirado todas las marcas de identificación y las insignias de la Fuerza Aérea Revolucionaria.
Más armas sin declarar
En marzo de 2015, casi dos años después del incidente con el Chong Chon Gang, las autoridades del puerto colombiano de Cartagena detuvieron un barco de bandera china, el Da Dan Xia, que se dirigía a Cuba y llevaba a bordo otra carga de pertrechos bélicos no declarada repartida en 15 contenedores.
El embarque incluía unas “100 toneladas de pólvora, 2,6 millones de fulminantes, 99 núcleos de proyectil y alrededor de 3.000 casquillos de referencia para la construcción de cañones de artillería”.
Semanas después, alegando que no tenían capacidad para trasladar y almacenar la carga y que no podían poner en peligro las vidas de sus ciudadanos, las autoridades colombianas permitieron que el Da Dan Xia siguiera su camino… hacia el puerto cubano del Mariel.