El escritor, catedrático universitario y crítico literario cubano exiliado Roberto González Echevarría (Sagua la Grande, 1943) recibió el martes el Premio de la Crítica 2013 otorgado por Instituto Cubano del Libro adjunto al Ministerio de Cultura de Cuba, por su obra Lecturas y relecturas. Estudios sobre literatura y cultura.
La distinción se otorga a los mejores libros ─el primero suyo en Cuba─ publicados en el año por casas editoriales de la isla (Ediciones Capiro, Santa Clara).También es la primera vez que se concede a un escritor exiliado.
Tal vez el nombre de Gonzalez Echevarría no le diga nada si usted no se mueve en los círculos académicos o literarios. Pero sí puede que lo haya visto en la televisión en inglés, siendo entrevistado sobre la nueva ola de peloteros cubanos en las Grandes Ligas.
Y es que, como cualquier cubano, también habla de pelota, sólo que con la autoridad y la profundidad de un acucioso investigador del tema.
Leonardo Padura, laureado escritor cubano y también amante del béisbol, ha confesado sentir envidia de la buena cuando leyó, primero, un ensayo suyo sobre el tema, y luego La gloria de Cuba: historia del béisbol en la isla, un libro que el autor de la saga de Mario Conde define como “el imprescindible rescate de una memoria dispersa de lo que fue el béisbol en Cuba no ya en el lejano siglo XIX, sino en la oscurecida y postergada etapa republicana”.
Pero Roberto Gonzalez Echevarría ha dejado huellas más allá de su indagación en los anales del pasatiempo nacional. La trayectoria en el mundo de la crítica literaria del Profesor de Literatura Española y Latinoamericana y Literaturas Comparadas de la Universidad de Yale le ganó en 2010 la Medalla Nacional de Humanidades de Estados Unidos.
En marzo de 2011 el presidente Barack Obama se la entregó personalmente a él y otros nueve académicos en el East Room de la Casa Blanca, en una ceremonia en la que también presentó la Medalla Nacional de las Artes a celebridades como Quincy Jones y James Taylor.
El presentador de la ceremonia dijo entonces que se otorgaba la Medalla Nacional de Humanidades 2010 al profesor Roberto González Echevarría “por sus contribuciones a la crítica literaria hispanoamericana. Su obra pionera “Mito y Archivo: una teoría de la narrativa latinoamericana” es uno de los trabajos académicos más ampliamente citados sobre la literatura en lengua española”, precisó.
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Menos en su tierra
Pero pese a ser ampliamente reconocido fuera de Cuba, el académico no ha sido profeta en su tierra. A pesar de haber mantenido una actitud política conciliatoria hacia el gobierno cubano (su nombre aparece entre los participantes del diálogo de 1978 con “la comunidad cubana en el exterior” que dio origen a los despabilantes “vuelos de la comunidad”) en su país sólo se hablaba de él entre las élites literarias y a menudo en voz baja.
Otro escritor cubano exiliado, Amir Valle, recuerda que escuchó hablar por primera vez de González Echevarría en 1986 durante una tertulia entre colegas, entre los que figuraban los fervientes oficialistas Eduardo Heras León y Reynaldo González.
Valle observa que “en las propias universidades españolas (al menos aquellas con las que he tenido contacto: Complutense y Autónoma de Madrid, Universidad de Murcia, de Salamanca) se consideran fundamentales, entre otros, los textos escritos por este ensayista cubano sobre la obra de Cervantes, sobre las claves para el entendimiento del legado cervantino a las letras hispanas, y su incursión crítica sobre la novela La Celestina ha adquirido carácter de clásico”.
Lamenta sin embargo que la obra fundamental del coterráneo en la diáspora sea casi desconocida en la Isla, salvo por "los más encumbrados escritores". En todo caso, sólo sus libros publicados en el extranjero podían haber llegado a Cuba, pues hasta hoy ninguna editorial local había publicado títulos de González Echevarría.
El intelectual cubano residente en México Rafael Rojas incluyó dos de ellos en una selección de 70 libros importantes para la cultura cubana que no han sido publicados en la isla durante el tiempo que lleva el castrismo en el poder
En El Estante Vacío: Literatura y Política en Cuba, Rojas escoge diez títulos por cada uno de siete géneros literarios. Entre los de historia figura La gloria de Cuba. Historia del béisbol en la isla (2004), mientras que en el género de ensayo aparece Alejo Carpentier: el peregrino en su patria (1993)
Evolución política
A González Echevarría se le ha llamado “dialoguero” por su participación en el diálogo del 78, colaboraciones con la revista Areíto y visitas a la isla, pero algunos escritos suyos más recientes no dejan traslucir a un alabardero o agente de influencia del gobierno de Cuba.
En una explicación para The New York Times de las razones que lo llevaron a escribir The Pride of Havana: A History of Cuban Baseball ─Premio Dave Moore al mejor libro sobre béisbol de 2002 y versión original en inglés de La gloria de Cuba─ ofrece los resultados de su investigación sobre el mito de que equipos de Grandes Ligas se interesaron en firmar como lanzador en su jueventud a Fidel Castro, y anticipa lo que el entonces estudiante de Derecho de la Universidad de La Habana llegaría a ser:
“He encontrado el box-score de un juego intramural entre la Escuela de Derecho y la de Negocios de la Universidad de La Habana, donde un tal F. Castro lanzó y perdió, 5-4, a finales de noviembre de 1946; es probable que éste sea el único box-score en el que aparece el futuro dictador (periódico El Mundo, 28 de noviembre 1946)”.
También pone en los hombros del castrismo la responsabilidad por querer reescribir la historia borrando los triunfos de los peloteros y otros cubanos anteriores a la revolución:
“En la propia Cuba, el esfuerzo por subrayar los logros de la revolución ha conllevado a borrar nuestra memoria del béisbol, en una especie de lobotomía cultural. Mientras alardea de sus logros y triunfos, el régimen cubano actual realmente ha aprovechado la fuerza del deporte cubano antes de 1959, y la importancia que los cubanos conceden a los deportes, especialmente el béisbol".
"Como en las artes (danza, literatura, pintura, música), el régimen se ha investido realmente de conquistas cubanas que se remontan hasta el siglo XIX. En lugar de una ruptura, como ellos dicen, los logros cubanos después de 1959 en estos campos son realmente continuidades y retenciones. Mi objetivo es preservar la memoria común”.
En su artículo sobre los méritos ignorados en Cuba de este cubano fuera de liga, Amir Valle lamenta “la invisibilidad que sufre Roberto González Echevarría en la cultura nacional: el desconocimiento y la minimización de la importancia de su obra por parte de las nuevas generaciones de escritores, críticos y ensayistas de la Isla”.
Pero recuerda que siempre la realidad se impone: “las aportaciones de este cubano a las letras cubanas, latinoamericanas e hispanas, están ahí, indiscutibles. Llegará el momento, bien se sabe pues lo hemos visto en otros casos, en que se corporeizará su presencia en nuestra Cultura. Asistir al instante en que ocupe su lugar entre los grandes nombres del ensayismo cubano, sin velos ni sombras extrañas (siempre extraliterarias) que nublen su grandeza, es algo cada vez más posible”. Parece que ya viene llegando.
NOTA DE LA PRENSA CUBANA
El Premio Anual de la Crítica a libros de literatura y arte que distingue a los títulos más importantes publicados por las casas editoriales cubanas, durante el periodo de un año, fue otorgado el pasado viernes teniendo en cuenta la producción editorial correspondiente al 2013.
El jurado, presidido por el doctor Pedro Pablo Rodríguez seleccionó entre 82 obras nominadas por 16 editoriales, los siguientes títulos: Estrías, cuaderno de poemas de Soleida Ríos, de la Editorial Letras Cubanas; El 71. Anatomía de una crisis, ensayo de Jorge Fornet de la Editorial Letras Cubanas; Lecturas y relecturas. Estudios sobre literatura y cultura, ensayos de Roberto González Echevarría, de Ediciones Capiro; La noria, novela de Ahmel Echevarría, de Ediciones Unión; Aquí de pie, novela escrita por Teresa Blanco de la Editorial Letras Cubanas; Pepe y la Chata, relatos de Nersys Felipe, de la Editorial Gente Nueva y Paseos corporales y de escritura, ensayo de Víctor Fowler, de la Editorial Letras Cubanas. El Premio será otorgado el 21 de octubre del 2014, a las 4:00 p.m., en la sala Federico García Lorca, del Centro Cultural Dulce María Loynaz.