Cuba es ya el país más longevo y menos fecundo de América Latina

Lo confirmó en Cienfuegos el experto del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de La Habana Rafael Araujo. Población de Cuba bajaría de 11 millones en 2030.

La población cubana es la más longeva de América, con un 18% de los habitantes en la tercera edad, y también es la menos fecunda de la región, confirmó durante un taller sobre temas poblacionales en Cienfuegos Rafael Araujo González, especialista del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de La Habana (CEDEM).

Otros países que presentan ese problema en la región como Uruguay y Barbados tienen un 17,2% y 13,1%, respectivamente, de personas con edades avanzadas.

Para el 2025 Cuba se acercará a los tres millones de ancianos.

Pero en mayo el semanario oficialista Trabajadores señaló, citando los datos recogidos durante el Censo de Población y Viviendas 2012, que la población de más de 60 años en Cuba ya representaba un 20% de los habitantes del país, una tendencia que se agravaría para el año 2025, cuando serían el 26% (2,9 millones de adultos mayores de 60 años).

Araújo González consideró que estos indicadores son comparables a los de países del primer mundo, con la particularidad de que Cuba es el único país subdesarrollado que tiene estadísticas semejantes. Señaló que esto supone un reto adicional para el proceso de reformas conocido como "actualización del modelo económico" en la Mayor de las Antillas.

¿El futuro es un malecón solitario? La población cubana bajará de 11 millones en 2030.

Durante el 1er. Taller Provincial sobre Estudios Demográficos, celebrado en la Universidad de Ciencias Médicas de Cienfuegos, el especialista del CEDEM llamó por otra parte la atención acerca de la reducción de los índices de fecundidad en la isla, la que atribuyó a que la sociedad "tiene un ideal reproductivo que retarda la procreación, asociado a factores de índole económico, social y de superación personal, entre otros".

La tasa de fecundidad se encuentra desde 1978 por debajo de los niveles de reemplazo generacional, confirmó en julio pasado el Dr. Roberto Álvarez Fumero, jefe del Programa Materno Infantil (PAMI) del Ministerio de Salud Pública de la isla, y precisó que el índice era en ese momento de 1,69 hijas por mujer, por debajo de la marca de reemplazo de 2,1.

Junto con la emigración, ello conllevaría, según proyecciones del CEDEM, a que para el año 2030 o quizás antes la población de Cuba baje de 11 millones de habitantes, de un aproximado actual de 11 millones 167 mil.

La gráfica muestra cómo la población de 60 años o más duplicaría ya en 2025 a la de 0 a 14.

Según el Censo de Población y Viviendas realizado en septiembre de 2012, Cuba contaba entonces con una población de 11 millones 163 mil 934 habitantes: el 18,3% tenía 60 años o más; el 18,4%, entre 0 y 14 años. La dinámica demográfica para reponer una población joven requiere que los de 0 a 15 años sean el doble del grupo de 60 y más. Pero las proyecciones indican que ocurrirá todo lo contrario.

"Históricamente, la fecundidad en Cuba no ha sido alta y hoy tenemos el índice más bajo de América Latina. Para revertir esa realidad es necesaria la unión de investigadores, la familia y sobre todo, establecer una constante comunicación con las adolescentes, pues nunca será atinado incentivar la natalidad en las edades tempranas de la pubertad", dijo Araújo González, también coordinador del proyecto "Dinámica poblacional y sus interrelaciones", según le cita un reporte de la emisora local Radio Ciudad del Mar.

Aunque los medios oficiales ya abordan el problema, generalmente no mencionan razones económicas y sociales de la renuencia de las mujeres a tener más hijos, como los bajos salarios y la dualidad monetaria, la insuficiente cantidad de viviendas que obliga a varias generaciones a convivir bajo el mismo techo y las dificultades para desarrollar un proyecto de vida próspera en la isla.

Desde fines de los años 90, expertos cubanos como el fallecido economista disidente Oscar Espinosa Chepe han estado alertando sobre las eventuales consecuencias que traerían para Cuba el progresivo envejecimiento poblacional y la baja fecundidad en relación con el incremento de los gastos de seguridad social y salud pública, y el mantenimiento de una reserva laboral robusta.