El producto cubano fue comprado a la empresa Labiofam -por $65 millones más la llegada de técnicos cubanos a supervisar su uso.
El biolarvicida cubano Bactivec, que se aplica en 8 ciudades de Ecuador, no ha logrado erradicar el dengue en esta intensa etapa invernal. Las estadísticas registran un incremento de enfermos por dengue, en zonas donde se aplica el Bactivec (Machala, Santo Domingo, Manta, Montecristi y Guayaquil, entre ellas), lo que corrobora lo expresado por los técnicos ecuatorianos en cuanto a su no comprobada efectividad.
Los ocho funcionarios del Servicio Nacional de Erradicación de la Malaria (SNEM) cuestionaron en agosto de 2012, la efectividad del producto cubano en el combate del mosquito Aedes aegypti que transmite el dengue. Dichos técnicos habían sido consultados por el SNEM para que, entre junio y julio de 2012, evaluaran la eficacia del Bactivec, aplicado en tres barrios de Pasaje, provincia de El Oro. El informe señalaba que, pese al uso de ese larvicida, “los riesgos de transmisión y presencia de brotes y epidemias se mantienen, lo cual evidencia el no cumplimiento de la hipótesis que motivó el uso del biolarvicida”.
En otras ciudades de Ecuador el Bactivec no ha podido posicionarse y se sigue usando el abate, las fumigaciones espaciales e intradomiciliarias. Esto a pesar del intenso lobby de la Embajada de Cuba (directamente con la Ministra de Salud, Carina Vance), asegurando la eficacia del producto y reiterando que sí está recomendado para uso humano, por parte de la OMS. (Algo que no consta en la página de la OMS).
En principio, la ministra Vance amenazó con separar a los ocho funcionarios que pusieron en tela de juicio la eficacia del Bactivec, pero hasta la fecha siguen en funciones. Vance había anunciado contra ellos “un proceso investigativo en busca de aplicar medidas disciplinarias”. Y predijo que los órganos de prensa que se habían hecho eco de su versión tendrían que rectificarse.
El Bactivec fue comprado a la empresa cubana Labiofam -por $65 millones más la llegada de técnicos cubanos a supervisar su uso-; en el documento elaborado por los expertos de Ecuador se aclara que “no cuenta con la aprobación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para su uso en salud pública”. Allí consta la firma de José Ochoa, José Dávila, Hugo Jurado, Lenín Vélez, Nelson Espinoza, Enrique Castro, José Prado y Raúl Veloz, todos del SNEM, muchos de los cuales no han querido volver a pronunciarse sobre el tema (lo cual explica que todavía permanezcan en sus puestos).
Según estadísticas de la Dirección Nacional de Vigilancia Epidemiológica y la Coordinación de la Estrategia de Lucha contra el dengue del Ministerio de Salud Pública, este invierno se han registrado 2.313 enfermos, y 17 pacientes con dengue grave o hemorrágico, que ha dejado un saldo de tres muertos.
En 2012, en el mismo periodo de tiempo (contadas como semanas epidemiológicas) se reportaron 2.347 casos de dengue, lo que significa apenas una mínima reducción del 1,47% en el 2013, fecha en que se comenzó a emplear el Bactivec.
Los ocho funcionarios del Servicio Nacional de Erradicación de la Malaria (SNEM) cuestionaron en agosto de 2012, la efectividad del producto cubano en el combate del mosquito Aedes aegypti que transmite el dengue. Dichos técnicos habían sido consultados por el SNEM para que, entre junio y julio de 2012, evaluaran la eficacia del Bactivec, aplicado en tres barrios de Pasaje, provincia de El Oro. El informe señalaba que, pese al uso de ese larvicida, “los riesgos de transmisión y presencia de brotes y epidemias se mantienen, lo cual evidencia el no cumplimiento de la hipótesis que motivó el uso del biolarvicida”.
En otras ciudades de Ecuador el Bactivec no ha podido posicionarse y se sigue usando el abate, las fumigaciones espaciales e intradomiciliarias. Esto a pesar del intenso lobby de la Embajada de Cuba (directamente con la Ministra de Salud, Carina Vance), asegurando la eficacia del producto y reiterando que sí está recomendado para uso humano, por parte de la OMS. (Algo que no consta en la página de la OMS).
En principio, la ministra Vance amenazó con separar a los ocho funcionarios que pusieron en tela de juicio la eficacia del Bactivec, pero hasta la fecha siguen en funciones. Vance había anunciado contra ellos “un proceso investigativo en busca de aplicar medidas disciplinarias”. Y predijo que los órganos de prensa que se habían hecho eco de su versión tendrían que rectificarse.
El Bactivec fue comprado a la empresa cubana Labiofam -por $65 millones más la llegada de técnicos cubanos a supervisar su uso-; en el documento elaborado por los expertos de Ecuador se aclara que “no cuenta con la aprobación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para su uso en salud pública”. Allí consta la firma de José Ochoa, José Dávila, Hugo Jurado, Lenín Vélez, Nelson Espinoza, Enrique Castro, José Prado y Raúl Veloz, todos del SNEM, muchos de los cuales no han querido volver a pronunciarse sobre el tema (lo cual explica que todavía permanezcan en sus puestos).
Según estadísticas de la Dirección Nacional de Vigilancia Epidemiológica y la Coordinación de la Estrategia de Lucha contra el dengue del Ministerio de Salud Pública, este invierno se han registrado 2.313 enfermos, y 17 pacientes con dengue grave o hemorrágico, que ha dejado un saldo de tres muertos.
En 2012, en el mismo periodo de tiempo (contadas como semanas epidemiológicas) se reportaron 2.347 casos de dengue, lo que significa apenas una mínima reducción del 1,47% en el 2013, fecha en que se comenzó a emplear el Bactivec.