Los escollos que empresas de EEUU enfrentarían en Cuba

El carguero de bandera mexicana Ikan Mazatlan fue el segundo en llevar a Cuba alimentos estadounidenses, en diciembre del 2001.

Los desafíos van desde el control estricto y vertical de la distribución de las importaciones y del acceso a Internet hasta el pobre crédito de Cuba y la escasez de moneda fuerte, advierte la publicación Politico.com.

Los pasos del presidente Barack Obama encaminados a hacer las paces con el Gobierno de Cuba han tenido a las empresas estadounidenses desde mediados de diciembre trazando estrategias sobre cómo insertarse en el mercado cubano, señala la publicación digital politico.com.

Pero aun si el Congreso de Estados Unidos levantara mañana el embargo comercial y económico contra el Gobierno de la isla, no desaparecerían con ello los escollos para las empresas estadounidenses en Cuba, advierte el reportaje, y describe el desafiante ambiente de negocios en la isla, desde el estricto control de la burocracia comunista sobre la distribución de las importaciones y el acceso a Internet hasta la pésima calificación crediticia cubana y la escasez de moneda fuerte en el país.

Problemas con la cadena de suministros

Vista de la terminal de contenedores del puerto del Mariel.

La autora, la reportera especializada en negocios y comercio Victoria Guida, señala que, por ejemplo, en el caso de la cadena de suministros, si bien La Habana podría abrir las puertas a la mayor parte de los bienes y servicios que Washington ha aprobado, la burocracia en los puertos, incluyendo el papeleo excesivo y otras demoras, siguen siendo un obstáculo importante hasta para las importaciones agrícolas, que representan del 60% al 70% de los alimentos que consume el país.

"Si usted tiene un barco con perecederos atrapado en un muelle, puede ser mortal para su negocio", dijo a politico.com Mark Entwistle, empresario y ex embajador de Canadá en la isla. "Ese tipo de trabas logísticas puede suscitarse", agrega.

La analista observa que con los ferrocarriles en mal estado, las importaciones se mueven en Cuba por camión, en un sistema de administración vertical en el que las instalaciones portuarias, flotas de camiones y almacenes son controlados por los organismos estatales de importación. Esa distribución controlada y la falta de desarrollo de los sectores mayorista y minorista no ofrecen a la hornada emergente de microempresarios privados cubanos ─a quienes apunta la ampliación de las exportaciones estadounidenses─ una alternativa para hacer negocios directamente con mercados extranjeros.

"La intención es facilitar que los suministros, bienes y dinero acaben en las manos de los emprendedores cubanos, pero funcionarios estadounidenses reconocen que muchas cosas tendrán que canalizarse a través del Gobierno", dice Jake Colvin, vicepresidente para asuntos de comercio mundial del Consejo Nacional de Comercio Exterior. "El primer reto radicará en entender la logística: Quién puede recepcionar los bienes, cuáles son los esquemas de distribución, cuánto de eso es aceptable para el Gobierno de Estados Unidos", señala Colvin.

¿Telecomunicaciones? ¿Cuáles?

Dos jóvenes conectados a Internet en un hotel de La Habana.

El reportaje identifica como otro gran obstáculo en Cuba su carencia general de servicios de Internet y telecomunicaciones, recursos que desempeñan un papel cardinal en los negocios internacionales. La nueva política del Gobierno de Obama permite a las empresas de telecomunicaciones de Estados Unidos construir infraestructuras en Cuba, y exime de los requisitos de licencia la exportación de computadoras, teléfonos celulares, televisores y otros dispositivos para el consumidor.

No obstante, Guida se pregunta si la construcción de las infraestructuras por empresas estadounidenses, conllevará al acceso a Internet, y recuerda que el historial de La Habana no brinda muchos motivos para el optimismo.

Según la Unión Internacional de Telecomunicaciones, alrededor del 25% de los cubanos tiene "acceso a Internet", pero se trata de un acceso fuertemente censurado; la Casa Blanca estima, por su parte, que sólo el 5% de los cubanos tienen pleno acceso a la web; computadoras en su hogar el 13% y suscripciones de telefonía móvil el 18%, dice el organismo de Naciones Unidas.

Flujo de efectivo

El reportaje de politico.com apunta que el prolongado déficit comercial de Cuba ha provocado escasez de moneda dura en el país. En el doble sistema monetario, diseñado para recaudar divisas, el peso "convertible" o CUC –la moneda de los turistas, el comercio exterior y las tiendas de productos importados─ tiene un valor equiparado al del dólar, mientras que el peso cubano (CUP), que se utiliza para pagar salarios y comprar alimentos básicos y otros artículos racionados, se cotiza a alrededor de 1/25 del valor del peso convertible.

La doble moneda.

Como resultado, el cubano promedio no sólo no dispone del dinero para adquirir productos estadounidenses de alta calidad, sino que la escasez general de divisas desestimula las exportaciones a la isla, porque las empresas importadoras de Cuba a veces no pueden pagar los embarques procedentes de Estados Unidos en efectivo y por adelantado (como lo exige el embargo).

La periodista destaca que para contribuir al desarrollo de los recursos en divisas de Cuba, el Gobierno de Obama cuadruplicó de $500 a $2.000 por trimestre el límite de envío de remesas a la isla. También redujo las restricciones de viajes y gastos de los viajeros, una medida con la que ─ observa─ seguramente se sobrepasará la cifra de 600.000 estadounidenses que visitaron la isla en 2013.

Si cada viajero gastara como promedio $1.200, los ingresos brutos de Cuba se elevarían en decenas de millones, calcula el presidente del Consejo Económico y Comercial Estados Unidos-Cuba, John Kavulich.

Problemas de crédito

Politico.com señala que a las empresas extranjeras no les interesa concederle créditos para transacciones comerciales a Cuba, considerando los impagos en la deuda de La Habana y su calificación crediticia, que en abril del 2013 fue rebajada por la firma Moody's a CAA2, o de muy alto riesgo.

"Aunque creo que la comunidad empresarial [de Estados Unidos] reconoce el potencial de Cuba, también está la realidad de que es un país en bancarrota", dice Pedro Freyre, asociado de la firma de abogados Akerman. "Cuba está sumamente necesitada de inversiones ( ...) pero no tienen una filosofía, no tienen la infraestructura legal que requiere cualquier industria de nivel medio o alto".

Cuando surgió en la década del 2000 la idea del crédito flotante, a las empresas agrícolas estadounidenses no les interesó, dijo Kavulich. "¿Quién de nosotros habría querido tener a su Ejecutivo Principal explicando en el canal CNBC por qué las acciones de la empresa se derrumbaron debido a un impago de Cuba?", dijo Kavulich respecto al razonamiento de los empresarios en ese momento.

Pero Entwistle opina que las compañías deben entender que necesitan ser pacientes al hacer negocios con Cuba, y asegura que aunque las entidades importadoras cubanas pueden retrasar sus pagos, generalmente no los ignoran.

El Congreso

Politico.com concluye recordando que el embargo ─declarado por orden ejecutiva del presidente Kennedy en 1962 y codificado como ley en 1996─ sigue siendo el mayor obstáculo, y aunque un puñado de demócratas y republicanos de la Cámara de Representantes y el Senado de Estados Unidos han presentado más de media docena de proyectos de ley para eliminar las restricciones comerciales y de viaje, es poco probable que el liderazgo republicano en ambas cámaras los someta a discusión y los lleve a votación, aun cuando el consenso para derogarlas ha crecido.

Por otra parte, señala Guida, está el contingente cubanoamericano del Congreso, totalmente en contra de la derogación y opuesto a ofrecer ramas de olivo a Cuba a menos que el régimen de Castro haga reformas en materia de Derechos Humanos.

Kavulich cree que los problemas de La Habana probablemente incidieron en su disposición a reabrir conversaciones con Washington. Pero si bien los Castro podrían tratar de demostrar que hay seriedad en sus reformas económicas, permitiendo más negocios privados, la posibilidad de reformas políticas es más remota: "Me sorprendería mucho ver una apertura política hacia los disidentes o espacios públicos para el debate", dice Freyre, "Eso es anatema para ellos, porque según su mentalidad, sería como dar una señal de debilidad".