Wall Street Journal se pregunta cómo van las relaciones con Cuba

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The Wall Street Journal.

Según el diario, La Habana "no tiene interés alguno en hacer las cosas de otra forma que como lo ha hecho hasta ahora".

En un artículo de opinión, de la periodista Mary Anastasia O'Grady, en el diario The Wall Street Journal se hace un análisis de los casi dos meses trascurridos tras el anuncio del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba.

O'Grady afirma que "Raúl Castro le muestra la espalda al comandante en jefe de Estados Unidos", pues el gobernante de Cuba, "no tiene interés alguno en hacer las cosas de otra forma que como lo ha hecho hasta ahora" y en La Habana pretenden que "si Obama desea dejar un legado cubano tendrá que ser bajo las condiciones que imponga la isla".

La nota recuerda las condiciones expresadas por Cuba en un editorial del diario Granma, incluido el reconocimiento por parte de Estados Unidos de las organizaciones de masas creadas por el régimen (CDR, FMC, ANAP, UJC, etc.) como ONG; el fin del programa de asilo para los médicos cubanos que escapan cuando trabajan en países del tercer mundo; y el propio Raúl Castro agregó en su discurso en Costa Rica, durante la cumbre de la CELAC otras como: El levantamiento unilateral del embargo; la devolución de la Base Naval de Guantánamo a Cuba; el fin a las transmisiones de radio y TV que envía a la isla; y que se paguen reparaciones por el embargo a la isla.

La periodista cuestiona la posibilidad de devolver lo base naval estadounidense, de que el Congreso levante el embargo y el pago de las reparaciones que menciona La Habana. Por lo que afirma que "Raúl Castro lo sabe así, en otras palabras, le está diciendo a Obama que se olvide del asunto".

La industria del turismo en Cuba, dice la periodista, es dirigida por los militares por lo que "más visitantes estadounidenses significarán más dólares para sus arcas", por lo que no ve "un ablandamiento de la maquinaria totalitaria". Eso quedó claro en los días posteriores al discurso de Obama.

Afirma que la liberación de 53 prisioneros de conciencia por 3 espías cubanos "era supuestamente la prueba de que La Habana se comportaría de manera más razonable si tan sólo Washington mostraba más humildad" pero fue un "nuevo engaño. Los espías fueron liberados, pero La Habana no cumplió con su parte del acuerdo sino hasta que aumentó la presión" y cuando "los nombres de los prisioneros finalmente se hicieron públicos, la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, con sede en La Habana, descubrió que cerca de una decena de ellos habían sido liberados antes de que el 'canje' fuera anunciado". Otros, como "Marcelino Abreu Bonora estaba en la lista. Había sido liberado en octubre, fue vuelto a arrestar el 26 de diciembre y pasó dos semanas en una celda".

En relación a la lucha contra el narcotráfico, en la que según Obama "Cuba puede ayudar a Estados Unidos", dice la periodista que "Cuba conoce bien el negocio. Actualmente, dirige la inteligencia venezolana y Caracas es el hogar de algunos de los más conocidos capos de la droga".

Y la principal demanda de La Habana es salir de la lista del Departamento de Estado de naciones que patrocinan el terrorismo; por lo que recuerda que en el 2013, se descubrió un trasiego de armas de Cuba a Corea del Norte y la "semana pasada el ejército colombiano interceptó 16 lanzacohetes antiaéreos que iban dirigidos a la guerrilla colombiana de las FARC, a la cual apoya Cuba", termina el artículo.