Cuba ocupa el lugar 37 en la Lista mundial de vigilancia 2022 de Open Doors (Puertas Abiertas), el informe que la organización internacional dedica cada año al asedio contra los cristianos en el mundo, y que enumera a los 50 países donde la situación es más peligrosa.
“Desde el año 2012, Cuba no entraba a la lista implementada por Open Doors, con décadas de trabajo monitoreando la violencia contra creyentes de fe cristiana, desde católicos hasta protestantes en sus más diversas expresiones”, explicó el escritor y periodista Yoe Suárez, especializado en libertad religiosa en Cuba.
“Se han evaluado varios parámetros, como es el acceso de los creyentes a medios de comunicación, lo cual está vedado en Cuba, no sólo para los creyentes”, apuntó.
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“Además, se han tenido en cuenta los arrestos, la demolición de templos y otros ataques contra Iglesias y este año, igual que en anteriores, se ha visto la imposibilidad de los creyentes de construir nuevos lugares de culto, incluso de reparar a aquellos que ya tenían”, puntualizó el comunicador de filiación evangelista.
La investigación subraya el incremento de la violencia en la Isla contra los cristianos y califica de “muy alta” la persecución a los feligreses y sus líderes, a los que considera como sus antagonistas.
“El régimen considera como opositores, a las iglesias, ve en ella una de las principales amenazas, incluso más letal que la de los propios grupos de oposición tradicionales”, acotó el pastor cubano residente en EEUU Mario Félix Lleonart, director del Instituto Patmos, que observa y documenta el comportamiento religioso en la Isla.
Lee también Cuba pide 10 años de cárcel para pastor evangélico; su esposa confía en que se verá la Gloria de Dios manifestada“El sistema no se fía ni de las iglesias que no tienen reconocimiento legal, ni de las que lo tienen. Porque sabe por experiencia que, en Polonia, la Iglesia Católica o, en Rumanía, las confesiones protestantes y ortodoxas, desempeñaron un importante papel en la caída final de esos regímenes totalitarios y comunistas de Europa del Este”, expuso Lleonart.
“La mayoría de las asociaciones religiosas que actualmente están registradas, lo están porque ya existían antes de 1959 y, a cuentagotas, se ha permitido legalizarse otras, pero velando que sean afines al régimen, o que no representen una especie de competencia en el plano ideológico para el Partido Comunista de Cuba y demás organizaciones asociadas”, indicó, por su parte, Suárez.
“Y a las organizaciones religiosas que no están inscritas en el Registro de Asociaciones les pasa lo peor: hay detenciones de pastores: un pastor preso de la Iglesia Monte de Sión, en la provincia de Santiago de Cuba; el pastor Lorenzo Rosales, que salió a acompañar al pueblo de Palma Soriano, el 11 de julio, durante las protestas contra el socialismo en esa localidad oriental”, dijo.
Entre los principales motores de acoso, la entidad con sede en California indica la paranoia dictatorial, la opresión comunista y la intolerancia secular que ejercen su coacción por medio de los funcionarios estatales y del partido y grupos de presión, incluidas las turbas.
La recopilación enfatiza en el incremento del control por parte del gobierno autoritario, señalando que ha utilizado las restricciones impuestas por la pandemia para debilitar a los colectivos cristianos en varias provincias.
“La pandemia le dio a la dictadura la excusa total para reprimir a las iglesias. La dictadura aprovechó por todas las vías para intentarse limitar a la Iglesia y, en muchos aspectos una iglesia pujante, con un enorme crecimiento pero que se frenó, drásticamente, por la llegada de la pandemia esgrimida para reprimir. Y, juntándose a esto, el proceso llamado ordenamiento o reordenamiento, que vino también a unirse a esa fórmula letal para intentar también asfixiar, desde el punto de vista económico, a las iglesias”, agregó el reverendo, asentado en Washington, DC.
La exposición de Open Doors denuncia que, durante la crisis de COVID-19, “muchos líderes de la iglesia organizaron la distribución de suministros básicos y ayuda de emergencia” a los barrios más pobres. Los que no pertenecen al Consejo de Iglesias de Cuba (CIC) fueron, muchas veces, “estorbados por las autoridades y amenazados de arresto por tales actividades”.
“Hubo varios pastores detenidos durante el año por el 11 J. Pero también por otras cuestiones, por ejemplo, el pastor Alain Toledano, por oficiar cultos cuando ya había cierta permisibilidad por parte del régimen para determinadas actividades que le eran vitales a la economía o afines ideológicamente”, coincidió Suárez.
La ONG fundamenta el sitio ocupado por Cuba en su ranking mundial con ejemplos de violaciones de derechos a religiosos en el período de 2021, como es la agresión a pedradas contra la casa pastoral de la Iglesia Misionera, encabezada por Yoel Demetrio, que pertenece al Movimiento Apostólico, una red de iglesias evangélicas que el Estado se niega a legalizar.
Asimismo, el documento, basado en el período comprendido entre noviembre de 2020 a septiembre de 2021, resalta que, ante el creciente descontento de la población y las violaciones de los derechos humanos contra los críticos del gobierno, cada vez menos representantes de la Iglesia católica y evangélica guardan silencio y que la crisis ha llevado a una mayor unidad entre las diferentes comunidades cristianas.
Los principios fundamentales de la fe cristiana contradicen los métodos totalitarios y represivos utilizados por el régimen para mantenerse en el poder. Por lo tanto, la libertad religiosa es limitada, especialmente, cuando los cristianos desafían al partido gobernante hablando y cuestionando la ideología del sistema, afirma el informe.
“La verdad es que es muy triste que Cuba esté en una lista de este tipo. Sin embargo, es reconfortante saber que el trabajo de visibilización sobre la represión que hay contra la libertad religiosa ha sido escuchado por instituciones tan prestigiosas como Open Doors. De hecho, hay un montón de información ofrecida por grupos de la sociedad civil y por la prensa independiente”, afirmó el joven autor.
Radio Martí intentó contactar en varias ocasiones a Open Doors sin obtener respuesta.