Cuba: caries y abscesos en el sistema de salud bucal

Facultad de Estomatología Raúl González Sánchez Habana

Ubicada en el señorial edificio de exquisito estilo Art-Decó, en la capitalina intersección de la avenida Salvador Allende (Carlos III) y Calle G, se encuentra el símbolo cubano del sistema de salud bucal. Oficialmente se conoce como Facultad de Estomatología Raúl González Sánchez, y también, está a punto de colapsar.

“Les tienen el presupuesto más apretado que las tuercas de un submarino. La mayoría de las veces no funcionan las autoclaves que se utilizan para la esterilización, ni papel aséptico para envolver el instrumental dental; pero el material humano está. Los precios fluctúan entre 15 y 300 CUC, de acuerdo al tratamiento o la urgencia” asegura una persona que viajó desde Miami para atenderse en la “insigne” institución habanera.

“En las salas no hay aire acondicionado, las ventanas están abiertas y tienes que gardear un sillón donde evitar el sol de frente. Así que, o llevas un abanico, o pasmas 50 CUC extras del tratamiento para que te suban al salón de operaciones que es donde único hay material higienizado, ropa verde y adecuada climatización. Tratarse en Cuba, además de barato es folklórico- continua mi interlocutor- en un tono tan festinado que provoca indignación. Los extractores de saliva están rotos y por eso debes llevar un pomo con agua y una toallita. Y cuando se acumula la babaza el estomatólogo te dice: escupe y dale”.

Según la Constitución vigente en la isla, el Estado cubano garantiza la atención médica gratuita a toda la población como uno de los paradigmas sociales fundamentales; pero el sistema de Salud está sufriendo el efecto restrictivo en la disponibilidad de recursos por la crisis económica, la desidia, la corrupción y la negligencia, que entre otras cosas es consecuencia de la aplicación de políticas erradas.

“La política del país estipula que la atención de cualquier clínica estomatológica debe ser exenta de pago; pero entonces de qué viviríamos”, explica un profesor de la afamada institución docente y asistencial, que prefiere pasar de incógnito, porque para sobrevivir tiene en su casa un viejo sillón dental, una lámpara y una máquina de pedal.

“A no ser que sea por urgencia, acceder a una cita regular es algo muy complicado y las recepcionistas cobran por facilitar los turnos. Nosotros tenemos que vivir – respira profundo y recita su carta de precios - Por un examen bucal, profilaxis, empaste ligero y un diagnóstico clínico; 15 CUC. Nos visitan muchos pacientes, la mayoría con dificultades masticatorias, gingivitis y enfermedades periodontales. Estos padecimientos llevan tratamientos largos, en esos casos cobramos de 2 a 10 CUC por visita. Los hay más caros que requieren de operaciones complejas que en cualquier otro país cuestan alrededor de los 10 mil dólares, o más. Nosotros por eso cobramos de 150 a 300 CUC. Eso sí, las dificultades del país nos obligan a decirle a los pacientes que para evitar problemas deben traer su anestesia y los brackets en caso de necesitar tratamiento de ortodoncia”.

“Nuestros precios – concluye el profesional – varían en dependencia del paciente. Si es cubano residente en Cuba, cubano del exterior, o extranjero”.