Castro "resuelve" sazón en Cuba con "cuadritos de pollo" españoles

La empresa española Avecrem venderá en Cuba sopas concentradas, que los cubanos usan como condimento.

La compañía Avecrem, antigua Gallina Blanca, comercializará en la isla los concentrados que, pese a su alto contenido de sodio y grasas trans, usan casi a diario las amas de casa cubanas.

La empresa que comercializa en España las pastillas de concentrado de caldo de pollo Avecrem atenderá la alta demanda de este producto en Cuba, como condimento.

La compañía matriz, The GB Foods-Agrolimen, hizo el anuncio después que fructificaran las negociaciones iniciadas hace un año con autoridades de la isla para restablecer las relaciones comerciales.

The GB Foods no tiene presencia en las Américas, por lo que Cuba será el primer país de la región en el que desembarque la antigua Gallina Blanca, que en estos momentos se encuentra en fase "de expansión".

El presidente de la firma, Artur Carulla Font, precisó que venderá en Cuba las mismas pastillas que comercializa en España, menos condimentadas que otras que distribuye en África, Italia y Rusia.

Carulla Font recordó que su posicionamiento en el país caribeño no es nuevo, porque "ya estuvimos hace años", y aseguró que tampoco tiene nada que ver con la nueva relación política y económica que han entablado Cuba y Estados Unidos.

A falta de ají... cuadritos

Desde finales de los años 90 las pastillas de concentrados de sopa de pollo instantánea, o como les llaman en la isla, los "cuadritos" de pollo, se han convertido en el condimento más barato al que pueden recurrir las amas de casa cubanas para sazonar un potaje de frijoles, un pedazo de pollo o carne de cerdo, en la misma medida en que los ingredientes de la sazón tradicional cubana (ajo, cebolla, ají y tomate) se han puesto más caros y esporádicos en los mercados locales.

Los precios del ajo, cebolla, ají y tomate de la sazón cubana están por las nubes para el bolsillo común.

Aimée Cabrera, colaboradora del portal Misceláneas de Cuba y fundadora de la prensa independiente en Cuba con la agencia Habana Press, explicó a Martí Noticias que un ají pimiento, una cebolla y una cabeza de ajo, todos pequeños, cuestan cada uno tres pesos moneda nacional, mientras que la libra de tomate está a unos cinco pesos.

Las ofertas de estos productos que llegan a la población son, además, escasas y de baja calidad, porque los cosecheros y sus intermediarios prefieren vender sus producciones al por mayor al turismo y a solventes negocios privados como los "paladares".

En cambio, los "cuadritos" de pollo que se expenden en las estatales Tiendas Recaudadoras de Divisas (TRD), cuestan unos 15 centavos de peso convertible o 3.75 pesos moneda nacional cada uno. Se venden al menudeo porque nadie tiene dinero suficiente para comprar una caja de seis unidades o más.

Pero a veces no se encuentra el producto en las TRD porque su demanda ha estimulado la reventa y, entonces, hay que comprarlo, si se encuentra, por el doble del precio. Y lo peor, observa Cabrera, es que cuando el Estado comprueba que los consumidores pagan el precio duplicado por este y otros productos, les sube en las TRD el impuesto de valor agregado.

Aimée Cabrera, periodista independiente.

La comunicadora también señala la nocividad para la salud de consumir con frecuencia estos concentrados, que tienen un altísimo contenido de sodio, así como aceites hidrogenados (las llamadas grasas trans), y glutamato monosódico (MSG).

La Asociación Americana del Corazón (AHA) considera las llamadas sopas instantáneas entre los 10 alimentos del mercado estadounidense con mayor contenido de sodio, y ha advertido que un alto consumo regular de sal (cloruro de sodio) puede resultar en hipertensión arterial, mientras que las grasas trans reducen el colesterol "bueno" (HDL) y aumentan el "malo" (LDL), lo cual puede ocasionar enfermedades coronarias.

Pero, a menos que ya haya hipertensos en la familia, las amas de casa cubanas suelen pasar por alto estas consideraciones porque, también para darle sazón a la comida, como suelen decir en la isla, "no hay más ná".