"Cuba está muriendo" pero "el mal no va a vencer siempre", dice sacerdote cubano

El sacerdote cubano Lester Rafael Zayas afirma que su misión sacerdotal en Cuba es imposible sin hablar sobre lo que está sucediendo en el país.(REUTERS/Alexandre Meneghini)

El sacerdote católico Lester Rafael Zayas, conocido por sus abiertas críticas al régimen cubano, dijo este martes que "Cuba está muriendo" pero que "la noche no va a ser eterna" en una entrevista con BBC Mundo en la que explica por qué está en la mirilla de las autoridades.

Zayas, párroco de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, en el barrio capitalino del Vedado, va más allá del tradicional sermón en sus homilías y aborda con frecuencia los problemas cotidianos que afectan a sus feligreses, sobrevivientes en un país en crisis profunda.

"Podría siempre hablar del cielo y olvidar las cosas terrenales, pero el Evangelio y Jesucristo nos llevan directamente a la Tierra, a entrar en contacto con la gente", dijo en una conversación telefónica desde La Habana con el medio británico.

El padre Lester señaló que su misión sacerdotal en Cuba es imposible sin hablar sobre lo que está sucediendo en el país, "pero claro, esto trae muchos conflictos", afirmó.

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A finales de marzo, en declaraciones a la agencia de noticias Reuters, el sacerdote dijo que la decisión del gobierno de prohibir a su parroquia realizar la procesión del Santo Entierro, una de las celebraciones de la Semana Santa, era "absurda" porque el Evangelio "no es política", y "no es posible hoy presentar a Jesucristo sin presentar a un pueblo que la está pasando mal".

Antes, en un post en Facebook, Zayas denunció la prohibición y lamentó lo que consideró un maltrato a la libertad religiosa de sus feligreses "por cosas que podrían ser tratadas en un diálogo franco y sereno".

El sacerdote explicó a BBC Mundo que, según lo que le dijeron sus superiores, la procesión se denegó exclusivamente por el contenido de sus homilías, las que ofenderían o molestarían a determinadas personas, que las consideran "peligrosas".

"Lo que digo en las homilías es que no es posible ver la realidad aquí y aceptar como normal el sufrimiento de la gente", explicó el párroco en la entrevista. Añadió que "el mal no va a vencer siempre, que la noche no va a ser eterna, que tenemos que pensar como pueblo qué podemos hacer para apurar el amanecer, que qué hemos hecho para llegar a estos a estos niveles, que hemos perdido el norte".

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"Cuba está muriendo", sentenció el padre Lester, y su misión, afirmó, es escuchar los "clamores del pueblo".

"Me cuentan que no les alcanza para comer; que sus niños van a la escuela sin apenas desayunar porque no hay pan; que muchos ancianos se han quedado solos y viven en la desesperanza por la catástrofe migratoria; que la gente no tiene futuro y todos están esperando un visado para irse del país; que los enfermos no tienen medicamentos aunque, según el discurso oficial, somos una potencia médica; que cada vez hay más hombres y mujeres viviendo en la calle", detalló el religioso a BBC Mundo.

Las autoridades cubanas no toleran su comportamiento, dijo el sacerdote, y piden constantemente a sus superiores "que me manden callar o que me regañen", y hasta le han sugerido que lo saquen del país.

El padre Lester teme a las represalias del gobierno, pero asegura tener "más miedo al infierno por no ser fiel a la verdad y al sufrimiento de la gente", que a cualquier otra cosa.

En un contexto represivo, en el que las leyes coactan la libertad de expresión y la libertad en uso de las redes sociales, donde el religioso postea con frecuencia sus opiniones sobre el status quo, el padre Lester aclaró a BBC Mundo que sus críticas no cruzan las "líneas rojas" trazadas por el régimen.

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"La gran línea roja es lo que ellos llaman incitar a la gente a salir a las calles, lo cual no es ni de lejos mi misión. Es un derecho del pueblo y este decide por sí mismo", dijo. Otra línea roja es ofender a los líderes de la revolución, lo cual también me queda lejos" porque "tampoco es mi misión ofender a nadie", añadió.

El sacerdote cubano aclaró que sus homilías no van dirigidas al gobierno.

"Yo no hablo para el gobierno ni contra determinadas personas, sino para mis feligreses", concluyó.

Esta semana, los obispos católicos cubanos convocaron a una plegaria, que se rezará a partir del cuarto domingo de Pascua, el 21 de abril, para pedir por "las madres que luchan por alimentar a sus hijos; a tantos que no se cansan de buscar medicinas para sus enfermos; a los familiares de los presos que sufren con verlos regresar algún día sanos al hogar; a los trabajadores que intentan brindar a sus seres queridos una casa digna; a los que lloran la emigración de esposos, hijos, nietos, amigos; a los que sufren la violencia y el robo; a los que soportan tantas carencias materiales y espirituales".