Afectados por el azote del huracán Irma en Cuba lamentaron este miércoles la falta de gestión del gobierno para hacerles llegar alimentos y agua potable, y criticaron que en medio de la tragedia los daminificados tengan que pagar por la comida en lugar de recibirla de forma gratuita.
Más de tres millones de personas permanecen sin servicio de agua potable en la isla tras el paso de Irma.
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En la Bahía de Cárdenas, Matanzas, seriamente afectada por el fenómeno meteorológico, residentes sufrían este miércoles por la mañana la escasez de agua y alimentos, el azote de los mosquitos y el calor sofocante, confirmó a Martí Noticias la Dama de Blanco Leticia Ramos, residente en el barrio costero de Playa Larga.
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Las vías de comunicación con ese barrio estaban obstruidas por árboles y escombros. Parte de la carretera en la zona costera de Cárdenas se derrumbó, y la llegada de algún camión con agua y alimentos es imposible por ahora, relató la opositora, que criticó la ausencia del personal del gobierno en el lugar para valorar los daños y brindar ayuda.
Otra de las zonas severamente afectadas por la falta de agua potable es la región central de Cuba, donde tampoco se ha rehabilitado ningún sistema de abastecimiento del preciado líquido, destacó este miércoles la prensa oficial.
En Santa Clara, la preocupación mayor de los residentes es la falta de energía eléctrica, que les impide hervir el agua, una medida preventiva que siguen los cubanos cuando el líquido no es potable, alertó el comunicador Carlos A. Torres, residente en el barrio de El Gigante.
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En Santa Clara, Camajuaní y Caibarién algunos pobladores acuden a la solidaridad de los vecinos que tienen pozos artesanos para paliar la sed, pero es una solución a la que no todos pueden acceder, explicó Torres.
La Unicef, entidad de la ONU, coordina el envío de tabletas de cloro para purificar el agua en Cuba, pero mientras tanto la población sufre por las carencias y la imposibilidad de soluciones.
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Un funcionario citado por Cubadebate dijo que la peor situación está ocurriendo en Camagüey, especialmente en los cayos del norte de Ciego de Ávila, mientras que en el Occidente de la isla existe una situación más favorable, porque la infraestructura no sufrió mucho.
A la escasez de agua potable se suma la de alimentos, y la imposibilidad de cocinarlos por falta de energía eléctrica, algo que golpea muy fuerte a los capitalinos, que no siempre cuentan con otras opciones para elaborar las comidas.
La mayoría de las centrales termoeléctricas cubanas, que cubren el 74 % de la demanda, sufrieron afectaciones por el embate del huracán, dejando la isla a oscuras, dijo el miércoles la Unión Eléctrica de Cuba.
En el centro y occidente aún hay grandes zonas sin electricidad, entre ellas barrios capitalinos afectados por la caídas de cables y postes.
Un reportaje de Paparazzi Cubano muestra que el martes, en algunas zonas de la capital, entidades estatales vendían alimentos elaborados.
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Los entrevistados criticaron que en un momento tan difícil el gobierno venda la comida en lugar de entregarla de forma gratuita, y cuestionaron los mecanismos de distribución de las ayudas que llegan al país para los damnificados.
A seis días del paso del huracán Irma por la isla el panorama de la capital sigue siendo desolador, según muestra un reportaje del periodista independiente Ignacio González, que recorrió algunas de las zonas más afectadas por el ciclón.
(Redactado por Idolidia Darias, con reportes de Radio y TV Martí, y Paparazzi Cubano)