Sobre beneficios en las relaciones de Cuba e Israel

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Jerusalén.

Cuba, Venezuela y Corea del Norte no tienen relaciones diplomáticas con el estado hebreo, y La Habana y Caracas fueron los iniciadores de la ruptura.

En el semanario judío The Algemeiner, editado en Estados Unidos, el tema de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba toma otra dimensión cuando el articulista George Jochnowitz se pregunta si ahora La Habana reconocerá al estado israelí y restablecerá las relaciones diplomáticas.

Con un corto recuento de las relaciones entre la URSS y Estados Unidos durante la Guerra Fría, desde el prisma del Medio Oriente, el autor coloca la línea que dividía a Occidente del bloque socialista en los momentos más importantes de la confrontación en la zona como la crisis del Canal de Suez, la Guerra de los Seis Días y la del Yom Kipur.

En 1991 Moscú reconocía a Israel y China lo hizo un año después. Cuba rompió relaciones diplomáticas con Israel en 1973 tras la Cumbre de Países No Alienados en Argelia, donde el entonces líder libio le cuestionó a Fidel Castro sus relaciones con Israel, y el interés del caribeño en dirigir esa organización.

Venezuela anuló los vínculos con Israel en enero del 2009 y Corea del Norte nunca ha tenido contactos diplomáticos con el estado hebreo.

Tras la apertura entre Washington y La Habana, Jochnowitz se pregunta ahora si "¿no es hora para Cuba a reconocer a Israel?". Como referencia usa la entrevista que le concedió Fidel Castro al periodista estadounidense Jeffrey Goldberg de la publicación The Atlantic en el 2010, donde reconoce el derecho de Israel a existir.

Alega el periodista que al existir puentes entre Cuba y Israel, entonces "Venezuela podría reconsiderar su hostilidad hacia Israel" y Maduro podría cambiar el tono.

Y, según el autor, Estados Unidos se beneficiaría también, pues "si un país izquierdista admirado como Cuba cambió sus políticas y aceptó la existencia de Israel, Estados Unidos sería menos aislado cuando se trata de apoyar a Israel". Pero se aventura más y ve la posibilidad de que Irán cambie también su posición.