Telesur presenta a Nicolás Maduro como el candidato de la patria. A Capriles, como el candidato antichavista
Para la prensa oficial, Henrique Capriles es un golpista. Según Germán Sánchez, viejo zorro de la inteligencia cubana y ex embajador de Cuba en Venezuela, el abogado de Miranda pertenece a la élite derechista más rancia y conservadora de Venezuela.
Sánchez, era embajador en abril de 2002 cuando Hugo Chávez fue depuesto durante 72 horas, y en una emisión televisiva recordó el cerco y los atropellos de un grupo de enardecidos antichavistas en las afuera de la embajada cubana en el barrio de Barutas, Caracas.
A Capriles, entonces alcalde de esa localidad, los medios cubanos lo acusan de complicidad en el acoso a la sede diplomática. Sin mostrar pruebas concretas.
Aunque Capriles tiene un programa algo corrido a la izquierda, y ha prometido mantener las misiones sociales creada por el difunto Hugo Chávez, al actual gobernador de Miranda la prensa cubana lo etiqueta como ‘fascista’.
Hasta enero de 2013, los cubanos apenas habíamos visto el rostro o escuchado un discurso de Henrique Capriles. Era invisible. Cuando el bolivariano ganó las presidenciales del 7 de octubre, la televisión nacional que se había encadenado con Venevisión, cortó las palabras de felicitación de Capriles a Chávez.
Después que el canal Telesur comenzara 14 horas diarias de trasmisiones en Cuba, los cubanos hemos conocido un poco a Capriles. No lo que desearíamos. Mientras las trasmisiones de Telesur emiten en vivo todos los discursos de la campaña electoral de Maduro, los de su rival son editados y solo se muestran algunos segundos.
Telesur presenta a Nicolás Maduro como el candidato de la patria. A Capriles, como el candidato antichavista. No llegan a llamarlo ‘fascista’ como los medios en La Habana, pero lo acusan de imitar y usurpar gestos y estrategias de Hugo Chávez. A veces los artículos de prensa o comentarios de televisión parecen diseñados para tontos.
Se habla de que el pueblo votará en masa por Maduro. Y muchos en la isla se preguntan entonces qué cantidad de ‘burgueses’ hay en Venezuela, porque en octubre Capriles obtuvo seis millones de votos y ahora se espera que supere esos dígitos. Es casi un 45% de los votantes venezolanos.
El argumento prefabricado de los medios locales nos dice que los ricos y la oligarquía vota por Capriles y los pobres y la clase trabajadora por Maduro. Una tendencia añeja. Todo pretenden verlo en blanco y negro. Olvidan que existen matices.
Quizás por eso la prensa nacional tenga tan mala reputación entre los cubanos de a pie. Casi nadie compra periódicos para leer noticias. Más les interesan las páginas deportivas o la cartelera de televisión. Otros los utilizan para envolver la basura. Y muchos como sustituto del papel sanitario.
Un paquete con cuatro rollos de papel higiénico cuesta entre 1.20 y 2 cuc (entre 1.30 dólar y dos dólares con 10 centavos, el de más calidad). Un Granma o Juventud Rebelde cuesta solo un peso. Menos de cinco centavos de dólar.
Publicado en Diario Las Américas el 13 de abril del 2013
Sánchez, era embajador en abril de 2002 cuando Hugo Chávez fue depuesto durante 72 horas, y en una emisión televisiva recordó el cerco y los atropellos de un grupo de enardecidos antichavistas en las afuera de la embajada cubana en el barrio de Barutas, Caracas.
A Capriles, entonces alcalde de esa localidad, los medios cubanos lo acusan de complicidad en el acoso a la sede diplomática. Sin mostrar pruebas concretas.
Aunque Capriles tiene un programa algo corrido a la izquierda, y ha prometido mantener las misiones sociales creada por el difunto Hugo Chávez, al actual gobernador de Miranda la prensa cubana lo etiqueta como ‘fascista’.
Hasta enero de 2013, los cubanos apenas habíamos visto el rostro o escuchado un discurso de Henrique Capriles. Era invisible. Cuando el bolivariano ganó las presidenciales del 7 de octubre, la televisión nacional que se había encadenado con Venevisión, cortó las palabras de felicitación de Capriles a Chávez.
Después que el canal Telesur comenzara 14 horas diarias de trasmisiones en Cuba, los cubanos hemos conocido un poco a Capriles. No lo que desearíamos. Mientras las trasmisiones de Telesur emiten en vivo todos los discursos de la campaña electoral de Maduro, los de su rival son editados y solo se muestran algunos segundos.
Telesur presenta a Nicolás Maduro como el candidato de la patria. A Capriles, como el candidato antichavista. No llegan a llamarlo ‘fascista’ como los medios en La Habana, pero lo acusan de imitar y usurpar gestos y estrategias de Hugo Chávez. A veces los artículos de prensa o comentarios de televisión parecen diseñados para tontos.
Se habla de que el pueblo votará en masa por Maduro. Y muchos en la isla se preguntan entonces qué cantidad de ‘burgueses’ hay en Venezuela, porque en octubre Capriles obtuvo seis millones de votos y ahora se espera que supere esos dígitos. Es casi un 45% de los votantes venezolanos.
El argumento prefabricado de los medios locales nos dice que los ricos y la oligarquía vota por Capriles y los pobres y la clase trabajadora por Maduro. Una tendencia añeja. Todo pretenden verlo en blanco y negro. Olvidan que existen matices.
Quizás por eso la prensa nacional tenga tan mala reputación entre los cubanos de a pie. Casi nadie compra periódicos para leer noticias. Más les interesan las páginas deportivas o la cartelera de televisión. Otros los utilizan para envolver la basura. Y muchos como sustituto del papel sanitario.
Un paquete con cuatro rollos de papel higiénico cuesta entre 1.20 y 2 cuc (entre 1.30 dólar y dos dólares con 10 centavos, el de más calidad). Un Granma o Juventud Rebelde cuesta solo un peso. Menos de cinco centavos de dólar.
Publicado en Diario Las Américas el 13 de abril del 2013