Jornada Mundial de la Juventud Panamá 2019

Jóvenes católicos cubanos llegan a Panamá para Jornada Mundial de la Juventud.

Por primera vez en la historia eclesial Cuba participará con más de 400 jóvenes católicos en un evento internacional, la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) Panamá 2019.

De seguro esta oportunidad será un parteaguas a la hora de dibujar nuestra realidad de Isla en medio de un mundo híper-globalizado.

Momentos antes de hacer este artículo un laico comprometido de mi comunidad me comentó de forma jocosa: – “Pernús, ¿cuántos muchachos crees que se queden?” – A esa persona le quiero responder con una historia real. Rafael es un joven católico que colabora en diversas actividades de su comunidad. Cuando se hizo la convocatoria para la JMJ el párroco le dijo: “Rafa, voy a buscar un poco de ayuda para que puedas vivir la experiencia de la jornada que de seguro cambiará tu vida”. El muchacho miró con alegría a ese sacerdote que además es su amigo y le contestó: “Padre, hace tiempo me prometí que cuando pusiera un pie fuera de Cuba no regresaba, y prefiero rechazar su oferta, que utilizar a la Iglesia como un trampolín para mis sueños.” De ese grado de compromiso emana la confianza que la Conferencia Episcopal Cubana ha puesto en sus jóvenes.

Al llegar al aeropuerto, los jóvenes cubanos tuvimos la dicha de ser recibidos por el presidente de Panamá. (Foto: Facebook de Julio Pernús)

Aprovechando la cercanía del magno evento, Vida Cristiana conversó con el P. Marcelo Díaz Armenteros, secretario ejecutivo de la Conferencia Episcopal Cubana para los jóvenes. La pregunta era: ¿Qué sueños motivan a nuestra Iglesia momentos antes de iniciar la jornada?

Marcelo: Hoy podemos decir que la Iglesia cubana sueña con lograr una mayor apertura hacia esa Iglesia Universal y este evento será un gran paso en la consecución de ese objetivo. Nosotros hemos trabajado en función de vivir todo esto como un proceso. Nuestro primer paso consistió en poder organizar la delegación, hablamos de la selección de los muchachos por parte de las comunidades.

Para llegar a donde estamos hoy, es necesario subrayar la importancia del camino que abrió la experiencia de la Jornada Nacional en sintonía con Cracovia; sus frutos, quizás sean los de esta delegación histórica a la JMJ de Panamá. Como paso previo de preparación, en las diócesis, se han trabajado las catequesis que se emitieron por parte de los organizadores del evento.

En primer lugar es oportuno visibilizar que la delegación es de más de 400 peregrinos y eso es todo un desafío para nuestra Iglesia. Todo esto implicó un número importante de visados y boletos de avión. Pero este entramado logístico también es una gran alegría para nuestras comunidades que hoy ven cómo sus jóvenes se unen al coro de la Iglesia universal; por lo que te puedo asegurar que en ellos se está depositando una gran confianza. Esto, al mismo tiempo, es una enorme responsabilidad, ya que se trata de ir allí, vivir a plenitud la jornada y al regreso volcar esa experiencia en nuestra sociedad; es ir dejando un poco de ser Isla, para convertirnos en mundo.

Creo que nuestros obispos ven con gran esperanza el retorno de nuestra delegación y sueñan con que todo este esfuerzo, pueda generar la posibilidad de un cambio renovador al interior de nuestra Iglesia.

(Artículo publicado originalmente en la revista católica cubana Vida Cristiana)