Mientras el Gobierno cubano y sus partidarios piden que se suprima la Ley de Ajuste Cubano, los opositores del régimen la respaldan, aunque algunos cuestionan su aplicación actual
La nueva ley de inmigración que entró en vigor este lunes en Cuba y elimina el permiso de salida impuesto por el régimen castrista hace más de cinco décadas, renueva también el debate en torno a la Ley de Ajuste Cubano, aprobada en Estados Unidos en 1966.
Mientras el Gobierno cubano y sus partidarios piden que se suprima, los opositores del régimen la respaldan, aunque algunos cuestionan su aplicación actual.
Lo que quizás unos y otros ignoran es que la Ley de Ajuste Cubano que lleva el número 89-732, sólo puede ser revocada una vez que el presidente reconozca que en Cuba exista un gobierno elegido democráticamente, tal y como lo define la Ley de la libertad cubana y solidaridad democrática de 1996, o Ley Libertad, más conocida como Helms-Burton.
Ese requisito, que está vigente, aparece en la Sección 606 de la Ley de Reforma de la Inmigración Ilegal y Responsabilidad del Inmigrante, (Ley 104-208), aprobada el 30 de septiembre de 1996.
“En efecto, eso es básicamente lo que establece ese párrafo”, afirmó el abogado Wilfredo Allen, especialista en Inmigración. “Lo que sí puede eliminar el
presidente de un plumazo es la orden de pies secos-pies mojados y prohibir que quienes entren ilegalmente se puedan acoger a la Ley de Ajuste”, agregó.
El congresista Joe García, demócrata por la Florida, dijo que “la Ley de Ajuste Cubano le otorga a la rama ejecutiva el poder de crear el marco regulatorio para ponerla en práctica”, pero no considera que el párrafo en cuestión ni la Ley Libertad, “le limitan esta flexibilidad al presidente Obama”.
Allen explicó que hasta 1997 los cubanos que entraban por la frontera a Estados Unidos eran considerados ilegales y “no se podían ajustar y tenían que legalizarse a través de otros procedimientos como la Ley NACARA”.
“Fue Doris Meissner, entonces comisionada de Inmigración, quien abrió esa posibilidad, ampliando el alcance de la Ley de Ajuste”.
Ese alcance de la Ley de Ajuste haría posible que los cubanos que cada año viajan de visita a Estados Unidos se conviertan en residentes legales y eventualmente en ciudadanos estadounidenses, aunque continúen viviendo en Cuba.
Desde este lunes los cubanos pueden estar en el extranjero 24 meses, sin perder su residencia en la isla. En el caso de los que viajen a Estados Unidos, es tiempo suficiente para obtener la residencia y eventualmente la ciudadanía de este país.
Según cifras estadísticas del departamento de Estado, el número de cubanos que viaja de visita a Estados Unidos promedia unos 20 mil cada año. En 2002 se otorgaron 21,822 visados para visitantes, la cifra más alta, y la menor fue en 2006, con 9,046 visitantes.
García recordó que “el departamento de Estado también tiene regulaciones para determinar a quién le otorga visas vía sección de intereses de los Estados Unidos en Cuba” y se mostró partidario de mantener la Ley de Ajuste.
“Pienso que ha creado oportunidades económicas y sociales sin precedentes para los inmigrantes y refugiados en nuestra comunidad”, dijo García . “Siempre he defendido esta ley, sobre todo teniendo en cuenta la naturaleza del Gobierno cubano. No sería justo castigar a toda la comunidad como consecuencia de los supuestos abusos de algunos”.
Por su parte, la congresista republicana Ileana Ross-Lehtinen se manifestó a favor de introducir cambios en la aplicación actual de la Ley de Ajuste que, según dijo, estén en consonancia con las razones de su aprobación.
“Estoy a favor de que aquellos que usan este beneficio no puedan regresar de visita a Cuba”, dijo Ross-Lehtinen. “No se puede afirmar que uno podría ser perseguido por razones políticas en Cuba y, al mismo tiempo, regresar de visita”.
Para la analista política Anya Landau French, editora del blog The Havana Note, quien favorece las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, la nueva ley cubana de inmigración ofrece al presidente Obama una oportunida histórica de cambiar la legislación migratoria hacia Cuba, y permite también que los estadounidenses puedan viajar a la isla, sin restricciones.
“Ninguna otra nacionalidad en el mundo disfruta de este privilegio que tienen los cubanos de obtener la ciudadanía estadounidense (sic) en un año y disfrutar de beneficios a costa de los contribuyentes”, escribió Landau el lunes en su blog.
Martinoticias.com contactó a los directores de prensa del senador Marco Rubio y el congresista Mario Díaz Balart, ambos republicanos por la Florida, pero no fue posible obtener sus opiniones sobre el tema para este reportaje.
Mientras el Gobierno cubano y sus partidarios piden que se suprima, los opositores del régimen la respaldan, aunque algunos cuestionan su aplicación actual.
Lo que quizás unos y otros ignoran es que la Ley de Ajuste Cubano que lleva el número 89-732, sólo puede ser revocada una vez que el presidente reconozca que en Cuba exista un gobierno elegido democráticamente, tal y como lo define la Ley de la libertad cubana y solidaridad democrática de 1996, o Ley Libertad, más conocida como Helms-Burton.
Ese requisito, que está vigente, aparece en la Sección 606 de la Ley de Reforma de la Inmigración Ilegal y Responsabilidad del Inmigrante, (Ley 104-208), aprobada el 30 de septiembre de 1996.
“En efecto, eso es básicamente lo que establece ese párrafo”, afirmó el abogado Wilfredo Allen, especialista en Inmigración. “Lo que sí puede eliminar el
presidente de un plumazo es la orden de pies secos-pies mojados y prohibir que quienes entren ilegalmente se puedan acoger a la Ley de Ajuste”, agregó.
El congresista Joe García, demócrata por la Florida, dijo que “la Ley de Ajuste Cubano le otorga a la rama ejecutiva el poder de crear el marco regulatorio para ponerla en práctica”, pero no considera que el párrafo en cuestión ni la Ley Libertad, “le limitan esta flexibilidad al presidente Obama”.
Allen explicó que hasta 1997 los cubanos que entraban por la frontera a Estados Unidos eran considerados ilegales y “no se podían ajustar y tenían que legalizarse a través de otros procedimientos como la Ley NACARA”.
“Fue Doris Meissner, entonces comisionada de Inmigración, quien abrió esa posibilidad, ampliando el alcance de la Ley de Ajuste”.
Ese alcance de la Ley de Ajuste haría posible que los cubanos que cada año viajan de visita a Estados Unidos se conviertan en residentes legales y eventualmente en ciudadanos estadounidenses, aunque continúen viviendo en Cuba.
Desde este lunes los cubanos pueden estar en el extranjero 24 meses, sin perder su residencia en la isla. En el caso de los que viajen a Estados Unidos, es tiempo suficiente para obtener la residencia y eventualmente la ciudadanía de este país.
Según cifras estadísticas del departamento de Estado, el número de cubanos que viaja de visita a Estados Unidos promedia unos 20 mil cada año. En 2002 se otorgaron 21,822 visados para visitantes, la cifra más alta, y la menor fue en 2006, con 9,046 visitantes.
García recordó que “el departamento de Estado también tiene regulaciones para determinar a quién le otorga visas vía sección de intereses de los Estados Unidos en Cuba” y se mostró partidario de mantener la Ley de Ajuste.
“Pienso que ha creado oportunidades económicas y sociales sin precedentes para los inmigrantes y refugiados en nuestra comunidad”, dijo García . “Siempre he defendido esta ley, sobre todo teniendo en cuenta la naturaleza del Gobierno cubano. No sería justo castigar a toda la comunidad como consecuencia de los supuestos abusos de algunos”.
Por su parte, la congresista republicana Ileana Ross-Lehtinen se manifestó a favor de introducir cambios en la aplicación actual de la Ley de Ajuste que, según dijo, estén en consonancia con las razones de su aprobación.
“Estoy a favor de que aquellos que usan este beneficio no puedan regresar de visita a Cuba”, dijo Ross-Lehtinen. “No se puede afirmar que uno podría ser perseguido por razones políticas en Cuba y, al mismo tiempo, regresar de visita”.
Para la analista política Anya Landau French, editora del blog The Havana Note, quien favorece las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, la nueva ley cubana de inmigración ofrece al presidente Obama una oportunida histórica de cambiar la legislación migratoria hacia Cuba, y permite también que los estadounidenses puedan viajar a la isla, sin restricciones.
“Ninguna otra nacionalidad en el mundo disfruta de este privilegio que tienen los cubanos de obtener la ciudadanía estadounidense (sic) en un año y disfrutar de beneficios a costa de los contribuyentes”, escribió Landau el lunes en su blog.
Martinoticias.com contactó a los directores de prensa del senador Marco Rubio y el congresista Mario Díaz Balart, ambos republicanos por la Florida, pero no fue posible obtener sus opiniones sobre el tema para este reportaje.