¿No ha contribuido el trabajo por cuenta propia a la mejoría económica dentro de Cuba?
El sector del cuentapropismo o de trabajadores privados en Cuba es tan pequeño que no tiene la posibilidad de marcar o incidir en el rumbo de la economía nacional.
Existe una falsa impresión de que las cosas marchan mejor en Cuba porque se les permite a los ciudadanos trabajar en pequeños negocios privados.
Pero las licencias permitidas para operar negocios privados son muy controladas y dentro de un perfil muy pequeño.
Los trabajadores privados cubanos no pueden participar en los principales sectores de la economía del país y cuando se les permite, como recientemente ha sucedido con el turismo y la agricultura, se les establecen controles excesivos y elevadas restricciones para que no le hagan competencia a la exigua e irrentable opción estatal.
Los trabajadores por cuenta propia se desarrollan fundamentalmente en el área de los servicios y no en el sector productivo o de creación de productos.
Los pocos trabajadores privados que pueden crear ganancias y no redistribuirlas, como los arrendatarios de tierras productivas, no cuentan con los medios y herramientas para poder producir, por lo que sus resultados siempre se encuentran por debajo de sus posibilidades.
Son tan pocos y tienen tan limitadas posibilidades que los trabajadores privados no pasan de ser un experimento principiante que, a fuerza de tenacidad y decisión, comienzan a ganarse su propio espacio.
Pero les falta mucho camino por desandar para lograr influenciar o incidir en la economía nacional.
El sector del cuentapropismo o de trabajadores privados en Cuba es tan pequeño que no tiene la posibilidad de marcar o incidir en el rumbo de la economía nacional.
Existe una falsa impresión de que las cosas marchan mejor en Cuba porque se les permite a los ciudadanos trabajar en pequeños negocios privados.
Pero las licencias permitidas para operar negocios privados son muy controladas y dentro de un perfil muy pequeño.
Los trabajadores privados cubanos no pueden participar en los principales sectores de la economía del país y cuando se les permite, como recientemente ha sucedido con el turismo y la agricultura, se les establecen controles excesivos y elevadas restricciones para que no le hagan competencia a la exigua e irrentable opción estatal.
Los trabajadores por cuenta propia se desarrollan fundamentalmente en el área de los servicios y no en el sector productivo o de creación de productos.
Los pocos trabajadores privados que pueden crear ganancias y no redistribuirlas, como los arrendatarios de tierras productivas, no cuentan con los medios y herramientas para poder producir, por lo que sus resultados siempre se encuentran por debajo de sus posibilidades.
Son tan pocos y tienen tan limitadas posibilidades que los trabajadores privados no pasan de ser un experimento principiante que, a fuerza de tenacidad y decisión, comienzan a ganarse su propio espacio.
Pero les falta mucho camino por desandar para lograr influenciar o incidir en la economía nacional.