¿Cabe la posibilidad de que EE.UU. proteste y Cuba cierre libertades migratorias aprobadas en enero 2013?

¿Cabe la posibilidad de que EE.UU. proteste y Cuba cierre las libertades migratorias recientemente aprobadas?

Es de esperar que si se reporta un aumento considerable de la emigración cubana, las autoridades norteamericanas reaccionen de alguna manera para evitarlo.

Entre los escenarios de reacciones posibles, el más factible e inmediato está asociado a la modificación de la ley de ajuste cubano, porque eliminando las ventajas que la ley ofrece a los emigrantes cubanos, el destino de los EE.UU. dejaría de ser atractivo.

También sería lógico esperar una acción directa del gobierno norteamericano hacia el gobierno de La Habana y que este reaccionara reduciendo las nuevas garantías migratorias o modificando en esencia sus leyes migratorias.

Pero insistimos en que las condiciones actuales no son de crisis migratorias entre ambos países y que existen todavía muchos mecanismos en poder del gobierno norteamericano para controlar o disminuir el flujo de emigrantes cubanos.

Al gobierno de Cuba no le conviene enrarecer sus relaciones migratorias con EE. UU. porque estaría matando “la gallina de los huevos de oro”.

La enferma economía cubana depende fundamentalmente de las remesas familiares que llegan del exilio cubano en los EE.UU., un rubro económico al que La Habana no puede renunciar. Por ello, en estos momentos, cualquier éxodo masivo de cubanos no sería una válvula de escape y si un problema mayor que el que pudieran evitar con una salida masiva.

Las autoridades migratorias cubanas están más empeñadas en ofrecer el país como destino para emigrantes cubanos jubilados que en promover una salida descontrolada.

Así que sí es posible una reacción de EE.UU. pero en un escenario que actualmente no se presenta y que a corto plazo es difícil que se presente.

Además, las nuevas leyes migratorias cubanas son las medidas más populares del actual gobierno de Raúl Castro y han sido celebradas por muchos países como una apertura social y un triunfo de los reclamos de los cubanos por sus derechos humanos.

Es difícil que el gobierno norteamericano actúe contra esta legislación.