¿Son estas las primeras manifestaciones de las cooperativas en el mercado de los servicios en Cuba?

¿Son estas las primeras manifestaciones de las cooperativas en el mercado de los servicios en Cuba?

Estas tres cooperativas de servicios son las primeras de carácter profesional aprobadas legalmente, pero no son las únicas que existen en el mercado privado cubano.

Antes del anuncio de estas cooperativas de profesionales, el estado cubano había autorizado otros experimentos en el mercado de los servicios con cooperativas en el área del transporte público para pequeños ómnibus y autos del alquiler.

Se trata de un parque de vehículos estatales que es rentado a choferes particulares con determinada restricciones y altos impuestos.

Los choferes que formaran parte de este experimento realizado en Ciudad de La Habana, debían pagar por la renta de los vehículos y garantizar un ingreso específico al sistema de recaudaciones estatales por su gestión. Además deben respetar las rutas y los horarios de servicios.

Pero resultó un negocio favorable para los choferes y para los pasajeros que comenzaron a tener un servicio de transporte estable.

Esta variante de cooperativa de transporte debe generalizarse para todo el país en los próximos meses.

Igualmente se ha establecido el sistema de rentas de locales de cafeterías y restaurantes estatales a particulares que, mediante cooperativas exploten el lugar.

Aunque es un experimento demasiado joven aún para evaluar resultados, la demanda de locales para rentar augura que sirva de garantías para la generalización de esta práctica a nivel nacional.

Igualmente sucede con los locales de peluquerías y barberías que son rentados a particulares y que operar como si se trataran de cooperativas.

La modalidad de la cooperativa no es otra cosa que una pequeña empresa privada, de corte capitalista.

Manteniéndose dentro del estrecho marco legal que les autorizan, los trabajadores de los locales o de los servicios pueden obtener serias ganancias e influenciar en el mercado para modificarlo y expandir la actividad privada.

El gobierno está obligado a asumir esta variante en contra de su voluntad. El descalabro económico que vive el país le obliga a autorizar otras variantes no estatales para intentar paliar la situación del mercado laboral y del mercado de los servicios.

El trabajador privado cubano no debe temer involucrarse en esta nueva modalidad, obtendrá mucho más libertad para operar que en otras variantes y podrá disfrutar de mejores instalaciones para ejercer sus profesiones.