¿Es cierto que en Cuba se va a modificar el código del trabajo para dar más libertad laboral a todos los trabajadores cubanos?
Es cierto que desde el pasado 20 de julio ha comenzado en toda Cuba un proceso preparatorio para discutir cambios al código laboral cubano.
Pero este proceso está muy distante de ser el preámbulo de un cambio profundo en la legislación laboral cubana.
Las modificaciones propuestas o sugeridas oficialmente no dejan entrever que estemos en la antesala de alguna iniciativa encaminada a otorgar más libertades a los trabajadores cubanos.
Podemos asegurar que como tantas veces anteriores, las modificaciones a realizar por el estado cubano serán siempre de forma y no de fondo.
Lo que se persigue es ajustar la legislación a las nuevas condiciones laborales que rigen en el país, pero sin renunciar al control absoluto del estado cubano sobre las relaciones laborales en el país.
Estamos seguros que luego de aplicarse las modificaciones laborales propuestas, el código seguirá siendo un instrumento de control y represión a favor del gobierno y no un defensor de las conquistas laborales de la masa trabajadora cubana.
El gobierno intenta actualizar su cuerpo legal para lidiar con nuevas formas laborales como la actividad de los cuentapropistas y formalizar sus nuevas posiciones como la de un menor compromiso del estado con los trabajadores.
Con siempre hace la propaganda oficial del régimen cubano, estas futuras modificaciones laborales han sido anunciadas como aperturas o libertades que se tomarán a favor de los trabajadores.
Pero a pesar de sus camuflajes y disimulos, queda claro que no se trata de otorgar más libertades a los trabajadores sino de actualizar las normas de control sobre la masa laboral y sus formas de trabajo, ya sean privadas o estatales.
Es cierto que vienen cambios, pero para beneficiar a los mismos y perjudicar a los de siempre.
Es cierto que desde el pasado 20 de julio ha comenzado en toda Cuba un proceso preparatorio para discutir cambios al código laboral cubano.
Pero este proceso está muy distante de ser el preámbulo de un cambio profundo en la legislación laboral cubana.
Las modificaciones propuestas o sugeridas oficialmente no dejan entrever que estemos en la antesala de alguna iniciativa encaminada a otorgar más libertades a los trabajadores cubanos.
Podemos asegurar que como tantas veces anteriores, las modificaciones a realizar por el estado cubano serán siempre de forma y no de fondo.
Lo que se persigue es ajustar la legislación a las nuevas condiciones laborales que rigen en el país, pero sin renunciar al control absoluto del estado cubano sobre las relaciones laborales en el país.
Estamos seguros que luego de aplicarse las modificaciones laborales propuestas, el código seguirá siendo un instrumento de control y represión a favor del gobierno y no un defensor de las conquistas laborales de la masa trabajadora cubana.
El gobierno intenta actualizar su cuerpo legal para lidiar con nuevas formas laborales como la actividad de los cuentapropistas y formalizar sus nuevas posiciones como la de un menor compromiso del estado con los trabajadores.
Con siempre hace la propaganda oficial del régimen cubano, estas futuras modificaciones laborales han sido anunciadas como aperturas o libertades que se tomarán a favor de los trabajadores.
Pero a pesar de sus camuflajes y disimulos, queda claro que no se trata de otorgar más libertades a los trabajadores sino de actualizar las normas de control sobre la masa laboral y sus formas de trabajo, ya sean privadas o estatales.
Es cierto que vienen cambios, pero para beneficiar a los mismos y perjudicar a los de siempre.