¿Tienen los sindicatos cubanos una participación importante en la conformación y modificación del código laboral cubano?
No es así como funcionan los sindicatos en Cuba.
La existencia de un solo grupo sindical en el país es el mejor ejemplo de que las organizaciones sindicales lejos de representar los intereses de los trabajadores lo que hacen es subsistir como un instrumento del gobierno vigente en Cuba.
La central de trabajadores de cuba solo tiene de sindicato el nombre y la titularidad en el papel, por lo demás su conducta es la actitud típica de todas las organizaciones de masas creadas o toleradas por el régimen comunista.
Los sindicatos cubanos obedecen a las directivas del partido comunista. Como institución son solo una fachada de la que se vale el gobierno para dar una imagen de tolerancia, democracia o poder de la clase obrera.
Por razón de edad, la mayoría de la población laboral cubana no conoce otra expresión de la actividad sindical que no sea la burda actuación de los dirigentes de la CTC, a quienes el gobierno nombra y remueve a su antojo, como títeres.
Por eso la masa laboral cubana no confía ni siente identificación alguna con los sindicatos. Para ellos son solo un brazo de la represión oficial, institución que solo vive de aplaudir y celebrar las decisiones del gobierno, sin importar que con ellas se afecten las vacaciones, la jubilación o la edad de retiro del trabajador cubano.
No es así como funcionan los sindicatos en Cuba.
La existencia de un solo grupo sindical en el país es el mejor ejemplo de que las organizaciones sindicales lejos de representar los intereses de los trabajadores lo que hacen es subsistir como un instrumento del gobierno vigente en Cuba.
La central de trabajadores de cuba solo tiene de sindicato el nombre y la titularidad en el papel, por lo demás su conducta es la actitud típica de todas las organizaciones de masas creadas o toleradas por el régimen comunista.
Los sindicatos cubanos obedecen a las directivas del partido comunista. Como institución son solo una fachada de la que se vale el gobierno para dar una imagen de tolerancia, democracia o poder de la clase obrera.
Por razón de edad, la mayoría de la población laboral cubana no conoce otra expresión de la actividad sindical que no sea la burda actuación de los dirigentes de la CTC, a quienes el gobierno nombra y remueve a su antojo, como títeres.
Por eso la masa laboral cubana no confía ni siente identificación alguna con los sindicatos. Para ellos son solo un brazo de la represión oficial, institución que solo vive de aplaudir y celebrar las decisiones del gobierno, sin importar que con ellas se afecten las vacaciones, la jubilación o la edad de retiro del trabajador cubano.