"Cuba necesita renacer como nación", comentó a Martí Noticias la socióloga Teresa Díaz sobre las razones de la crisis migratoria que afecta a la isla y que ha puesto al país en una situación extremadamente compleja, pues la mayoría de las personas que se van están en edad laboral.
"Es que ya pasaron los tiempos del entusiasmo. Mientras se vivía con cierta incertidumbre en el futuro el pueblo cubano vivía, a la vez, con cierta esperanza de que todo iba a mejorar... Pero todo ha colapsado y eso explica por qué la población desea salir. Los que no pueden hacerlo, al menos lo sueñan, al menos lo anhelan", agregó.
Esta semana el periódico local Sierra Maestra publicó un artículo que hacía referencia a un proyecto de investigación sobre migración, promovido por el Departamento de Psicología de la Facultad de Sociología de la Universidad de Oriente, en el que tratan los efectos de la crisis migratoria en la familia cubana.
En el texto, la Dr.C. Raida Margarita Dusu Contreras, al frente de la investigación, explicó cómo "la identidad (grupal y cultural), así como el funcionamiento y ciclo de vida en el seno de la célula básica de la sociedad cubana, se están alterando".
"Hoy hablamos de familias transnacionales, dispersas, cuyos vínculos afectivos, incluidas las maneras de sexualidad, han sido modificados por la distancia. Cuando uno no cumple con una tarea del desarrollo se dificulta el ciclo vital y los proyectos de vida no se determinan porque el afán de emigrar no da espacio a esto", dijo.
El estudio indica que la mayoría de las personas que se van están en edad laboral y esto está afectado directamente el funcionamiento de una sociedad, en extremo envejecida.
"El segmento juvenil, que es el principal grupo migrante, modifica proyectos de vida, ve la incidencia en sus relaciones de amistad y de pareja; se transforman los modos en que se enfrentan las tareas de desarrollo en determinadas etapas de la vida. Por ejemplo, en el período escolar el principal objetivo debe ser estudiar, en la adolescencia construir la identidad y en el juvenil erigir proyectos de vida", comentó la experta.
A finales de 2022, la provincia contaba con 1,040,897 habitantes, disminuyendo a 1,034,786 para diciembre de 2023, un crecimiento negativo con consecuencias incalculables a corto plazo, según cifras proporcionadas por el funcionario Julio Macías Montoya, jefe del Departamento de Demografía, Censo y Encuesta de Población en la dirección provincial de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información.
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“La población va decreciendo y el envejecimiento va creciendo. Al cierre del 2022 la provincia tenía un 20,9 de personas envejecidas. Eso lleva una atención que tiene que estar priorizada en este momento”, comentó Montoya a nuestra redacción.
El estudio también revela que la migración se ha convertido en una de las principales aspiraciones de la juventud cubana desde temprana edad.
Según dijeron, irse del país era uno de los cinco principales deseos de los niños encuestados.