El cuentapropista holguinero Luis Hernández denunció este martes que está siendo objeto de presiones por parte de la policía y otras autoridades locales que buscan impedir la apertura de un café privado que rinde tributo a la legendaria cantante cubana Celia Cruz.
Un oficial de la Seguridad del Estado que identificó como "Chapman" le sugirió incluso que lo nombre "Azúcar", en alusión a la popular canción de la artista cubana que vivió, triunfó y murió en Estados Unidos.
Hernández dijo que ya ha invertido más de 100.000 pesos cubanos para reparar el local. Explicó que incluso consiguió un préstamo bancario, pero los tropiezos comenzaron a aflorar cuando nombró su negocio.
Explicó que tiene cuatro trámites paralizados en la ONAT "sin tener explicación ninguna".
"Están obstaculizándome por todos los medios", dijo. "Mientras yo no dije que se iba a llamar Celia Cruz me dieron el crédito en el banco", agregó.
"A raíz de que yo llamé Celia Cruz a este lugar, y dije que esta iba a ser la casa de Celia Cruz, (...) todos los obstáculos han comenzado".
Celia Cruz es identidad
Hernández explicó que quiere rendir homenaje a la cantante: "Celia Cruz es Cuba, es cultura, es identidad", dijo.
Hernández también admitió que los tropiezos que está enfrentando podrían estar relacionados con su pasado como opositor político al gobierno cubano en organizaciones como el Movimiento Cristiano Liberación.
Tras años en la oposición, dijo, decidió regresar a su trabajo como productor con agrupaciones culturales. Más tarde pensó emprender este negocio y puso manos a la obra.
"Ya está el nombre, el cartel con el nombre y en la ONAT está registrado como Celia Cruz", apuntó.
La paciencia de los dioses
Hernández dijo que se dieron cuenta tarde. "Ahora no me pueden decir que no, lo que pueden es hacer la guerra que me están haciendo".
En diálogo con el periodista Amado Gil, de Radio Martí, el emprendedor dijo que hay una "confabulación" entre el jefe de sector de la policía y una vecina.
Alega que le han provocado una filtración en una pared del local. "Le pusieron una caída de zinc y toda el agua que rueda de arriba, de los tanques que se botan y del agua fluvial, cae contra la pared mía", dijo.
Explicó que la más reciente presión llegó de parte de la policía.
"El jefe de sector me levantó un acta de advertencia sin yo haber hecho nada", dijo sobre el documento que no leyó ni firmó.
Ahora todo es pérdida para Hernández.
"Ahora la víctima soy yo, que tengo que pagar todos meses 3.730 pesos de crédito y tengo 14 trabajadores contratados (...) sin trabajar", expresó.
"Hay que tener la paciencia de los dioses para esto", concluyó.
(Redacción Rosa T. Valdés, a partir de una entrevista de Amado Gil)