El libro Una oveja negra al poder, de los periodistas Andrés Danza y Ernesto Tulbovitz, que estuvieron unos 20 años reportando sobre el expresidente José "Pepe" Mujica, sigue entre los primeros lugares de venta en Uruguay, según informa el diario El Tiempo.
Venezuela y Socialismo
Sobre Chávez, el libro afirma que Mujica no compartía el modelo de socialismo que hacía el venezolano "pues a su juicio conducía a un fracaso seguro" y citan: "Le advertí desde el principio, cuando asumió la presidencia de Venezuela, que no iba a construir el socialismo. Y no construyó un carajo". Y considera que Nicolás Maduro se equivoca cuando intenta emular con Chávez.
Cuba, la vieja novia
Relatan el desencanto de Mujica con la Cuba que idealizó en las décadas de los 60 y 70 y que ya cuando tomó el poder su relación con Cuba era de aprecio, pero sin comulgar con la práctica del socialismo cubano. Para el líder izquierdista, Cuba era como una "vieja novia de la adolescencia, a la que veía desmejorada con los años".
Mujica habló con la dirección cubana del fracaso del sistema y en "La Bodeguita del Medio, en pleno centro de La Habana, les dijo a jerarcas del Gobierno que el problema es que en Cuba todos tienen empleo y que por eso nadie arriesga nada. Por más mierda que sea el capitalismo, es el que ayuda a crecer", según se relata.
Rusia en América Latina
Se refieren a la disposición de Putin para intervenir en un conflicto armado entre Venezuela y Colombia, a favor de Caracas, según relató el propio Chávez a Mujica. Putin detalló a Chávez todo el arsenal con el que contaban los colombianos, especialmente los más de 200 helicópteros de guerra, y cuál era la mejor forma de contrarrestarlo. "Cuente con mi asesoramiento para lo que necesite", cita el libro que dijo Putin, y le indicó el tipo de armamento que tenía que comprar.
El proceso de paz en Colombia tuvo en Mujica un aliado. El exgobernante uruguayo se involucró en el proceso de paz de las autoridades colombianas con las FARC y viajó al Vaticano para pedirle al papa Francisco que intercediera. Viajó, además, a Cuba, donde ahora se realizan las conversaciones, y se entrevistó con los cabecillas narcoguerrilleros. Todas las gestiones, dicen los autores del libro, las hizo con el beneplácito del presidente Santos.