Cuando Almagro era bienvenido en Cuba

Los cancilleres de Cuba, Bruno Rodríguez (der) y de Uruguay, Luis Almagro (izq), se saludan durante un encuentro el 18 de febrero de 2013, en La Habana (Cuba).

El actual secretario general de la OEA, Luis Almagro, realizó una visita oficial a Cuba en noviembre del 2014 como canciller del entonces presidente uruguayo, José Mujica. A poco más de dos años, las autoridades comunistas deciden negarle la visa al diplomático.

El uruguayo Luis Almagro, -actual secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) al que Cuba negó la visa para recibir el miércoles el premio Oswaldo Payá-, corrió otra suerte en el 2014, cuando llegó a La Habana como canciller de Uruguay.

Medios oficiales informaron entonces de la visita del diplomático en noviembre del 2014, que incluyó “un encuentro fraterno” con la embajadora de Cuba en Uruguay, Mercedes Vicente Sotolongo y una reunión con el canciller cubano Bruno Rodríguez.

Como suelen informar en notas oficiales, las autoridades de la isla dijeron que en los encuentros “se analizó el excelente estado de las relaciones bilaterales” y ambas partes “abogaron por fortalecer la cooperación mutua en temas económicos y sanitarios”.

Almagro, en su rol de entonces como canciller uruguayo, “resaltó el rol desempeñado por Cuba" en los esfuerzos internacionales para combatir un brote del virus del Ébola en varios países de África Occidental.

Almagro estuva en Cuba cuando era canciller de Uruguay. Foto tomada el 18 de febrero de 2013, en La Habana (Cuba).

Aludía a la presencia de más de 250 cooperantes sanitarios de la isla en países africanos afectados por la enfermedad que mató a miles de personas.

En esa ocasión, el diplomático agradeció el apoyo de Cuba a su país en varios sectores, especialmente en el área de salud pública, lo cual, dijo, llena “un vacío” que la sociedad uruguaya no ha podido resolver.

Siendo Almagro canciller del exguerrillero y entonces presidente uruguayo José Mujica, el gobierno de este país admitió que había intervenido a petición de Barack Obama ante Raúl Castro para que liberara al contratista estadounidense Alan Gross.

Luego cuando fue nombrado Secretario General de la OEA y criticó con firmeza la crisis política en Venezuela, Cuba le llamó "histérico, torpe y nada ético".

"El señor Almagro trató ahora de aplicar la Carta Democrática Inter­ame­ri­cana, en particular su artículo 20, dirigido supuestamente a lidiar contra las rupturas o alteraciones graves del or­den constitucional, que no fue invocada cuando el golpe militar del 2002 contra el presidente Hugo Chávez Frías, ni para condenar los golpes de Estado ni los intentos golpistas que en los últimos quince años han estremecido la región, excepto en un único caso en el 2009 en el que Estados Uni­dos y algunas fuerzas de derecha hi­cieron fuerte resistencia. Para ello, sin mandato de los Estados Miembros, atribuyéndose prerrogativas que no tiene, con ayuda de elementos de la oposición golpista venezolana y de otros personajes reaccionarios de dudosa reputación, escribió un calumnioso e injerencista informe que, en violación de procedimientos, hizo público. Todo parecía servido para un paseo triunfal, pero el Secretario General, los burócratas de la OEA y sus truculentos mentores olvidaron que no vivimos en 1962, cuando con vergonzosa complicidad se juzgó y condenó a Cuba so­cialista", aseguraba un comunicado de la Cancillería cubana.

Pero otra fue la tarea de Almagro esta vez...

Como actual líder de la OEA, era esperado por la joven disidente Rosa María Payá, hija del fallecido opositor cubano Oswaldo Payá, quien murió en un accidente automovilístico en el 2012. Sus familiares aseguran que el incidente fue provocado por la Seguridad del Estado.

Almagro había sido elegido para recibir el Premio Oswaldo Payá: Libertad y Vida, que confiere por primera vez la Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia. Se entrega a las personas o instituciones con una labor destacada en la "promoción efectiva y defensa de los derechos humanos, la vida y la democracia".

En una carta divulgada el miércoles, Almagro explicó que desde el pasado jueves el cónsul cubano en Washington informó a un funcionario de la OEA la decisión de negarle la visa, al tiempo que mostró "asombro" por el hecho de que desde su cargo se involucrara en "actividades anti-cubanas".

Martí Noticias había intentado sin éxito comunicarse con la OEA esta semana. Un correo electrónico enviado a la oficina de prensa del organismo el martes no fue respondido antes de la publicación de la carta de Almagro.

El motivo para la petición de la visa fue catalogado por Cuba como "una provocación inaceptable". A la vez, las autoridades cubanas en Washington dijeron que no reconocen el premio que le sería entregado a Almagro.

Como presidente de la OEA, Almagro ha mostrado su interés de "construir una agenda de diálogo" para avanzar en el reingreso pleno de Cuba al sistema interamericano". No obstante, en el 2015 había admitido que "no es fácil".

Cuba fue separada de la OEA en 1962 por iniciativa de Estados Unidos y de acuerdo a palabras de Raúl Castro "jamás volverá".

"En nuestra opinión, la OEA desde su fundación fue, es y será un instrumento de dominación imperialista y que ninguna reforma podría cambiar su naturaleza o historia. Por eso Cuba jamás regresará", declaró el general durante la VII Cumbre de la Asociación de Estados del Caribe (AEC) celebrada en junio de 2016.