Cuatro jóvenes cubanoamericanos identificados como Giancarlo Sopo, Daniel Jiménez, Andrew Jiménez y Sheri Cancio, se han unido para crear la Fundación Cuba One, “que ofrece viajes gratis a Cuba” a jóvenes de ese mismo origen para acercarlos a los cubanos que viven en la isla.
Sopo, de 33 años, explicó a Martí Noticias que este proyecto es similar a uno que tiene el grupo judío sin fines de lucro Birthright Israel, que patrocina viajes de 10 días a ese país de jóvenes judíos, para que conozcan su patria, gente y cultura.
Giancarlo Sopo.
“Es importante que los cubanoamericanos, especialmente los jóvenes, vayan a la isla a conocer a otros jóvenes cubanos, para ayudarlos, “porque todos tenemos una obligación patriótica de ayudar a nuestros hermanos y hermanas en la isla”,señaló.
La Fundación Cuba One tiene un presupuesto privado de $100.000 que permitiría que al menos 40 jóvenes viajen a la isla para conocer sus raíces cubanas.
“Los viajes comienzan a fines de junio. Este año tenemos cuatro viajes planificados, que es lo que nos permite nuestro presupuesto. Obviamente, nosotros deseamos expandir el programa (…) queremos ofrecerle esta oportunidad a todos los cubanoamericanos jóvenes de menos de 35 años que sienten esa curiosidad, que tienen ese deseo de conocer la patria de su familia y sus raíces. Creemos que eso es muy importante en la vida de un ser humano”, indicó Sopo.
Señaló que la Fundación Cuba One está trabajando y “eventualmente vamos a buscar fondos de organizaciones no gubernamentales, fondos privados, para ayudar a crecer este proyecto, porque creemos que es muy importante que los cubanoamericanos tengan una relación tangible y real con la isla. Para muchos de nosotros Cuba ha sido un concepto del cual nos han hablado nuestros padres por muchos años y queremos que eso se convierta en una relación real”.
Sopo explicó que él fue a Cuba cuando era un niño para ver a una bisabuela que se estaba muriendo "y no regresé hasta el año pasado cuando ya tenía 32 años. Entonces para mí fue como si hubiera ido por primera vez y fue una experiencia muy impactante. Conocí a familiares, personas que habían escuchado de mí la vida entera. Dormí en la habitación donde durmieron mis abuelos hace 60 años, vi la casa donde se crio mi mamá (…) nosotros queremos facilitar esas conexiones para que las personas a lo largo de sus vidas puedan contribuir a Cuba de una forma positiva, ya sea en el mundo de las artes, como médicos, como científicos”.
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Giancarlo Sopo