En Cuba existían catorce sanatorios para pacientes con VIH-SIDA y sólo hay dos abiertos. MIentras, de un 'sidatorio-prisión', ahora suman cinco en todo el país.
Deambulaban por la calle, dormían en un parque cualquiera o una terminal de ómnibus hasta que decidieron plantarse en huelga de hambre y ahora están en el Hospital “Arnaldo Milián”, de Villa Clara. Son Ricardo Soto y Lázaro Michel Sierra, ambos pacientes de VIH-SIDA que afirman no poseer vivienda, y uno de ellos, no recibir el ya magro suplemento alimenticio que el programa de salud cubano destina a los contagiados con VIH.
El reportero de Palenque Visión Joel Bravo López captó en cámara las declaraciones de ambos seropositivos antes de que asumieran el pasado viernes 2 de abril el estado de inanición para exigir al gobierno provincial los alojamientos que les han prometido durante gestiones realizadas en las oficinas de la Unidad Provincial de la Vivienda.
“No tengo dónde meterme con mi niña de 6 años”, cuenta Ricardo Soto, quien ocupó ilegalmente un inmueble que al final no pudo legalizar ante las trabas burocráticas impuestas. Soto contrajo el virus de la inmunodeficiencia humana a través de una incorrecta manipulación mientras estaba donando sangre hace 24 años, lo que lo convierte en uno de los más antiguos pacientes del mal en la isla.
En el contacto telefónico con el hospital santaclareño, también participó Lázaro Michel Sierra. Acaba de cumplir prisión por un año y tres meses y no recibe el suplemento dietético que les venden a estos pacientes, debido a que no posee registro domiciliario.
“Yo no recibo esos alimentos, pues los dan por la libreta (de racionamiento). He sobrevivido mendigando en el parque: pasa cualquiera y le pido cinco pesos y como pan con croquetas”, afirma.
Tanto Soto como Sierra se quejan del cierre del sidatorio, que en Villa Clara ha sido destinado como residencia a “trabajadores profesionales de la salud, para que resolvieran su problema de vivienda”, como relató a este reportero Joel Bravo.
Al momento de publicarse el reportaje de Palenque Visión, Lázaro Michel Sierra se había autoagredido en dos ocasiones para quitarse la vida en el mismo hospital, y Soto recibió la notificación de que le habían detectado “una mancha en un pulmón” así como padecimientos propios de la abstinencia de alimentos, dijo Bravo López.
Los caminos bifurcados de la ayuda mundial
El Programa Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria habría entregado unos 4 millones 237 mil 793 dólares a Cuba en 2012, y unos 47 millones aproximadamente desde 2003 a la fecha, según reza en documentos de su sitio electrónico.
Dichos fondos están destinados a la prevención del contagio mediante talleres y charlas educativas, así como entrenamiento de personal médico, cuidados primarios y alimentación de los pacientes, pero las quejas que afloran cada día tienen otro rostro.
El suplemento alimenticio que en Cuba se destina a los pacientes de VIH-SIDA ha variado con el tiempo, de una suculenta ‘dieta”, a unas raciones que difieren según la región del país o los argumentos del gobierno cubano.
Ignacio Estrada Cepero, fundador de la Liga Cubana contra el SIDA, lo explica en pocas palabras: “si vives fuera de La Habana tu dieta va a ser de 15 huevos mensuales; si vives en la capital aumentaría a 30 huevos”.
Otros pacientes se quejan que en la actualidad no les venden los jugos de importación, el yogurt o la harina lacteada, tan necesarios para contrarrestar los efectos de los retrovirales en el organismo.
En la actualidad la conocida dieta se reduce a dos litros de aceite, una bolsa de leche en polvo, pescado (solo en algunas provincias) y huevos, o como indica Estrada Cepero, “ahora les dan una lata de perros calientes mensualmente”.
El sitio web afín al gobierno cubano Cubainformación cita una cifra de 150 millones de dólares que --dice-- el país consigna para la lucha contra la epidemia, la que a muchos les parece algo exagerada, además de no precisar si están incluidos los que destina cada año el programa ONU-SIDA a combatir el flagelo.
El pasado 30 de Marzo la prensa oficial cubana notificaba sobre la escasez de condones en Santiago de Cuba, la segunda ciudad en importancia del país, donde se consumen unas 4 mil unidades por mes, según indicó el semanario Trabajadores.
La cárcel y la epidemia, una doble condena
Puertas adentro, en los fosos infranqueables de las cárceles cubanas, el horror que viven los pacientes de VIH-SIDA es un calvario sin comparaciones. Solo de parte de los mismos reclusos, familiares y reporteros independientes se tienen noticias de las arbitrariedades de los funcionarios de orden interior contra los infectados, que a menudo desembocan en autoagresiones, en cima de las penuriias propias de la escasez de alimentos, medicinas y artículos de aseo personal.
El ex preso político Jorge Alberto Liriano reportó el pasado 11 de marzo que en la prisión Kilo-9 de Camagüey, los reclusos seropositivos "viven hacinados, con ausencia casi total de medicamentos y son sometidos a malos tratos por sus carceleros. El ‘sidatorio’ alberga 112 pacientes y se han reportado casos en que han crucificado a los penados como castigo, consistente en colgarlos de las muñecas, suspendidos del piso hasta 24 horas, según informó el preso político Armando Sosa Fortuny”.
En gestiones de política de salud pública, los pacientes de VIH-SIDA presentan un cuadro bastante gris: de un total de 14 sanatorios a partir de la década de 1990 solo quedan los de Santiago de Cuba y La Habana; y de tres establecimientos penitenciarios para ellos, ahora hay cinco, en Mayabeque, Santa Clara, Camagüey, Holguín y Santiago de Cuba.
Dania Virgen García, autora de Cuba por dentro (un blog destinado casi completamente a la suerte y desdicha de los penados) ha publicado testimonios de suicidios, intentos de suicidio, riñas y abusos por parte de funcionarios militares y reclusos de los ‘consejos disciplinarios’ contra los pacientes de VIH-SIDA.
En mayo del pasado año, en la prisión-sanatorio de la provincia de Mayabeque, --reporta Dania Virgen-- “el reo Bismark Olivera Fonseca, del destacamento 2, de 36 años de edad, con insuficiencia renal, está expulsando la sangre por sus partes…” y no recibió atención médica debido a que “la guagua de presos que lo condujo llegó tarde al Hospital Nacional de Reclusos (HNR) del Combinado del Este”.
A partir de información sacada del ‘sidatorio’ para reclusos de Santiago de Cuba (con 90 reos ingresados), García confirmó que en el mes de noviembre de 2009, los presos de ese penal protestaron contra “las manifestaciones de homofobia del militar jefe del centro, quien los humilla constantemente”.
García precisa los nombres de los reos: Yordanis Ramírez Palacio; Andrés Apie Betancourt; Yordanis León Cruzata; Nelson Castillo Castellano; Michel Álvarez Cárdenas; Erguis Benavides Savón; Starlin Mesa Marrero y Denis Luis Gómez Serrano..
El reportero de Palenque Visión Joel Bravo López captó en cámara las declaraciones de ambos seropositivos antes de que asumieran el pasado viernes 2 de abril el estado de inanición para exigir al gobierno provincial los alojamientos que les han prometido durante gestiones realizadas en las oficinas de la Unidad Provincial de la Vivienda.
“No tengo dónde meterme con mi niña de 6 años”, cuenta Ricardo Soto, quien ocupó ilegalmente un inmueble que al final no pudo legalizar ante las trabas burocráticas impuestas. Soto contrajo el virus de la inmunodeficiencia humana a través de una incorrecta manipulación mientras estaba donando sangre hace 24 años, lo que lo convierte en uno de los más antiguos pacientes del mal en la isla.
En el contacto telefónico con el hospital santaclareño, también participó Lázaro Michel Sierra. Acaba de cumplir prisión por un año y tres meses y no recibe el suplemento dietético que les venden a estos pacientes, debido a que no posee registro domiciliario.
“Yo no recibo esos alimentos, pues los dan por la libreta (de racionamiento). He sobrevivido mendigando en el parque: pasa cualquiera y le pido cinco pesos y como pan con croquetas”, afirma.
Tanto Soto como Sierra se quejan del cierre del sidatorio, que en Villa Clara ha sido destinado como residencia a “trabajadores profesionales de la salud, para que resolvieran su problema de vivienda”, como relató a este reportero Joel Bravo.
Al momento de publicarse el reportaje de Palenque Visión, Lázaro Michel Sierra se había autoagredido en dos ocasiones para quitarse la vida en el mismo hospital, y Soto recibió la notificación de que le habían detectado “una mancha en un pulmón” así como padecimientos propios de la abstinencia de alimentos, dijo Bravo López.
Los caminos bifurcados de la ayuda mundial
El Programa Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria habría entregado unos 4 millones 237 mil 793 dólares a Cuba en 2012, y unos 47 millones aproximadamente desde 2003 a la fecha, según reza en documentos de su sitio electrónico.
Dichos fondos están destinados a la prevención del contagio mediante talleres y charlas educativas, así como entrenamiento de personal médico, cuidados primarios y alimentación de los pacientes, pero las quejas que afloran cada día tienen otro rostro.
El suplemento alimenticio que en Cuba se destina a los pacientes de VIH-SIDA ha variado con el tiempo, de una suculenta ‘dieta”, a unas raciones que difieren según la región del país o los argumentos del gobierno cubano.
Ignacio Estrada Cepero, fundador de la Liga Cubana contra el SIDA, lo explica en pocas palabras: “si vives fuera de La Habana tu dieta va a ser de 15 huevos mensuales; si vives en la capital aumentaría a 30 huevos”.
Otros pacientes se quejan que en la actualidad no les venden los jugos de importación, el yogurt o la harina lacteada, tan necesarios para contrarrestar los efectos de los retrovirales en el organismo.
En la actualidad la conocida dieta se reduce a dos litros de aceite, una bolsa de leche en polvo, pescado (solo en algunas provincias) y huevos, o como indica Estrada Cepero, “ahora les dan una lata de perros calientes mensualmente”.
El sitio web afín al gobierno cubano Cubainformación cita una cifra de 150 millones de dólares que --dice-- el país consigna para la lucha contra la epidemia, la que a muchos les parece algo exagerada, además de no precisar si están incluidos los que destina cada año el programa ONU-SIDA a combatir el flagelo.
El pasado 30 de Marzo la prensa oficial cubana notificaba sobre la escasez de condones en Santiago de Cuba, la segunda ciudad en importancia del país, donde se consumen unas 4 mil unidades por mes, según indicó el semanario Trabajadores.
La cárcel y la epidemia, una doble condena
Puertas adentro, en los fosos infranqueables de las cárceles cubanas, el horror que viven los pacientes de VIH-SIDA es un calvario sin comparaciones. Solo de parte de los mismos reclusos, familiares y reporteros independientes se tienen noticias de las arbitrariedades de los funcionarios de orden interior contra los infectados, que a menudo desembocan en autoagresiones, en cima de las penuriias propias de la escasez de alimentos, medicinas y artículos de aseo personal.
El ex preso político Jorge Alberto Liriano reportó el pasado 11 de marzo que en la prisión Kilo-9 de Camagüey, los reclusos seropositivos "viven hacinados, con ausencia casi total de medicamentos y son sometidos a malos tratos por sus carceleros. El ‘sidatorio’ alberga 112 pacientes y se han reportado casos en que han crucificado a los penados como castigo, consistente en colgarlos de las muñecas, suspendidos del piso hasta 24 horas, según informó el preso político Armando Sosa Fortuny”.
En gestiones de política de salud pública, los pacientes de VIH-SIDA presentan un cuadro bastante gris: de un total de 14 sanatorios a partir de la década de 1990 solo quedan los de Santiago de Cuba y La Habana; y de tres establecimientos penitenciarios para ellos, ahora hay cinco, en Mayabeque, Santa Clara, Camagüey, Holguín y Santiago de Cuba.
Dania Virgen García, autora de Cuba por dentro (un blog destinado casi completamente a la suerte y desdicha de los penados) ha publicado testimonios de suicidios, intentos de suicidio, riñas y abusos por parte de funcionarios militares y reclusos de los ‘consejos disciplinarios’ contra los pacientes de VIH-SIDA.
A partir de información sacada del ‘sidatorio’ para reclusos de Santiago de Cuba (con 90 reos ingresados), García confirmó que en el mes de noviembre de 2009, los presos de ese penal protestaron contra “las manifestaciones de homofobia del militar jefe del centro, quien los humilla constantemente”.
García precisa los nombres de los reos: Yordanis Ramírez Palacio; Andrés Apie Betancourt; Yordanis León Cruzata; Nelson Castillo Castellano; Michel Álvarez Cárdenas; Erguis Benavides Savón; Starlin Mesa Marrero y Denis Luis Gómez Serrano..