El padre Castor José Álvarez Devesa, uno de los tres sacerdotes que en enero enviaron una carta a Raúl Castro denunciando el totalitarismo que impera en la isla, aseguró que debido a esa acción podría morir en un "accidente", o porque "lo enfermen" deliberadamente.
Alvarez Devesa dijo este lunes al semanario católico Alfa y Omega que aunque era consciente de las posibles consecuencias, la misiva que firmó junto a los sacerdotes José Conrado Rodríguez Alegre y Roque Nelvis Morales Fonseca era necesaria.
"No van a meternos presos o fusilarnos por la carta. Pero sabemos que nos pueden jugar una mala pasada (...) Puedes acabar muriendo de otra forma, en un accidente de coche o porque te enfermen. O acabar en la cárcel porque te pongan material pornográfico en casa y te juzguen por ello", confesó.
Pero el temor no los detuvo. "Sentíamos que había que iluminar la realidad social cubana desde la doctrina social de la Iglesia", señaló.
A principios de febrero, los tres sacerdotes fueron recibidos por el secretario de Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolin, a quien hablaron de la realidad cubana con la esperanza de que su visión "llegue a otras sociedades y a todo el mundo", en especial a Venezuela, donde la iglesia tiene un reto similar al que ha tenido en Cuba".
Por otra parte, el cura se refirió a los obstáculos para la edificación de nuevos templos como una de las limitaciones a la libertad de la Iglesia en la Isla, y a las dificultades para prestar atención religiosa a los presos o el uso de los medios de comunicación por parte de la iglesia.
Alvarez Devesa dijo al semanario católico que "normalmente en las misas hay gente vigilando" lo que dicen los sacerdotes, pero en lugar de recriminar a los espías del régimen, recuerda que la misión de un sacerdote es "evangelizar, predicar el Evangelio con mucha fe, también a ellos, con la esperanza de que alcancen la verdad de Jesucristo".
El religioso también habló con el medio sobre la desprotección a los ancianos, la falta de libertad de expresión y el miedo a hablar, el robo, el control estatal sobre los puestos de trabajo y el mercado negro, entre otros males de la sociedad cubana actual.
(Con información de Alfa y Omega y Archivo Martí Noticias)