Como Apple, Microsoft y Google, una empresita digital cubana nace en un garaje

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En pleno siglo XXI, en la era de las comunicaciones, Cuba estrenó recientemente su primera conexión Wi-fi gratuita.

Al igual que Bill Hewlett y Dave Packard en la década de 1930, y Steve Jobs y Steve Wozniak en la década de 1970, Romero no tiene acceso a Internet, pero la diferencia está en que en el caso de nuestro hombre ello ocurre en 2015.

Apple, una de las compañías más innovadoras del mundo, nació cuando Steve Jobs pidió permiso a sus padres para comenzar una "Empresa" en su garaje en 1976, acompañado de su amigo Steve Wosniak.

Google, el sitio web más visitado de la red, fue creado por dos estudiantes de Stanford, Larry Page y Sergey Brin, en el garaje de la casa de una amiga.

Microsoft, la empresa con el sistema operativo más usado en el mundo, arrancó en el garaje de sus fundadores Bill Gates y Paul Allen en 1975.

Son muchas las grandes compañías tecnológicas que han nacido en las cocheras y es ahí donde el cubano Bernardo Romero, de 31 años de edad, ha lanzado su iniciativa de negocios en la isla. The Washington Post lo descubre y se sorprende de que Romero, en el año 2015, no tiene acceso a Internet.

"Al menos", dijo, "tenemos un garaje". No es poca cosa, para los estándares de los negocios cubanos. Romero también tiene cinco empleados, publicidad impresa y una licencia del Gobierno comunista para operar su empresa.

Lo que frena a Romero y a otros aspirantes a empresarios es la falta casi total de acceso a la web. La apertura limitada del general Raúl Castro para la empresa privada ha sido buena para los cubanos en comercios físicos, tales como reparación de calzado y plomería, pero los obreros digitales del país siguen estando en gran medida desconectados.

Cuando uno de los ingenieros de Ingenious, el negocio de Romero, tiene que hacer el trabajo para un cliente, viaja en autobús o en bicicleta a un cibercafé dirigido por el monopolio estatal de telecomunicaciones ETECSA, tras el pago de $5 la hora para un Wi-fi mediocre. El garage convertido en oficina, al igual que la mayor parte de Cuba, no está enchufado a Internet.

"Si tuviéramos Internet, realmente podríamos despegar", dijo Romero, que diseña y construye un sitio web completo desde la nada por sólo por $150.

Eso es una brizna de lo que costaría en Estados Unidos. Como resultado de las recientes medidas del presidente Barack Obama para aliviar las sanciones comerciales de 1960 contra la dictadura militar de la isla, las empresas y los clientes estadounidenses pueden ahora contratar a empresas privadas cubanas como Ingenious para servicios tales como trabajos de traducción, desarrollo de software y contabilidad.

Pero la falta de libertad de acceso a Internet y la falta de libertad empresarial son escollos que impiden el despegue de negocios como el de Romero.

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