Gobierno cubano le sirve la mesa al capital extranjero

Fotografía del exterior del hotel "Four Points by Sheraton" en La Habana.

Reunidos en un decreto y tres resoluciones publicadas este jueves en la Gaceta Oficial, los cambios incluyen la eliminación del estudio de factibilidad como requisito obligatorio para presentar una propuesta de negocios ante el Mincex.

Cuba modificó este jueves sus leyes y simplificó el proceso de aceptación de los proyectos de inversión extranjera en el país, con el fin de agilizar la captación de capital foráneo y dar un necesario impulso a la economía de la isla, que atraviesa problemas de liquidez.

Reunidos en un decreto y tres resoluciones publicadas este jueves en la Gaceta Oficial, los cambios incluyen la eliminación del estudio de factibilidad como requisito obligatorio para presentar una propuesta de negocios ante el Ministerio cubano del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera (Mincex).

A pesar de la urgencia por concretar la entrada de capital extranjero, cuya necesidad ha reconocido en reiteradas ocasiones el Gobierno cubano, el proceso de aceptación e implementación de los proyectos era muy lento, complicado y trufado de lastres burocráticos, lo que desalentaba a los potenciales inversores.

Por ello, ahora se acortarán los plazos de la evaluación y aprobación de los negocios y se definirá desde el principio el cronograma de desembolso de capital para garantizar la agilidad del proceso inversionista.

Estas modificaciones "sin duda harán más expeditos los trámites, lo cual resultará beneficioso para todos aquellos inversionistas que deseen negociar con Cuba", explicó al diario estatal Granma la directora general de Inversión Extranjera del Mincex, Déborah Rivas.

Las nuevas disposiciones, que complementan la Ley de Inversión Extranjera de 2014, eliminan además la presentación de estudios de
impacto ambiental y de compatibilidad
"con los intereses de la defensa" en la propuesta inicial de negocios e inscriben estos requisitos en fases posteriores de la tramitación.

Cuba se abrió al capital extranjero hace cuatro años como una vía para reflotar y diversificar una economía lastrada aún por la intensa crisis económica de la década de 1990 y superar la dependencia de sus aliados en la región.

Las autoridades de la isla han reconocido que necesitan 2.500 millones de dólares al año en inversión extranjera directa para garantizar el sostenimiento económico nacional.

El gobernante cubano Miguel Díaz-Canel insistió recientemente en la necesidad de "agilizar" el análisis de las propuestas de negocios y el anteproyecto de nueva Constitución, que irá a consulta popular en dos semanas, admite la inversión extranjera como "una necesidad y un elemento importante del desarrollo" del país.

También el exgobernante y líder del Partido Comunista de Cuba (PCC, único), Raúl Castro, ha urgido en numerosas ocasiones a perder el miedo y los prejuicios contra el capital externo.

"Las demoras, si bien no el único factor, han lastrado la voluntad de convertir la inversión foránea en elemento activo y fundamental para el desarrollo de determinados sectores de la economía", indicó este jueves Granma.

El órgano portavoz del PCC señala que en paralelo se necesita también "corregir contratiempos organizativos, sortear las limitaciones de la dualidad monetaria y el 'bloqueo' (embargo) estadounidense y, sobre todo, aguzar la proactividad en la captación de capital extranjero".

En 2016 Cuba sufrió su primera recesión económica en más de dos décadas (-0,9 %), pero repuntó en 2017 con un 1,6 % de crecimiento,
según los datos divulgados por el Gobierno.

Díaz-Canel anunció el mes pasado que la isla alcanzó en el primer semestre del año un "discreto" 1,1 % debido a "factores adversos" y
pidió al sector estatal ahorrar "por aquí y por allá, donde quiera que se pueda, suprimiendo cualquier despilfarro".

Para este año la isla prevé crecer un 2%, mientras que las proyecciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) estiman para Cuba un crecimiento del 1% en 2018.

(EFE)