Castro, Correa y Maduro a esperar el 2014 en Varadero

ARCHIVO. Raúl Castro y Rafael Correa.

Mañana brindemos por todos los cubanos, los de aquí los de allá y los de acullá. Y esperemos este nuevo año con la absoluta convicción de que nuestro día está al doblar de la esquina.
Prácticamente ya estamos a horas del 31 de diciembre y en todo el mundo se celebra este día de festividad. En Cuba, la incoherencia del vivir nos ha impuesto que a las doce de la noche brindemos y pidamos en nuestros deseos que el próximo 2014 sea mejor y menos lacerante para los presos, los enfermos, y para todas aquellas personas que sin más opción recibirán el próximo año esperando la llamada o el abrazo de quienes no podrán estar. Para todos un próspero año.

El presidente de la República de Cuba como es de esperar, también celebrará esta fecha, recibiendo junto a un escogido y selecto grupo de amigos, el primer día de enero y, con él, el advenimiento de otro nuevo aniversario de la revolución, el número 55.

En cuadro rojo la residencia de Raúl Castro en Varadero, Cuba.

Sí, Raúl Modesto Castro Ruz recibirá el 2014 en su casa de Varadero. En su villa privada; o mejor dicho, en el complejo de casas que conforman la “discreta” y modesta mansión, remodelada recientemente para la ocasión.

Todo previsto con puntilloso esmero. Las puertas y las ventanas (de la marca KÖMMERLING), importadas desde Alemania, e instaladas posteriormente por especialistas confiables en esta impúdica residencia de verano, para esparcimiento familiar. Justo a la altura de un gran dirigente que públicamente estimula una porfiada política de austeridad.

El menú no es problema, al más puro y exquisito estilo parisino, con detalles insulares. La oferta culinaria estará profesionalmente servida por camareros con guantes y supervisada por un oficial de las FAR al que le llaman Albert Einstein porque le falta el don del talento, fue quien autorizó que la propuesta musical corriese a cargo de una orquesta con tanta indigencia cultural que ya fue sustituida por música grabada.

Y cómo hablar de la comida sin mencionar los comensales. Bueno, vayamos por partes porque aún la historia tiene incógnitas. Se espera al actual presidente de la República Bolivariana de Venezuela, su majestad Nicolás Maduro y, se dice, que además, asistirá el mandatario ecuatoriano, su excelencia Rafael Correa. Contertulios que se alojarán en las casas recién reparadas para invitados, dentro de la villa privada.

La bebida no faltará, hay para todos los gustos, para eso estarán disponibles jóvenes bartender, igualmente leales, para cualquier antojo de última hora. Y para aquellos bebedores que pierdan el control por efectos del acohol, se servirá un consomé de refuerzo con carnes de gallina y ternera. Para terminar la noche o empezar el día, según el caso, se instalaron preciosas tumbonas blancas, muy a la moda mediterránea, en la arena.

Si la fiesta tiene fallos, o si a última hora cambian los planes debido a mi infausta indiscreción, sépase que sentí alegría al destrozar el secreto, pero el crédito no es mío, sino de un ejército de idiotas que armados con gafas oscuras no lo han podido ocultar.

Ahora recuerdo el rebuzno, perdón, el discurso del compañero General cuando durante el recién concluido II período ordinario de sesiones de la VIII legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, auguró que para el 2014 aspiramos a alcanzar un socialismo próspero y sostenible, menos igualitario y más justo, con nuevos retos y más sacrificios. Política de octogenarios obsoletos en carrera contra almanaque.

Mañana brindemos por todos los cubanos, los de aquí los de allá y los de acullá. Y esperemos este nuevo año con la absoluta convicción de que nuestro día está al doblar de la esquina.