Veteranos de África reclaman al Gobierno cubano que sean "un poco más humanos"

Veterano de guerras de Angola.

Una modesta producción de video promovida en redes sociales muestra cómo sobreviven en Cuba, en medio de las carencias materiales, varios combatientes internacionalistas.

“La Misión”, la serie de reportajes que busca visibilizar las malas condiciones en que sobreviven en Holguín veteranos cubanos de las guerras en África, es una contundente denuncia contra el olvido y la aparente desidia oficial hacia los hombres que han servido a las ideas del socialismo en Cuba.

Su realizador, el técnico en Telecomunicaciones Nairovis Zaldivar Peña, de 42 años, dijo a Martí Noticias que fue la historia de su abuelo internacionalista la que lo inspiró a realizar la serie, que grabó con su celular marca BLU, editó y subtituló por su cuenta.

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El realizador de La Misión, Nairovis Zaldivar, conversó con Martí Noticias.

Cuba envió tropas a África para respaldar a los gobiernos izquierdistas de Angola y Etiopía en la década de 1970 y 1980. Muchos soldados murieron, otros regresaron enfermos, con miembros amputados y hasta con neurosis de guerra.

Tropas cubanas en Cuito Cuanavale, Angola.

Desgarradores testimonios de ancianos enfermos, con bajos retiros y viviendo en condiciones de miseria conforman los cortos de unos 23 minutos cada uno. Están disponibles en el página de Facebook del realizador.

“Yo le solicitaría a las organizaciones que pudieran observar este video que fueran un poco más humanos y que se vieran en nuestro papel, ¿Cómo se sentirían ellos si se vieran en nuestras situaciones?”, dijo en uno de los cortos Héctor Loyola Vázquez, que cumplió misión en Angola entre 1986 y 1988.

Este hombre, que perteneció al Regimiento de Artillería Antiaérea del aeropuerto de Wambo, al sur de Angola, dijo que padece enfermedades crónicas como hipertensión, diabetes, deficiencia renal y está diagnosticado de esquizofrenia.

Héctor Loyola Vázquez cumplió misión en Angola entre 1986 y 1988.

Su testimonio se centra en explicar sus reclamos en varias instancias del Estado, después que le fue retirada una pensión que lo ayudaba a sostenerse económicamente.

“Me siento particularmente como si me hubieran dado la espalda al no tener ayuda de ningún tipo (…) abandonado, sufrido, ultrajado. ¿Es que no soy nadie por estar enfermo hoy?”, indicó.

En la sala de su humilde casa y luciendo en el pecho varias medallas ganadas durante su misión internacionalista, Loyola explicó que sobrevive con los ingresos irregulares que gana cargando escombros y transportando personas en un bicitaxi.

África, ataxia, olvido

Otro triste testimonio lo entrega Prudencio Campo Piña, quien cumplió dos misiones en el sur de Angola, una de 1976 a 1978 y otra de 1983 a 1986 y desde hace dos años enfermo de Ataxia.

Prudencio Campo Piña se queja de las malas condiciones de su vivienda.

La rara enfermedad produce desorden de las funciones del sistema nervioso. Afecta los movimientos voluntarios. Es hereditaria, degenerativa, invalidante y progresiva. En Cuba la padecen unas 200 familias, casi todas localizadas en Holguín.

Campo Piña gana 340 pesos en moneda nacional, que se diluyen en comprar medicamentos (entre 60 y 70 pesos), pagar la cuenta de la electricidad (unos 180 pesos), el pago de un refrigerador (60 pesos) y la contribución para las organizaciones políticas y de masas a las que pertenece (unos 10 pesos).

Prudencio Campo Piña

​Junto a su esposa, contó cómo ha buscado en vano ayuda en los organismos del Estado, a fin de solucionar algunos de los muchos problemas materiales que enfrentan.

Viven en una especie de bohío roto y húmedo que se moja cuando llueve. Para llegar al baño, que está fuera de la casa, debe atravesar con su bastón y auxiliándose de tendederas por un terrero irregular.

“Cada día que pasa se pone peor (…) ya no se sostiene solo. Ya se cae mucho, adentro de la casa él se cae. No es fácil”, dice angustiada la esposa.

Ella misma narró las gestiones que han hecho.

“Fuimos al Poder Popular (…) fuimos al Partido y nos dijeron que no, que no había ayuda para nosotros, fuimos a pedir un cheque al banco, lo denegaron, aquí en el policlínico mandaron un trabajador social para que le den las medicinas aunque sea”, explicó angustiada.

“Aquí no hay nada porque no hay condiciones, el país no tiene condiciones de ayudar”, dijo con cierta resignación.

¿La inspiración? Un abuelo olvidado

El realizador de los cortos Nairovis Zaldivar Peña, dijo a Martí Noticias que está usando las redes para hacer llegar su mensaje. Su abuelo, un veterano de Angola, fue el catalizador de su denuncia.

"Hace poco murió. La atención que le dio esa gente (los organismos del Estado) fue todos los meses ir a cobrarle los dichosos 10 pesos que tienen ellos que pagar obligados (por pertenecer a la Asociación de Combatientes)", dijo.

"Este es el móvil que me mueve (...) nos pasamos la vida entera criticando a los veteranos de guerra de Estados Unidos y de cualquier lugar del mundo, y no son capaces ver cómo viven los veteranos de guerra aquí en Cuba", concluyó.