El sacrificio ilegal de ganado vacuno fue el tema de una reunión del Consejo de Defensa Nacional citada por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, con su Primer Vicepresidente, sus Vicepresidentes y una selecta representación de civiles y militares.
El “Consejo de Defensa Nacional” es, en situaciones excepcionales, la máxima institución de poder. Siempre que este se reúne, bajo su competencia queda el orden interior, la seguridad, la política exterior, el entramado militar, más toda la actividad económica, jurídica y social del país.
Entonces es lógico entender por qué en la despensa de los dirigentes cubanos se agotaron las reservas de Imodium, Kaopectate, Pepto-Bismol y todos los antidiarreicos en existencia, cuando antes de partir a la Cumbre Extraordinaria del Grupo de los 77 más China, celebrada en Bolivia, el General de Ejército Raúl Castro Ruz citó para un Consejo de Defensa, a su Primer Vicepresidente, sus Vicepresidentes y una selecta representación de civiles y militares.
El tema, a desplumar, fue el sacrificio ilegal de ganado vacuno que - según argumentaron - se agrava en las circunstancias socioeconómicas actuales; batiendo record, la sureña Cienfuegos. La Perla del Sur, como se conoce a esta bella ciudad, es la provincia donde se reporta el mayor índice de hurto y sacrificio de ganado vacuno.
La pandemia de matarifes – según se reveló en esta importante reunión - está afectando seriamente la economía nacional, reduce aun más la casi inexistente masa ganadera, afecta el patrimonio animal de las empresas del Estado, de las cooperativas y productores individuales.
A este hecho y a otros de administración que por supuesto obviaron, se le responsabilizó de la insuficiente disponibilidad de carne de ganado vacuno para el consumo de la población (como si los nacionales recibiera carne de res), de las afectaciones a la industria alimenticia, la turística y hasta la industria ligera por la carencia de pieles para la confección de calzado y otros objetos de cuero destinados a la exportación. Las palabras vuelan, se sabe que durante la importante junta se habló de crear normas y medidas dirigidas a ejercer más control sobre la actividad pecuaria, y hacerse de nuevas reglamentaciones encaminadas a exorcizar el mal del sacrificio ilegal.
La Revolución dicta, y los revolucionarios acatan la necesidad de enfrentar el problema creando una comisión conjunta integrada por funcionarios del Ministerio de Justicia, Agricultura y la Policía Nacional, con participación especial en el asunto las fuerzas y los medios de Seguridad del Estado.
Por primera vez, que se tenga conocimiento, en una reunión de gobierno, nadie mencionó “El Bloqueo”; imagino que es bastante enrevesado culpar a Los Estados Unidos del mercachifleo cubano. Pero el premio al héroe del día, o al tontorrón del momento, dependiendo del punto de vista, lo ganó Gustavo Rodriguez Rollero, ingeniero agrónomo y Ministro de Agricultura.
El comentario se escucha entre lo más selecto del cotilleo polítiquero cubano.
Cuentan que en plena reunión, donde tocaba obedecer, el hombre, armado con la valentía que da la ingenuidad, y no la rebeledía; criticó la ineficacia del Estado y sus mecanismos jurídicos. Dijo que; “las cada vez más severas sanciones penales no han podido frenar el delito; deberíamos reconocer la propiedad de los agricultores sobre sus animales y poner en práctica otras alternativas de tratamiento al problema, como son legalizar y regular el sacrificio controlado del ganado, e ir poco a poco implementando, de forma experimental una política tributaria y de precios capaz de regir la comercialización de la carne de res".
El Chino se molestó y pegó un grito que llegó a la China; quedando como única alternativa y como unánime propuesta, aumentar la represión, los sancionados y la población penal. Ah!, y mantener bajo observancia la opinión dada por el compañero Ministro.
Entonces es lógico entender por qué en la despensa de los dirigentes cubanos se agotaron las reservas de Imodium, Kaopectate, Pepto-Bismol y todos los antidiarreicos en existencia, cuando antes de partir a la Cumbre Extraordinaria del Grupo de los 77 más China, celebrada en Bolivia, el General de Ejército Raúl Castro Ruz citó para un Consejo de Defensa, a su Primer Vicepresidente, sus Vicepresidentes y una selecta representación de civiles y militares.
El tema, a desplumar, fue el sacrificio ilegal de ganado vacuno que - según argumentaron - se agrava en las circunstancias socioeconómicas actuales; batiendo record, la sureña Cienfuegos. La Perla del Sur, como se conoce a esta bella ciudad, es la provincia donde se reporta el mayor índice de hurto y sacrificio de ganado vacuno.
La pandemia de matarifes – según se reveló en esta importante reunión - está afectando seriamente la economía nacional, reduce aun más la casi inexistente masa ganadera, afecta el patrimonio animal de las empresas del Estado, de las cooperativas y productores individuales.
A este hecho y a otros de administración que por supuesto obviaron, se le responsabilizó de la insuficiente disponibilidad de carne de ganado vacuno para el consumo de la población (como si los nacionales recibiera carne de res), de las afectaciones a la industria alimenticia, la turística y hasta la industria ligera por la carencia de pieles para la confección de calzado y otros objetos de cuero destinados a la exportación. Las palabras vuelan, se sabe que durante la importante junta se habló de crear normas y medidas dirigidas a ejercer más control sobre la actividad pecuaria, y hacerse de nuevas reglamentaciones encaminadas a exorcizar el mal del sacrificio ilegal.
La Revolución dicta, y los revolucionarios acatan la necesidad de enfrentar el problema creando una comisión conjunta integrada por funcionarios del Ministerio de Justicia, Agricultura y la Policía Nacional, con participación especial en el asunto las fuerzas y los medios de Seguridad del Estado.
Por primera vez, que se tenga conocimiento, en una reunión de gobierno, nadie mencionó “El Bloqueo”; imagino que es bastante enrevesado culpar a Los Estados Unidos del mercachifleo cubano. Pero el premio al héroe del día, o al tontorrón del momento, dependiendo del punto de vista, lo ganó Gustavo Rodriguez Rollero, ingeniero agrónomo y Ministro de Agricultura.
El comentario se escucha entre lo más selecto del cotilleo polítiquero cubano.
Cuentan que en plena reunión, donde tocaba obedecer, el hombre, armado con la valentía que da la ingenuidad, y no la rebeledía; criticó la ineficacia del Estado y sus mecanismos jurídicos. Dijo que; “las cada vez más severas sanciones penales no han podido frenar el delito; deberíamos reconocer la propiedad de los agricultores sobre sus animales y poner en práctica otras alternativas de tratamiento al problema, como son legalizar y regular el sacrificio controlado del ganado, e ir poco a poco implementando, de forma experimental una política tributaria y de precios capaz de regir la comercialización de la carne de res".
El Chino se molestó y pegó un grito que llegó a la China; quedando como única alternativa y como unánime propuesta, aumentar la represión, los sancionados y la población penal. Ah!, y mantener bajo observancia la opinión dada por el compañero Ministro.