Así titula un comentario que publica el diario The Washington Post el regreso a la isla del cólera y la decadencia moral y psicológica de la revolución cubana.
El cólera no es el tipo de enfermedad que uno podría esperarse encontrar en Cuba, donde Fidel Castro abrió en 1959 una era de atención médica gratuita y de buena calidad “o al menos eso se nos dijo”, señala un comentario que publica el diario The Washington Post en su página de opiniones.
“Sin embargo, la verdad acerca de Cuba—apunta—es que los logros de la revolución nunca fueron tan grandes como su propaganda adujo y que las condiciones económicas y sociales de la isla están a la zaga de muchos países latinoamericanos que una vez aventajó”.
Pero otra clase de devastadora verdad sobre Cuba está influyendo en la opinión pública internacional, precisa, y alude a la realidad expuesta en el filme Una Noche, una “brillante” película independiente de la directora Lucy Mulloy, exhibida en los festivales de Berlin y Tribeca el año pasado, vista en algunas salas de cine y disponible ahora en iTunes.
“Una Noche —dice— dramatiza la desgarradora decadencia moral y psicológica de los sujetos de la revolución, especialmente la juventud cubana”, que vive privada, agrega, “de libertad de expresión, forzada a luchar incesantemente por cubrir necesidades básicas, bombardeada por la propaganda y acosada por la brutal policía”.
El comentario parafrasea al estado en que, según la directora del filme viven los jóvenes cubanos, el de una “desesperación nerviosa”, y luego alude a la trama de la película, el sórdido espectáculo de la prostitución en las calles, viviendas derruidas, y la agonía de decenas de miles de cubanos que han muerto en el intento de huir de la isla.
Al menos el comentarista tiene la esperanza de que Una Noche haga por la nerviosa y desesperada Habana lo que consiguió hacer el exitoso filme Slumdog Millionaire por las villas miseria de Bombay, “expuesto en un idioma visual que resuena entre la nueva generación de consumidores de la cultura popular y conmueve sus corazones”.
Porque otra verdad sobre Cuba—añade—es que los estadounidenses han crecido demasiado complacientes con la dictadura de Castro. Ya es suficiente con la negligencia benévola, con las excusas, entre ellas el embargo de EE.UU., y con las falsas promesas de reformas”.
Ya es suficiente—concluye el comentario del Post—“con un sistema que a solo 90 millas de nuestras costas no ofrece otra cosa a su gente que la alternativa insensata de escapar”.
“Sin embargo, la verdad acerca de Cuba—apunta—es que los logros de la revolución nunca fueron tan grandes como su propaganda adujo y que las condiciones económicas y sociales de la isla están a la zaga de muchos países latinoamericanos que una vez aventajó”.
Pero otra clase de devastadora verdad sobre Cuba está influyendo en la opinión pública internacional, precisa, y alude a la realidad expuesta en el filme Una Noche, una “brillante” película independiente de la directora Lucy Mulloy, exhibida en los festivales de Berlin y Tribeca el año pasado, vista en algunas salas de cine y disponible ahora en iTunes.
El comentario parafrasea al estado en que, según la directora del filme viven los jóvenes cubanos, el de una “desesperación nerviosa”, y luego alude a la trama de la película, el sórdido espectáculo de la prostitución en las calles, viviendas derruidas, y la agonía de decenas de miles de cubanos que han muerto en el intento de huir de la isla.
Al menos el comentarista tiene la esperanza de que Una Noche haga por la nerviosa y desesperada Habana lo que consiguió hacer el exitoso filme Slumdog Millionaire por las villas miseria de Bombay, “expuesto en un idioma visual que resuena entre la nueva generación de consumidores de la cultura popular y conmueve sus corazones”.
Porque otra verdad sobre Cuba—añade—es que los estadounidenses han crecido demasiado complacientes con la dictadura de Castro. Ya es suficiente con la negligencia benévola, con las excusas, entre ellas el embargo de EE.UU., y con las falsas promesas de reformas”.
Ya es suficiente—concluye el comentario del Post—“con un sistema que a solo 90 millas de nuestras costas no ofrece otra cosa a su gente que la alternativa insensata de escapar”.