Cubanos de Miami buscan giro legal para establecer negocios en Cuba

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Un creciente número de cubanos residentes en Miami está abriendo negocios en Cuba utilizando a sus familiares en la isla, eludiendo así las leyes estadounidenses (y cubanas) que lo prohíben, señaló NBC News.

Un creciente número de cubanos residentes en Miami está abriendo negocios en Cuba utilizando a sus familiares en la isla, eludiendo así las leyes estadounidenses (y cubanas) que lo prohíben, describió un relato publicado este viernes en NBC News.

Firmado por la periodista Sandra Lilley, el reportaje cita a uno de esos comerciantes, a un abogado y a dos transportistas, relacionados con estas iniciativas comerciales que han cobrado fuerza desde que hace un año Cuba y Estados Unidos anunciaran el restablecimiento de las relaciones diplomáticas.

"Varios empresarios que viven en Miami y que
poseen negocios en Cuba, declinaron ser entrevistados al respecto, alegando temor por las repercusiones que esto pudiera traerles en Cuba. Los negocios incluyen heladerías, tiendas de ropa y paladares", afirma la periodista.

El reportaje, titulado "A pesar de las leyes, cubanos de Miami abren negocios en su país", cita el caso de un trabajador de mantenimiento a quien identifica con el nombre supuesto de Javier como uno de esos "inversionistas" en Cuba.

Utilizando a sus familiares en la isla, Javier compró una casa junto a la Carretera Central y la transformó en un lugar donde los viajeros pueden descansar, comer algún bocado y hasta pasar la noche.

En los últimos años ha viajado a Cuba casi todos los meses para chequear la construcción de su negocio. La mayor parte de los materiales son llevados desde Miami, incluidas toda la plomería y electricidad.

Su caso no es poco común entre los cubanoamericanos de Miami, principalmente los recién llegados, dice el reportaje, quienes después de haber ahorrado suficiente dinero, viajan de regreso a Cuba para poner un negocio utilizando a sus familiares, "impulsando no sólo sus ingresos y los de sus familias, sino también impactando favorablemente la economía cubana".

"Es una tendencia que ha estado sucediendo desde hace algún tiempo", dijo a la periodista el abogado cubanoamericano Pedro Freyre, conferencista de la Universidad de Columbia, presidente de la firma legal internacional Akerman, con sede en Miami.

Freyre, considera que esa tendencia se ha incrementado desde el pasado 17 de diciembre, cuando Cuba y Estados Unidos, anunciaron la normalización de sus relaciones diplomáticas.

Orlando Hernández, propietario desde 2009 de Cuba Carga Express, dijo a la periodista que su empresa ha transportado a la isla una gran cantidad de productos para negocios allí. La mayoría de sus clientes son cubanos, así como estadounidenses y europeos.

"Una pareja estadounidense de la Florida envió recientemente camas y otros productos para una casa de huéspedes que abrieron en La Habana, con ayuda de familiares en la ciudad", dijo Hernández.

Entre los productos más populares que se envían a Cuba destacan barbecues, batidoras de jugos, máquinas para rositas de maíz y casas inflables de salto para fiestas infantiles.

El reportaje destaca el caso de Leonardo Sánchez Adega, quien trabajó "para la primera compañía que envió ayuda humanitaria a Cuba". Adega dijo que él prestó servicio a unos 1.000 clientes entre 2011 y 2013, quienes específicamente embarcaron equipos para sus respectivos negocios.

"Enviamos juegos enteros de cocinas, restaurantes completos en piezas", de acuerdo a Sánchez Adega, quien ahora tiene una página en internet para apoyar a los cuentapropistas en Cuba.

El reportaje señala que "aunque importar productos para uso comercial es ilegal en Cuba", estos son enviados en varios viajes. Un comerciante que quiera abrir una paladar enviará un par de mesas primero, para que parezcan de uso doméstico, o quien tenga un sitio para vender ropa no enviará 60 pantalones de una vez, sino 10 pantalones a seis a familiares o amigos.

El artículo señala que aunque técnicamente es ilegal para un ciudadano o residente en Estados Unidos poseer este tipo de negocios en Cuba, aquellos que lo hacen eluden la ley al trabajar con los cubanos.

Freyre opina que ambos Gobiernos conocen lo que está pasando con este tipo de negocios, pero "tienen demasiadas otras cosas de qué ocuparse".

Javier comparte esa opinión ya que, según dijo, "el Gobierno mira para otro lado porque nosotros le estamos resolviendo un problema".

Sin embargo, mientras que el embargo de Estados Unidos se mantenga, el nivel de inversiones estadounidenses en Cuba será limitado. Para Freyre es importante la sinergia entre las dos orillas, algo que deben aprovechar ahora ambos Gobiernos.

Javier no es tan optimista con el lado cubano: "Hasta que los Castro no desaparezcan, nada cambiará", afirmó.